Dólar Soja 3.0: ¿la nueva alternativa del BCRA para el 2023 si la sequía no afloja?
El fuerte impacto de la sequía por la que el país perdería exportaciones del sector agropecuario por unos 10.000 millones de dólares en 2023 podría llevar al equipo económico a implementar un nuevo dólar soja desde abril del año próximo.
De acuerdo a lo que pudo saber Iprofesional, de fuentes cercanas al sector rural, existiría la posibilidad de instrumentar un nuevo mecanismo a un valor superior del dólar soja 2.0 de 230 pesos a partir de la próxima cosecha de abril a junio del año que viene si no cambian las adversas condiciones climáticas actuales.
Como dato preocupante hay que destacar un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que indica que la pérdida de superficie cosechada de maíz es la más alta de las últimas 40 campañas y los rendimientos los más bajos de los últimos 15 años. En cantidad de hectáreas la caída sería de unas 830.000 y habría que remontarse al ciclo 1980/1981 para observar un nivel de alérgicos mayor.
En números eso significa que el país perderá el año próximo unos 2.000 millones de dólares de exportaciones de trigo a los que se sumarían otros 8.000 millones de dólares por el resto de los cultivos mayoritariamente soja y luego maíz y cebada.
Proyecciones
En un escenario optimista se proyecta un ingreso de dólares de exportaciones del agro por unos 36.100 millones de dólares que representan una caída del 20 por ciento o el equivalente a unos 9.500 millones de dólares con respecto a 2.022.
En un escenario pesimista se proyectan exportaciones por unos 30.000 millones de dólares con una caída de 15.800 millones con respecto a este año lo que representaría una baja del 35 %. Mientras que considerando un escenario realista se proyectan exportaciones por unos 33.100 millones de dólares. La caída sería de unos 12.500 millones de dólares lo que significaría una baja de las exportaciones agropecuarias del 27,5 % con relación a este año.
El punto más importante para para no perder la objetividad en el análisis del impacto del dólar soja a 200 pesos y del dólar soja 2.0 a 230 pesos es que se trata de alternativas para no devaluar el peso en el mercado oficial libre de cambios (MULC) frente al dólar a través de la creación de otro tipo de cambio diferencial.
También hay que destacar que a diferencia del resto de los otros tipos de cambio diferenciales como los dólares financieros alternativos y el dólar turista este tipo de cambio es transitorio como fue el dólar soja a 200 pesos de septiembre y como podría ser otro dólar soja 3.0 a partir de enero a otro valor superior a 230 pesos.
Los problemas del dólar soja
Entre septiembre y noviembre ese tipo de cambio diferencial aumentó un 40 % mientras el valor del dólar oficial un 20 por ciento.
El problema es que tanto el dólar soja de 200 pesos de septiembre como el actual dólar soja 2.0 o cómo un futuro dólar soja 3.0 es una especie de devaluación disfrazada del peso para tratar de evitar las presiones cambiarias.
Lo cuestionable es que impacta en un solo sector que es el agroexportador industrial.
El resto de los sectores exportadores le vende al BCRA sus dólares a 167 pesos en el mercado oficial de cambios al igual que los importadores que reciben los dólares del BCRA para pagar sus importaciones.
Tres distorsiones
Es acá donde aparecen tres distorsiones:
El último informe de la consultora Invecq señala que: "si bien formalmente no se trata de una devaluación, la implementación de este tipo de cambio diferencial tiene marcados impactos monetarios cuantificables y, también, de expectativas difíciles de cuantificar, pero previsibles.
El informe destaca que haber recurrido nuevamente a un "dólar soja" en lugar de convalidar un salto discreto del oficial es otra señal más para los agentes económicos que venden divisas al BCRA por sus exportaciones la cual los incita a continuar pujando por beneficios sectoriales.
