"Luz Amarilla" para Massa: una licitación preocupante y una deuda en pesos angustiante
El Tesoro sólo consiguió el lunes renovar unos $219.050 millones frente a un total de vencimientos por $258.480 lo que implica que no se logró un roll over del 100% y se alcanzó sólo el 83 por ciento de lo que vencía.
Por su parte, el ministerio de Economía en su comunicado informó que: "con esta licitación el Tesoro Nacional consiguió refinanciar la totalidad de los vencimientos de noviembre, rechazando oferta en niveles superiores y en cuanto a la segunda vuelta de hoy el monto total a licitar será por hasta un monto de valor nominal original máximo del 20 % del total adjudicado en primera vuelta de las Ledes".
Lo más preocupante no es que sea la peor licitación desde el 12 de abril sino los altos vencimientos por unos 13,5 billones de pesos desde ahora hasta septiembre de 2023. El problema es que desde enero de 2.023 en adelante los vencimientos de deuda en pesos del Tesoro por mes son superiores a 1 billón de pesos.
El próximo test del próximo 14 de diciembre tal vez sea una gran prueba para el equipo económico de Sergio Massa ya que vencerán unos $405.638 millones.
Qué dejó esta licitación
Lo que quedó claro en esta licitación más allá de los detalles técnicos es que el sector privado se muestra cada vez más reticente a renovar esos vencimientos más allá de septiembre del año próximo antes de las elecciones presidenciales.
Al respecto desde Portfolio Personal Investment explican que: "no caben dudas que el panorama se complicó notoriamente tras los flojos resultados obtenidos en las últimas 4 licitaciones y la debilidad en el mercado secundario".
Hay que destacar que del total de financiamiento obtenido el 75 % estuvo representado por instrumentos a tasa fija y el 25 % restante a instrumentos indexados al tipo de cambio oficial y el 12 % correspondió a instrumentos con vencimiento al 2.022 y el 88 % restante en instrumentos con vencimiento en 2.023.
En esta nueva licitación la gran totalidad de los títulos se encontraban en manos del sector privado y eso implica una señal de preocupación para los analistas del sistema financiero local y de Wall Street.
Esto además significa que en el futuro si el financiamiento no se consigue mediante esta vía, es probable que se busque otra alternativa peor como la asistencia monetaria del BCRA.
Tasas a la suba
El especialista Salvador Di Stefano explicó a iPprofesional que: "está licitación demostró que en la actualidad los bonos en pesos que ajustan por inflación muestran tasas a la suba, el bono que vence en agosto del año 2023 rinde inflación más 7,1% anual y el bono que vence en julio del año 2024 el 12,9% anual, hay una brecha del 5,8% entre ambos. En el caso del bono con vencimiento en octubre del año 2023 a tasa variable, la tasa es del 128,2% anual".
El mercado no financia a la Tesorería más allá del año 2023, y cuando lo hace pide tasas más altas. Esta dinámica es peligrosa porque potencia la concentración de vencimientos y eleva los pagos de intereses. En esta dinámica incrementa el déficit fiscal, se acelera la emisión, esto trae como consecuencia más inflación y más brecha cambiaria
El resultado fiscal de la Tesorería en los últimos 12 meses ascendió a unos $2.690.463 millones de déficit fiscal. En igual período de tiempo, el BCRA habría emitido $1,19 millón de millones para intervenir en el mercado comprando bonos en pesos, adelantó fondos a la Tesorería por $1,3 billones y habría pagado intereses de Leliq y pases por un total de $2,7 billones.
Hay que recordar que en la última licitación del 18 de noviembre logró captar un financiamiento neto de 33.500 millones de pesos con una tasa de refinanciamiento del 117 %.
Se complica la renovación de deuda a futuro
Con respecto a esta última licitación está baja al 83 % de aceptación significa que al Tesoro se le hará cada vez más difícil renovar los vencimientos de deuda en pesos hasta septiembre del próximo año considerando que los inversores no están dispuestos a renovar vencimientos de deuda en el periodo post electoral.
