Alerta en Economía: a cuánto saltaría el índice de inflación sin computar la carne
Hace 44 años, inicios de 1979, José Alfredo Martínez de Hoz era ministro de Economía y tuvo la idea de crear un índice de precios "descarnado" -censurando a la carne en la medición de la inflación- para intentar demostrar que la dinámica inflacionaria de ese momento era más baja ya que la carne había subido hasta un 300% interanual.
El Indec de aquel momento publicaba ambos índices: la inflación "con carne" y el índice "descarnado". Hacia septiembre de 1979, los precios minoristas habían avanzado 95,7%, y el índice "descarnado" acumulaba 85,8%.
La simultaneidad de las publicaciones le impidió a Martínez de Hoz cumplir con su objetivo de enfriar el proceso inflacionario ya que los formadores de precios se referenciaban en el índice más alto para ajustar los valores de los productos.
Hoy en día, la motivación de Martínez de Hoz se daría a la inversa. El precio de la carne viene corriendo detrás del índice de precios. Y más atrás todavía de la inflación del resto de los alimentos.
Según el Indec, la carne aumentó 62,4% a lo largo del año pasado contra 97,6% del rubro "Alimentos". Nada menos que una diferencia de 35 puntos de atraso.
El año anterior, en 2021, había sucedido lo contrario: la carne se encareció 60,6% contra 51,2% del rubro "Alimentos". Ese año, entonces, el precio de la carne vacuna había quedado casi diez puntos por delante del resto.
Cuánto dio el índice "descarnado"
Lo dicho más arriba: ahora pasa lo contrario a la época de Martínez de Hoz. Si se quita a la carne, el índice de precio da más arriba. No más abajo.
En concreto: de acuerdo al último informe de la consultora Eco Go, la inflación "descarnada" hubiese dado 6,6% en el GBA (un punto y medio por encima al IPC), lo cual da cuenta del enorme problema que tiene Sergio Massa para desacelerar la suba de los precios.
El peso de la carne en el índice de inflación es notable: equivale al 25,6% del rubro "Alimentos" y a un 9% del IPC. Es decir que, ante una suba del 10% promedio en la carne, el índice se mueve un 0,9%.
Las proyecciones
Se sabe, la estabilidad del precio de la carne no es para siempre ya que ese fenómeno tuvo que ver esencialmente con un hecho coyuntural: el fenómeno de la sequía que obligó a los productores ganaderos a liquidar ganado en pie antes de tiempo ante la catástrofe en los campos.
Algunos expertos en el sector, están convencidos de que -después de varios meses con los precios prácticamente planchados- se viene una fuerte suba de la carne.
Según explica el consultor Andrés Costamagna, hay razones estructurales en ese análisis. Básicamente, la aparición de lluvias recientes en las zonas productivas que ya están modificando la actitud de los productores.
La caída de lluvias en las últimas semanas llevó a los ganaderos a realizar una incipiente retención de cabezas en los campos. Una actitud que no habían tenido en los últimos meses.