Dólar, inflación y mega emisión: cuáles son los costos de no devaluar el peso
En la actualidad, el Gobierno puso foco en una inflación del 4,0% mensual para los meses de marzo o abril del año 2023 pero esto no se condice con los enormes vencimientos de deuda en pesos, ya sea de la Tesorería o el Banco Central a 12 meses vista. Entre ambas, la deuda a renovar ascendería a los $22,2 millón de millones, algo así como el 33% del PBI. Si no hay renovación, habrá emisión y eso tiraría por la borda la posibilidad de una caída en los precios de la economía.
El gran problema que enfrenta el equipo económico es qué tal vez el número de inflación de noviembre sea un dato aislado ya que la mayoría de los analistas la proyecta por encima del 5% para este mes.
De acuerdo a lo que pudo saber iProfesional el número de la inflación, de acuerdo a los relevamientos de la primera quincena, estaría por encima del 5% mensual.
El valor se conocerá en la segunda semana de enero de 2023. El impacto de algunos precios de tarifas a lo que se deben sumar aumentos de productos estacionales relacionados por las fiestas de fin de año y el comienzo de las vacaciones podrían sumar más presión sobre los precios al consumidor.
Incertidumbre por la inflación de diciembre
En el mercado financiero local también hay incertidumbre con respecto al número de diciembre. Un reciente relevamiento de precios minoristas de la consultora Eco Go dio como resultado una inflación proyectada para diciembre del 5% y está es impulsada por los precios regulados en particular tarifas de servicios públicos pero lo que se observó es una menor variación en los precios del rubro Alimentos y Bebidas.
Hay que recordar que la inflación minorista del 4,9% mensual medida a través del IPC del INDEC en noviembre mostró un número mucho más bajo que el del consenso de los analistas por el REM del BCRA que proyectaba un 6,1% mensual y también que el 5,8 % mensual del IPC de CABA. En ese aspecto hay que destacar que la tasa de política monetaria del BCRA se mantuvo en el 6,25% y la tasa de devaluación fue del 6,6%.
En términos anualizados esto implica que la inflación fue del 92,4%, la tasa de interés del 75,0% anual y la tasa de devaluación del 65,7% anual. El BCRA luego de la baja de la tasa de inflación de noviembre debería haber comenzado a bajar la tasa de interés pero por ahora no hay señales para que eso pueda ocurrir. Por lo tanto si uno coloca pesos en un banco le pagan menos que la inflación y además el gobierno le cobra más impuestos.
El problema es que el BCRA en lo que va de noviembre aceleró el ritmo de emisión monetaria. De acuerdo a los datos del especialista Salvador Di Stefano en los primeros 15 días de diciembre, la suma de los pasivos monetarios es de $14,5 billones de pesos y estima que los pasivos monetarios del BCRA finalizarán el año en unos en torno de los $16 billones. Esto implicaría un aumento cercano al 75 % en lo que va del año, una cifra por debajo de la inflación.
La inflación es impulsada por la alta emisión
Lo que es evidente es que la alta inflación en la economía está impulsada por alta emisión monetaria, acompañada de la caída en la demanda de moneda. Los agentes económicos no desean quedarse en pesos y salen a cambiarlos por otros activos dolarizados o directamente por dólares y lo que sorprende por ahora es que el dólar paralelo registra un aumento por debajo de la inflación esperada. Por otro lado, el desarbitraje entre el dólar Qatar a $360 y los dólares alternativos financieros en torno de los $325 en algún momento se deberá resolver cómo lo resuelve el mercado.
Lo concreto es que el miércoles el BCRA volvió a recuperar la posición compradora que había perdido el martes pasado luego de 14 rondas de saldos positivos. Con el saldo positivo de ayer la entidad suma compras netas por unos 790 millones de dólares.
En 12 meses aumentó un 55%, lo que implica una cotización de $315 al 30 de noviembre. Para igualar la inflación del 92,4% debería costar hoy unos $390. Al respecto Di Stefano explica que con la emisión que se observa en las últimas jornadas, podría generarse una suba importante en las cotizaciones desde enero 2023 en adelante.
Esto deja en evidencia que desde el comienzo de la operatoria del dólar soja 2.0 de 230 pesos el 28 de noviembre el saldo neto comprador llega a unos 1.130 millones de dólares en tanto que desde la instrumentación de ese esquema el sector sojero liquidó divisas por unos 2.095 millones de dólares.
Buenas noticias para el Banco Central
La buena noticia para el BCRA es volver a tener un saldo positivo de divisas ya que el martes en rueda de duración muy reducida por el feriado nacional, el BCRA volvió a las ventas por primera vez en lo que va de implementación del dólar "soja" 2.0.
Ese día la autoridad monetaria se desprendió de u$s31 millones en el mercado de cambios y de esta manera puso fin a una racha compradora de catorce ruedas iniciada el 28/11 con el relanzamiento del Programa de Incremento Exportador (saldo positivo de u$s1.106 millones).
Un informe de Portfolio Personal Investment destaca que "más allá del dato anecdótico y aislado de ayer, debe resaltarse que en las últimas tres ruedas la liquidación por dólar soja resurgió con un volumen diario promedio de u$s180 millones, más que aplicándose desde u$s61 millones en las tres jornadas previas. Frente a este escenario surge el interrogante de la magnitud de las liquidaciones de los últimos ocho días hábiles que le quedan a 2022".
Para alcanzar el monto comprometido del sector agroindustrial exportador nucleadas en CIARA-CEC de unos 3.000 millones de dólares , el promedio de US$132 millones diarios debería sostenerse hasta fin de año.
El informe calcula que de mantenerse el ratio acumulado de compras de la etapa actual del esquema el BCRA se quedaría con unos 600 millones de dólares adicionales con compras totales que llegarían a unos 2.500 millones de dólares. Por lo tanto, el total de reservas netas a fin de año llegaría a unos 7.000 millones de dólares.
Con este dato habrá que enfrentar el verano esperar que la sequía no afecte tanto a la producción de granos para que desde abril en adelante en el llamado "trimestre verde" comiencen a liquidar los dólares de la cosecha gruesa. Todo esto se da en un entorno con un gobierno que más que generar incentivos para mejorar genera incentivos para no crecer desde el punto de vista financiero.