Alertan que está en riesgo la meta de inflación de Massa por una fuerte suba del precio de la carne
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Los productores ganaderos aseguran que lo sucedido antes de la Navidad fue el comienzo de la recuperación de los precios. Más bien, tienen esperanza de que sea así. O una mezcla de ambas cosas, entre la fe y la realidad. En concreto, en las últimas dos semanas hubo una incipiente suba de los precios del ganado en pie, y en el campo prevén que se viene un cambio de tendencia, que a los productores los podrá alegrar pero que ya pone en alerta roja a Sergio Massa.
Cualquier consumidor atento habrá notado que justo antes de la Navidad hubo remarcaciones en las carnicerías de 15% promedio en los cortes populares. Un movimiento que los criadores endilgan, básicamente, a los frigoríficos y carniceros, como suele ocurrir siempre antes de las fiestas de fin de año.
"Es cierto que el precio del ganado en pie subió de $306 a $322 (+5%), en el caso del novillo, pero en la calle se envalentonaron", dice un reconocido productor a iProfesional.
La cuestión de fondo, no obstante, podría suceder a partir de ahora y hasta antes de que termine el verano.
En concreto, algunos expertos en el sector están convencidos de que -después de varios meses con los precios prácticamente planchados- se viene una fuerte suba de la carne.
Según explica el consultor Andrés Costamagna, hay razones estructurales en ese análisis. Básicamente, la aparición de lluvias recientes en las zonas productivas que ya están modificando la actitud de los productores.
Los precios, impactados por la lluvia
La caída de lluvias en las últimas semanas llevó a los ganaderos a realizar una incipiente retención de cabezas en los campos. Una actitud que no habían tenido en los últimos meses.
Desde mayo, los productores hicieron todo lo contrario. Apuraron la liquidación de cabezas con el empeoramiento de la sequía.
Esa sobreoferta registró un efecto inmediato: los precios se plancharon a pesar de que la dinámica inflacionaria iba en el sentido contrario. Los precios de la carne corrieron bien por detrás de los demás alimentos, inclusive de aquellos que se encuentran regulados por el Gobierno.
El fenómeno hizo, además, que el pollo y el cerdo registraran subas potentes. "Al punto tal, que el kilo de pollo vivo -que históricamente vale un 90% del kilo de ganado en pie-, ahora cueste hasta cuatro veces más que el kilo de hacienda", refiere Costamagna a iProfesional.
Algo parecido pasa con el kilo de cerdo, que hoy cuesta más que el kilo de novillo en pie, cuando la relación histórica fue dos a uno a favor de este último.
"El mercado está distorsionado y vamos hacia la normalización", prevé el reconocido consultor.
El peso de la carne en el índice de inflación
El precio de la carne en los comercios se estabilizó a partir del mes de mayo. A punto tal que en noviembre se notó, directamente, deflación en algunos cortes populares.
El fenómeno fue clave para que Sergio Massa pudiera acreditar una fuerte desaceleración de la inflación, sobre todo de los alimentos. Contra un IPC que subió 4,9% en noviembre, el rubro alimenticio lo hizo apenas el 3,5%.
La clave hay que buscarla en lo sucedido con la carne: tiene un peso de un 30% de todo el rubro de los alimentos. Su influencia a la hora de hablar de inflación es crítica.
El retraso en el precio de la carne ayudó al consumo: de un mínimo de 47 kilos por habitante (anualizado), uno de los peores registros históricos, en los últimos meses trepó a 53 kilos por habitante, también en términos anualizados.
¿Cuánto aumentará el precio de la carne?
La previsión en el mercado ganadero es que el precio de la carne se encuentra atrasado en un 58%. Y que pronto habrá una recuperación de los valores.
Costamagna acuerda con esa magnitud. El consultor descarta una recomposición de golpe sino que, más bien, los aumentos que se vienen serán "escalonados".
"De acá hasta marzo o abril", afirma el especialista.
Si fuera así, Massa tendría problemas para cumplir con su objetivo de una inflación en continuo descenso, que llegue a un piso del 4% hacia el mes de abril.
De hecho, hay otros rubros que ya presionan sobre el índice de precios. Este mes, por caso, ya se anotó un ajuste del 40% en los pasajes en el transporte público, la quita de subsidios en las tarifas de gas y los aumentos en las prepagas. También en la telefonía y en los costos de Internet.
A estos incrementos hay que añadirle el 4% que se viene en los surtidores (naftas y gasoil) y un 4% en los alimentos de la canasta básica.
Todos estos ajustes -la mayoría de ellos regulados por el propio Gobierno- le ponen un piso elevado a la inflación de enero. Al menos, más alto que el deseado por Economía.
Como publicó iProfesional, los datos que vayan surgiendo serán claves para determinar la curva de las tasas de interés. Massa no quiere apurar una baja para no correr riesgos en el mercado cambiario, pero -en simultáneo- sabe que una medida así sería relevante para sostener la actividad económica.
Se vienen semanas determinantes alrededor de la evolución de los precios.