Inflación récord 2023: las causas, el impacto del cepo cambiario y la megaemisión del BCRA
El próximo 25 de mayo se cumplirán 20 años desde que el kirchnerismo llegó al poderde la mano de Néstor Kirchner.
El dato más relevante en estos casi 20 años es que en sus tres años de mandato Alberto Fernández acumula más inflación que lo que tuvieron Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri en sus respectivos mandatos presidenciales.
Desde que llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2019 hasta diciembre de 2022 acumula una inflación del 300%.
Este número supera al 295% del periodo 2015 al 2019 de Mauricio Macri al 180% del segundo mandato de CFK, al 130% de su primer mandato y al 66% que acumuló Néstor Kirchner.
En el caso que se cumpliera la proyección del 60% establecida en el Presupuesto 2023 la inflación acumulada llegaría al 540% en todo su mandato, pero si calculamos una inflación del 100% para este año llegaría con una inflación acumulada del 600%.
Además de confirmarse una inflación similar a la del año pasado el periodo presidencial de Alberto Fernández sería el de la mayor inflación acumulada en la Argentina en democracia luego del periodo de Raúl Alfonsín entre 1983 y 1989 en el que hubo una hiperinflación. Pero en este caso se trató de un periodo de seis años de mandato por lo tanto lo de Fernández es más grave.
Los impactantes números de la inflación
Si tomamos el valor promedio anual en los gobiernos democráticos la inflación en este período sólo sería superada por el 400% del mandato de Raúl Alfonsín con una hiperinflación en el medio y el 275% promedio anual del gobierno de María Estela Martínez de Perón donde se produjo el "Rodrigazo". Ambos fueron periodos de fuertes devaluaciones y con desequilibrios macroeconómicos muy pronunciados y problemas de financiamiento interno y externo.
La inflación promedio anual en estos últimos 20 años fue 12% con Néstor Kirchner, 25% y 30 con CFK en su primer y segundo mandato respectivamente y 40% anual con Mauricio Macri.
El periodo más largo de baja inflación en la Argentina fue entre abril de 1991 y diciembre del 2001 con la vigencia del Plan de Convertibilidad con una inflación acumulada del 50%.
En ese periodo hubo un esquema de tipo de cambio fijo de uno a uno del peso con el dólar. Para que se entienda: el valor del dólar se mantuvo durante casi 10 años en el mismo valor y no había un único mercado libre de cambios.
El otro periodo de estabilidad de precios, cambiaría monetaria y fiscal fue el de Néstor Kirchner que comenzó el 25 de mayo de 2003 con un dólar de 3 pesos y finalizó el 9 de diciembre con el mismo valor del dólar. Este fue el único periodo de la historia argentina un gobierno durante todo el periodo tuvo superávit fiscal, superávit comercial y un BCRA con patrimonio positivo.
Estos resultados le sirven al kirchnerismo para demostrar que el gobierno de Néstor Kirchner fue en términos macroeconómicos el mejor de la historia argentina desde 1930 en adelante y además le permitió por primera vez a un gobierno cancelar la deuda con el FMI por unos 10.000 millones de dólares.
El tipo de cambio y el impacto inflacionario
Más que preguntarnos cuáles son las causas de una tasa de inflación tan alta la pregunta que uno podría hacerse es porque entre 1991 y el 2001 y entre 2003 y 2007 la inflación fue tan baja en la Argentina.
En este aspecto hay que señalar: el mantenimiento de un esquema de tipo de cambio fijo único y libre junto a una macroeconomía equilibrada, un sistema de precios libres, un mercado de comercio exterior libre sin intervenciones y un BCRA con patrimonio neto positivo.
En gran parte de esos periodos, excepto el de Néstor Kirchner, no se pudo lograr mantener un esquema de tipo de cambio fijo y el equilibrio macroeconómico por lo tanto eso obligó a salir del esquema de tipo de cambio fijo, a recurrir a controles del tipo de cambio como el cepo cambiario impuesto al comienzo del segundo mandato de CFK junto a los controles de precios y restricciones a las importaciones o el fracasado sistema de metas de inflación de Mauricio Macri que debe ser considerado como uno de los grandes fracasos de la política económica de la Argentina.
No solo por los resultados que generó sino por el intento de querer bajar la inflación en forma gradual con un esquema híbrido de tipo de cambio fijo único y libre con metas de inflación. Algo muy lejano a los programas de ortodoxia cambiaria monetaria y fiscal que se utilizaron en el mundo para bajar rápidamente la tasa de inflación como Israel en los 80 y Argentina en los 90.
