Inflación: una baja sorpresiva y una irresponsable explicación del gobierno
El anuncio de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti demuestra la falta de objetividad y de responsabilidad de una parte del gobierno frente a un problema muy grave que viven los argentinos que es la alta inflación.
Cerruti mencionó qué "hay un proceso de descenso de inflación en el país y no es el índice que lo estamos notando todos los que vamos al supermercado a hacer las compras y por suerte estamos entrando en un contexto de relativa calma"
La definición de un proceso de descenso de la inflación en términos económicos significaría que se trata de varios meses donde se observa una baja importante de medida en términos anualizados y los números del INDEC sólo mostraron una variación mensual del 4,9% frente a un promedio del 6 por ciento en los tres meses anteriores.
Esto no es lo que mostró el índice del Indec y además si la medimos en forma anualizada los últimos 12 meses la inflación fue del 92,4% frente a valores más bajos de los meses anteriores. Es la inflación anualizada más alta de los últimos 30 años, algo que debería saber Cerruti.
Bajó la inflación mensual: ¿alcanza?
Lo más grave es que esas declaraciones se produjeron antes de las 16 hs cuando el organismo da a conocer los índices violando el secreto estadístico del Indec que no permite la difusión de opiniones o de números de funcionarios antes que se difundan los datos lo que se considera como inside Information que puede modificar el comportamiento de los mercados.
Un reciente informe de Portfolio Personal Investment describe que: "una lectura positiva sería que la inflación, si bien en el margen, sigue desacelerándose, como lo evidencia la media móvil de 3 meses que baja desde un pico de 114,5% en septiembre (captura el pico inflacionario de julio) a uno de 99,7%".
El informe agrega que "sin embargo, una mirada más aguda indica que no hay indicios que permitan descartar que Argentina salga del régimen de alta inflación en el que ha ingresado en marzo, siendo una de las principales características su mayor volatilidad. La buena noticia, por el momento, es que el ritmo de suba de precios no muestra señales de aceleración".
Lo cierto es que la inflación minorista medida a través del IPC del INDEC mostró un número mucho más bajo que el del consenso de los analistas por el REM del BCRA que proyectaba un 6,1% mensual y también que el 5,8 % mensual del IPC de CABA. Pero el problema más grave no son las remarcaciones de los precios atenuadas por el programa de Precios Justos sino la mega emisión de pesos del BCRA de los últimos meses para financiar el déficit fiscal.
Las dudas de los expertos
La inflación minorista de la Ciudad de Buenos Aires de noviembre fue 5,8% (96,7% anualizado), desacelerándose marcadamente desde 7% en octubre (125,2% anualizado. Por lo tanto sorprende una diferencia tan amplía con el número del Indec de casi un punto.
El número sorprendió a varios analistas consultados por iProfesional algunos de los cuales manifestaron dudas con respecto a una proceso de baja de la inflación.
El especialista Salvador Di Stefano explicó que "por el momento es difícil encontrar algún fundamento para esperar un proceso de reducción de la inflación como manifestó la vocera presidencial y agregó que la ínfima reducción de la inflación mensual que se habría observado en noviembre pasado tiene que ver un fenómeno estacional que es la peor sequía de los últimos años que afecta al sector agropecuario y no por algún tipo de medida macroeconómica para reducir la inflación".
Di Stefano agregó qué "hay que estar alerta porque parece que se adelantó el día de los inocentes, porque la inflación de noviembre 4,9% que la inocencia les valga". Una frase que también dio a conocer por su cuenta de twitter.
Inflación: ¿se puede bajar al 3% en los próximos meses?
La mayoría de los analistas económicos consultados por iProfesional cree qué hay que esperar para ver si se trata de un proceso de reducción y consideran que será difícil llegar a una cifra cercana al 3% mensual en abril como pregonan desde el equipo económico que sería , coincidente con un ritmo anualizado de 40 % como proyecta el equipo económico de Sergio Massa para abril del 2023 frente al 60 % anual que figura en el Presupuesto 2023.