La implementación del dólar soja deja en evidencia el muy bajo nivel de competitividad del tipo de cambio oficial. Si bien con esto se evita la devaluación y se convalida al sector sojero un tipo de cambio un 38 % superior al oficial ($230 o $167), en la práctica monetariamente el BCRA finaliza Central emitiendo el equivalente a $272 por cada dólar acumulado neto de ventas a los importadores. Este valor está un 60 % por encima del dólar oficial.
La estrategia
Por lo tanto, la estrategia de convalidar un tipo de cambio más alto solo para las liquidaciones del sector exportador agroindustrial y que no se extienda para la demanda de dólares de los importadores que tendrá el BCRA hasta fin de mes provocará un desequilibrio monetario que complicará el frente interno pero hay un efecto positivo que se debe considerar en el análisis.
El efecto positivo del dólar soja 2.0 se observará en las finanzas públicas. Al igual que con la primera versión de septiembre, la recaudación tributaria en concepto de derechos de exportación se incrementará en el último mes del año ayudando así a cumplir la meta de déficit fiscal primario del 2,5% del PBI.
Si efectivamente terminan liquidándose los dólares que el gobierno espera podría proyectarse una recaudación total en concepto de retenciones de 252.000 millones de pesos para el mes de diciembre, generando una recaudación extra respecto del escenario base de 140.000 millones de pesos. Esto equivale a ingresos extraordinarios por aproximadamente 0,2 puntos porcentuales del PBI.
Desde el punto de vista cambiario es un paso hacia atrás para la utilización del dólar oficial como herramienta de política económica. Este noviembre aumentó un 6,3% mensual y cada vez se vuelve más irrelevante, excepto para los sectores importadores y para el análisis de los activos dólar linked. Estos tienen apetito por la cobertura cambiaria, a pesar de que el BCRA sigue utilizando medidas heterodoxas para no devaluar el peso frente al dólar.
Piso de liquidaciones del dólar soja 2.0 de unos u$s3.000 millones
El BCRA habría acordado con el sector exportador agroindustrial un piso de liquidaciones del dólar soja 2.0 de unos 3.000 millones de dólares que serían poco menos de la mitad de las liquidaciones que tuvieron lugar en septiembre con el dólar soja a 200 pesos. En el caso que el piso de liquidaciones sea de unos 3.000 millones de dólares se podría analizar cuál sería el impacto monetario bajo diversos escenarios de liquidaciones y, también, de ventas del BCRA a los importadores.
El trabajo de Invecq detalla que con el Dólar Soja 1.0 el BCRA compró casi 6.500 millones de dólares del complejo sojero y vendió en el mismo lapso aproximadamente unos 2.300 millones de dólares.
En este caso una liquidación de 3.000 millones de dólares con un BCRA vendiendo unos 1.000 millones a los importadores implicaría una emisión neta de aproximadamente de unos 480.000 millones de pesos. En otras palabras, implicaría que el BCRA imprima el equivalente a un 11,3% de la base monetaria promedio de noviembre. Desde ya, de todos los factores de emisión, este es el menos nocivo dado que tiene como contrapartida la acumulación de divisas.
Con esta acumulación de dólares el BCRA podría cumplir la meta de reservas netas del cuarto trimestre. Al 1/12/22 se estima que el BCRA lleva acumulados poco más de USD 1.400 M en el año bajo la métrica del FMI y al 30/12/22 debe mostrar una acumulación anual de USD 5.000 M. Contemplando que podrá computar USD 1.625 M en DEGs que actualmente no posee, pero sí recibirá en el último desembolso del año; más los USD 2.000 netos que dejaría el Dólar Soja 2.0 en el escenario base, el BCRA podría cumplir (al límite) la meta de reservas.
Cómo podemos observar este nuevo dólar soja a 230 pesos es una herramienta más que el gobierno utiliza para evitar una devaluación del peso frente al dólar pero a la vez le sirve para cumplir con la metas fiscales y de reservas netas con el FMI y por el momento evitar un fuerte salto devaluatorio que complicaría el intento del equipo económico de bajar la inflación al 3 % mensual a partir de abril del 2.023 frente al 5,2 % provisorio que habría registrado el Indec en noviembre pasado.