Desde el 3 de octubre, cuando finalizó la operatoria del dólar soja, el BCRA vendió unos 1.600 millones de dólares que compró, con una inflación mensual que se estabilizó por encima del 6 % mensual en los últimos 3 meses encendió las alarmas en el sistema financiero local y en Wall Street pero habrá que ver si la tendencia cambia con la instrumentación del dólar soja 2.0 por el cual ayer el Central sumó compras por 200 millones de dólares.
En línea de cómo se podría comportar el sector privado en el futuro hay que señalar que a diferencia del primer canje deuda en pesos del 9 de agosto pasado que tuvo una adhesión del 70,6 % el segundo canje realizado el 10 de noviembre por el ministerio de Economía logró un solo 60,4 % de adhesión.
En el primer canje las tenencias de títulos en poder llegaban al 58,6 % mientras que en este segundo canje las tenencias se redujeron al 45,7 %.
Baja intervención del sector privado
Por lo tanto, al considerar un promedio del 50 al 60 % de títulos en poder de entes estatales se puede concluir que hubo una baja intervención del sector privado.
En el comunicado de prensa que dio a conocer luego de ese canje el ministerio de Economía destacó que el Tesoro tenía vencimientos unos 894.100 millones este mes y otros 847.100 millones en diciembre y luego de esta refinanciación logró reducir esos vencimientos a 464.100 millones y otro 466.490 millones respectivamente.
En este canje al igual que en el canje del 9 de agosto pasado el Tesoro volvió a ofrecer el bono dual con vencimiento junio, julio y septiembre del 2023 que paga al final del vencimiento el mejor rendimiento entre el ajuste por la evolución del tipo de cambio oficial o de la indexación por la inflación.
El análisis de acuerdo a varios analistas financieros consultados por iProfesional es que se trató de un canje con una participación más baja de los inversores privados de la que se preveía y que el Tesoro deberá tratar de hacer más canjes para tratar reducir más esos vencimientos de deuda en pesos.
Evitar la salida de dólares del sistema financiero
Para evitar una fuerte salida de dólares del sistema financiero, similar a la de junio-julio pasado el ministerio de Economía realizó esos canjes de deuda para intentar que no ocurra un evento parecido a fin de año. En particular por la frágil situación en que se encuentra el BCRA en lo que hace a sus reservas líquidas o de libre disponibilidad.
Con esos canjes el Ministerio de Economía buscaba lograr una gran aceptación por parte de los inversores institucionales extranjeros y los fondos comunes de inversión para que antes de las elecciones no desarmen sus carteras en pesos para salir a comprar dólares en los mercados financieros alternativos como del Dólar MEP y el Dólar Contado Con Liqui.
De acuerdo a datos de la consultora Empiria el total de la deuda nominada en pesos llega a unos 125.000 millones de dólares de los cuales unos 100.000 millones de dólares está atada a tasa variable ajustada por inflación o por tipo de cambio oficial o por ambos como el caso del Bono Dual emitido en los últimos canjes de deuda en pesos.
La mayoría de los analistas de Wall Street y del mercado financiero local sostienen que la deuda en pesos está mostrando señales de saturación tanto por los bajos niveles de refinanciación, por las altas tasas que debe pagar Tesoro y por los pocos instrumentos que puede utilizar para convencer a los inversores donde el bono dual ajustado por la evolución del tipo de cambio oficial o por la inflación surge como el único elegido.
Esto ya se venía reflejando en el resultado de las dos licitaciones del Tesoro de octubre y las últimas de noviembre que en el mercado llamaron la atención por el bajo nivel de refinación conseguido y las altas tasas de interés pagadas para renovar esos vencimientos.
Esto se traduce en que el peso de la deuda en moneda local es cada vez mayor y a esto hay que sumarle la ponderación de los títulos indexados y por eso el mercado descuenta un panorama de refinación post electoral muy complicado.