También coinciden que el buen número de noviembre, perforó el valor del 5 por ciento mensual, está íntimamente relacionada con el precio de la carne que en los dos últimos meses bajó en promedio un 15 por ciento e impactó en el IPC de noviembre. El precio de los alimentos aumentó sólo un 3,5 % frente a un aumento del 6 % del mes anterior. El rubro que más aumentó fue el de Vivienda, Agua y Electricidad, Gas y otros combustibles con un 8,7 % y dentro del mismo se destacó el aumento de los servicios de gas y electricidad por los aumentos de tarifas autorizados por el gobierno para reducir los subsidios energéticos.
La novedad más importante, luego que se conociera el índice, fue que al mostrar un número mucho más bajo que el esperado por las consultoras y bancos y luego de conocerse las imprudentes declaraciones de Cerruti el Indec salió a aclarar algunos aspectos a través de fuentes cercanas al director del organismo el economista Marco Lavagna.
"En el mes a mes siempre se observan discrepancias en las mediciones de la inflación porque existen diferencias en los relevamientos, dependiendo del momento en que se relevan los precios o de la periodicidad en que se toman esas muestras cómo se da en el caso de los servicios y hay que analizar si se toman los precios desde el momento que entran en vigencia o desde la emisión de una factura" explicaron a Iprofesional fuentes cercanas al Indec. La frase más contundente que pone en duda las declaraciones de Cerruti.
Baja de la inflación: 3 elementos clave
También destacaron qué hay 3 elementos clave que influyeron en ese menor ritmo de suba de la inflación en noviembre y señalan la estacionalidad de noviembre que es un mes en el que el rubro frutas y verduras refleja la baja en algunos precios lo que reduce la presión de esa categoría y a este factor se sumo una característica que aporta buenas noticias pero puede revertirse ya que la amolia sequía acotó la disponibilidad de granos para alimentar el ganado y el valor de la carne se planchó desde mediados de año con una evolución que quedó por detrás del resto de los precios.
"Este resultado se debe a que el mercado recibió una mayor oferta de aquellos animales que llegan a los frigoríficos en vez de continuar con su proceso de engorde y la carne tiene una fuerte incidencia en la canasta de alimentos lo cual llevó hacia abajo el precio promedio" explicaron estas fuentes.
Como consecuencia de la falta de agua y pasturas para alimentar el ganado muchos productores comenzaron a liquidar vientres pero detrás de esto se esconde una especie de trampa inflacionaria para los próximos meses que es la incidencia del dólar soja a 230 pesos en el valor de los granos que se utilizan para alimentar al ganado en el campo y también en el sector avícola.
El aumento del precio del dólar soja se ha trasladado a todos los insumos relacionados con la producción agropecuaria.
Por ese motivo mientras que el precio de la carne bajó el precio de los cereales aumentó en promedio un 50 % por lo que se denominan pass trough que es el traslado de ese aumento transitorio del tipo de cambio diferencial a los precios.
Los riesgos de la unificación del mercado cambiario
En este aspecto hay que señalar qué tal como opinan desde el equipo económico una unificación del mercado cambiario como pide el FMI provocaría un fuerte aumento de la tasa de inflación.
El especialista Salvador Di Stefano explicó a Iprofesional que: "desde junio en adelante el país se sometió a un experimento monetario en donde se emitieron pesos por distintas vías, con el fin de pagar intereses de deuda del Banco Central, sostener la cotización de los bonos en pesos para lograr capturar financiamiento del sector privado y la puesta en marcha de dólares alternativos, como el dólar soja, con el fin de aumentar el stock de reservas y la recaudación tributaria".
Hay que considerar que el BCRA utiliza al mismo tiempo la emisión de pesos para financiar el déficit fiscal, para pagar los intereses de las Leliq que coloca a los bancos, para comprar bonos del Tesoro para que no caigan sus precios en el mercado y por último para incentivar la liquidaciones del dólar soja para aumentar las reservas internacionales del BCRA y la recaudación de las retenciones que se le cobra al sector exportador agropecuario industrial.
Todo esto generó que la inflación que en junio pasado se ubicaba en torno del 64 % anual, hoy se estima que noviembre está en un valor superior al 94 % anual. En tanto que la tasa de política monetaria pasó del 49 % al 75 % anual. En ese aspecto es probable que por la baja de la inflación de noviembre en las próximas horas el BCRA anuncie un baja de la tasa de interés.