El modelo planteaba bajar la tasa de inflación anual del 50% en el 2016 para llegar al 5% anual de inflación anual en el 2021 pese a que el periodo presidencial terminaba a fin de 2019. Pero luego de bajarla al 25% en el 2016 la inflación trepó al 50% anual en el 2019 unas 10 veces más que la inflación prometida por Mauricio Macri para el 2021.
En el mandato de Macri el mercado cambiario se unificó y el valor del dólar pasó de 9,50 a 15 pesos en un mercado único y libre de cambios para finalizar en 60 pesos. Los desequilibrios macroeconómicos y la mega emisión del Lebacs del BCRA provocaron el fracaso de esas políticas que a su vez generaron una deuda con el FMI por unos 45.000 millones de dólares para evitar un nuevo default de la deuda pública en pesos y en dólares.
El aumento de la tasa de inflación desde el 2019
En los últimos tres años para explicar el aumento de la tasa de inflación se han lanzado muchos argumentos como:
- 1) el heterodoxo del ex ministro de Economía Martín Guzmán acerca de una inflación multicausal originada por tensiones en la demanda por falta de oferta de productos de empresas monopólicas, presiones por aumentos salariales y controles de precios que no funcionan.
- 2) los economistas ortodoxos como por ejemplo el diputado por La Libertad Avanza Javier Milei definen que la suba de la tasa de inflación es un fenómeno estrictamente monetario que se debe a la mega emisión monetaria del BCRA para financiar déficit fiscal.
- 3) hay otros argumentos de economistas como Walter Graziano de la consultora "Graziano y Asociados" que sostiene que el origen de la suba en la tasa de inflación de los últimos años se debe a un sistema financiero intrínsecamente inflacionario cuyas ganancias provienen de prestarle al sector público gran parte del dinero que podría ofrecerle al sector privado.
"Un déficit fiscal que se redujo a 2,5% del PBI y una fuerte reducción de la emisión monetaria del último trimestre del año no es compatible con una inflación que no bajará del 6% mensual de aquí hasta marzo" explicó el economista a Iprofesional.
A este argumento hay que sumar al BCRA que paga tasas del 75% nominal anual o del 107% efectivo mensual por la renovación de sus Leliqs a los bancos mientras estos le prestan al sector privado a tasas que van del 75% por créditos personales hasta tasas que superan el 100% anual por los saldos impagos de las tarjetas de crédito.
Qué piensa el equipo económico
Los números de inflación de enero pasado dejan en evidencia que la inflación inercial en la que entró Argentina desde el 2014 será muy difícil de reducir en los próximos meses y las consultoras y bancos han comenzado a modificar el número de este año a valores que van desde el 100% al 120% anual.
Con respecto al pensamiento del equipo económico de cómo resolver el tema de la inflación el sábado pasado en una entrevista de María O’Donnell y Ernesto Tenembaum al ministro de Economía Sergio Massa este dejó en claro algunos aspectos.
"El objetivo de bajar a la mitad de la inflación que recibimos, que es un poco el mensaje inicial que dimos nosotros, no cambió y ningún resultado de un partido me va a sacar de la pelea por el campeonato de bajar la inflación" manifestó el ministro y además agregó que no plantea debates de negación de la realidad.
"Al contrario, creo que mi responsabilidad es sobre la base de la realidad que tenemos tratar de poner sentido común y tomar las mejores decisiones para que superemos este contexto y para que tengamos, además, un segundo impacto en la estabilización económica a partir de la rebaja de inflación, que es centralmente el tema de cómo influye en la distribución del ingreso" expresó el ministro.
Massa además explicó que "van seis meses de gestión, pero tres años del gobierno actual que heredan de Macri un 50% de inflación, hoy es prácticamente 100% la inflación anualizada y nuestra meta de bajar la inflación es una meta que tenemos como equipo. El objetivo de bajar a la mitad de la inflación que recibimos, que es un poco el mensaje inicial que dimos nosotros, no cambió".
También sumó un tema adicional que el gobierno casi ignoró que fue el impacto micro y macroscópico de la sequía. "Tampoco en el momento que planificamos pensábamos que íbamos a tener una sequía que modificara 60% el precio del tomate. Y esto no es una excusa ni mucho menos. Yo administro la realidad y con sentido práctico" manifestó el ministro.
El problema actual es que el gobierno combina la ortodoxia que implica una reducción del déficit fiscal primario y el freno a la emisión monetaria junto a la heterodoxia de los controles de cambio y de precios y un tipo de cambio oficial que aumenta menos que la inflación mensual lo que implica un importante retraso cambiario y una brecha con el dólar paralelo que también está cerca del 100%.