• 22/12/2024

El desafío de reducir el déficit en un año electoral: dónde va a ajustar Massa para cumplir con el FMI

El ajuste que pide el FMI será más profundo del que parece. La austeridad y el detallismo fiscal serán las banderas de Sergio Massa hasta las elecciones
06/01/2023 - 13:00hs
El desafío de reducir el déficit en un año electoral: dónde va a ajustar Massa para cumplir con el FMI

La consigna es simple, pero muy difícil de cumplir: el Gobierno tiene que llegar al final de 2023 con un déficit fiscal primario (recaudación menos gastos) que no supere el 1,9% del PBI. Así lo fija el acuerdo que firmó con el FMI, condición para refinanciar la deuda de u$s45.000 millones y que, de no mediar un nuevo programa, obligará a la Argentina al escrutinio del Fondo en las cuentas del país hasta 2034.

El punto de partida son los 2,5 puntos de déficit primario con el que cerraron las cuentas públicas -sin confirmación oficial, pero que se descuenta- en 2022. Sin embargo, el ajuste será más profundo de lo que parece.

La desaceleración de la actividad en 2023 -se pasaría de un crecimiento del orden del 5% en 2022 a uno de 1,5% o 2% en 2023, en el mejor de los escenarios- impactará sobre la recaudación tributaria. Tampoco podrá computarse como "renta de Propiedad" la diferencia de valuación de títulos del Tesoro, una "trampita" que aplicó Martín Guzmán a principios del año pasado para sumar ingresos por 0,3 puntos del PBI.

De allí el denodado esfuerzo de Sergio Massa por limitar al máximo los gastos y dar señales, a quien quiera verlas, de que la austeridad y el detallismo fiscal fueron y serán sus banderas hasta las elecciones.

¿Dónde viene ajustando Massa desde que asumió?

Desde la asunción de Massa en agosto hasta noviembre -último mes con datos completos-, el gasto primario cayó $1,7 billones en pesos constantes respecto de igual período de 2021 (-23%). Un ajuste que se concentró en:

  • Obra Pública: -$553.000 millones, 32% del ajuste
  • Subsidios Económicos: -$333.000 millones y 19%
  • Asignaciones familiares y AUH: -$187.000 millones y 12%
  • Bienes y servicios: -$141.000 millones y 11%
  • Programas Sociales: -$96.000 millones y 6%

Lo anterior fue seguido de otras partidas en las que los recortes fueron menores, como Transferencias a provincias, Jubilaciones, pensiones y PAMI, y Gasto en personal, según un informe de la consultora Analytica.

En 2023, SergioMassa deberá intensificar el ajuste para cumplir las metas del FMI.
En 2023, SergioMassa deberá intensificar el ajuste para cumplir las metas del FMI.

La tónica fue similar en diciembre, cuando se repitió el ajuste en obra pública, los subsidios económicos y las transferencias a las provincias, pese a un leve incremento en las partidas por el pago del medio aguinaldo y el bono a los perceptores del programa Potenciar Trabajo.

Es que en los últimos seis meses, el mensaje que baja desde Economía es uno: restringir el gasto, frenar partidas, limitar el acceso a dólares (a la vez que se tienta el ingreso de nuevos con tipos de cambio especiales, como el "dólar soja 1 y 2"), subir tasas de interés y quitar peso del vencimiento de deuda futura con canjes voluntarios.

¿Por dónde vendrá el recorte en 2023?

"La primera mitad del año, Massa va a tener una ventaja, que es una base de comparación muy alta. Si mantienen el rumbo que traen hasta ahora, no van a tener problemas en mostrar que el gasto sigue cayendo en términos interanuales", dijo a iProfesional Claudio Caprarulo, director de Analytica.

En ese sentido, apuntó que "va a seguir el ajuste en la obra pública, los subsidios y planes sociales, para no tocar jubilaciones", que están atadas a la fórmula de movilidad previsional. "No hay mucha magia. Las partidas son las mismas y las que te mueven el amperímetro del gasto son las grandes", agregó.

Para llevar adelante esa política, Massa impuso un férreo control de gasto de todos los ministerios. A partir de este año, la cuota de fondos que reciba cada repartición del Estado que no se haya ejecutado en ese período no podrá ser usada como crédito para el futuro. Dinero que no se usa, se pierde.

"El recorte de planes sociales significa que se terminaron los bonos. Lo que compensabas con bonos se termina y, como mucho, van a hacer un bono muy segmentado y por poco dinero. En jubilaciones va a pasar lo mismo. La caída va a estar explicada por eso", analizó Caprarulo.

Economía impulsará una reducción de gastos, planes y asignaciones a lo largo de este año.
Economía impulsará una reducción de gastos, planes y asignaciones a lo largo de este año.

Según detalló el FMI en su última revisión correspondiente al tercer trimestre, las metas para alcanzar el déficit de 1,9% para el 2023 demandarán un ajuste de 1,8 puntos del PBI en el gasto. Para ser más precisos: 0,1 puntos del PBI en salarios, 0,2 en jubilaciones, 0,8 en planes sociales, 0,6 en subsidios y 0,1 en transferencias a provincias.

"Hay algunas señales que fueron claras. Por ejemplo, que el transporte a partir de marzo esté indexado por inflación. Pasó desapercibido, pero tiene una relevancia fuerte, por una cuestión de política. Ahí ya está marcado que va a bajar el déficit causado por los subsidios al transporte que, aunque sea poco, sigue profundizando la caída en el gasto", afirmó.

La esperanza oficial es que este programa logre canjear crecimiento por estabilidad macroeconómica y de precios, para evitar así un nuevo shock que pegue sobre la brecha cambiaria y la inflación.

¿Qué chances hay de un "plan platita"?

A pesar de las especulaciones sobre un aumento del gasto electoral, Massa sabe desde que asumió que, más allá del acuerdo con el FMI, no hay margen para avanzar con planes de estímulo al consumo a través de la emisión. El mercado de deuda local y la brecha del dólar cantaron en julio un "no va más" a la emisión descontrolada.

"Massa apuesta muy fuerte a decir que bajar la inflación será más positivo que seguir omitiendo las restricciones presupuestarias y ver qué pasa. La gran apuesta es compensar el ajuste fiscal con una mayor estabilidad y menor aumento en la tasa de inflación", aseguró el director de Analytica.

El temor del equipo económico, y del Gobierno en su conjunto, es que no está claro a dónde llevaría un nuevo shock. El que hubo en julio forzó el cambio de régimen inflacionario, de uno del 3% como piso a otro del 5%, incluso sin devaluación del oficial. De aquel laberinto se salió subiendo 25 puntos la tasa de interés, bajando fuertemente el gasto y acelerando el crawling peg (que por primera vez en un año y medio, hoy corre por arriba de inflación).

El Gobierno arranca el año electoral con la intención de respetar el control del gasto.
El Gobierno arranca el año electoral con la intención de respetar el control del gasto.

"Desde que llegó el Fondo que no hay margen para subir el gasto. Está muy condicionada la política económica del año que viene, no vemos un cambio, sino una profundización de esto con, en el margen, un ajuste en obra pública", concluyó.

En definitiva, así como Alfonsín ganó las elecciones en 1985 luego del lanzamiento del Plan Austral, que calmó durante un tiempo una inflación galopante a fuerza de ajuste ortodoxo y acuerdos de precios, el oficialismo busca que este ajuste lleve a una estabilización de la economía. Y espera que en las elecciones pueda lograr un resultado similar.

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