El plan Ahora 30 no despega: por qué se convirtió en otra apuesta fallida del Gobierno
Con el objetivo de sostener el consumo interno, uno de los postulados básicos de los gobiernos kirchneristas, y con el incentivo de vivir el Mundial de Fútbol con imágenes renovados, el Gobierno nacional lanzó el programa Ahora 30 para la adquisición de una serie de electrodomésticos de línea blanca y celulares hasta en 30 cuotas, pero a sólo dos semanas de su lanzamiento parece condenado irremediablemente al fracaso.
El plan naufraga por los efectos de una economía que hunde los ingresos formales de las personas y colisiona con los intereses comerciales de los bancos que les impiden asumir más riesgos crediticios que aquellos que les habilitan la normativa vigente y su propia estrategia financiera.
"Lamentablemente, es una buena idea que no está dando los resultados esperados", afirmó a iProfesional, Fabián Tarrío, director de Comercio de CAME.
La explicación es muy sencilla y es reflejo de lo que sucede en la economía diaria de las familias: las cuotas a pagar por uno de los productos que integran el programa consumen todo el cupo de financiamiento habilitado en las tarjetas y en consecuencia no puede realizarse la operación o directamente el consumidor opta por no realizar la compra.
"El techo para efectuar una compra en cuotas con tarjeta de crédito está directamente relacionado con la capacidad de pago que tienen el titular y en la mayoría de los casos no es suficiente", explicó el directivo.
Tal vez el dato más preocupante es que durante los últimos días hubo reuniones con los bancos y la Secretaría de Comercio y no parece haber una solución al respecto. La imposibilidad de las instituciones financieras en ampliar la capacidad de compra de los tarjetahabientes es una barrera infranqueable.
El plan para comprar en 30 cuotas no arranca
"Nos han dicho que las normas crediticias impiden subir los máximos para compra en cuotas y además los bancos no quieren correr el riesgo de financiar a consumidores por encima de lo que sus ingresos demostrables lo permiten", agregó Tarrío.
El salario registrado promedio de la Argentina es de $155.000 lo permitiría un tope de gastos financiados por encima de los $300 mil pesos.
"Si se busca un producto de $100 mil al aplicarse una tasa de 48% en 30 cuotas se transforma en cerca de $200 mil", graficó Tarrío, lo cual demuestra que la compra de un solo bien dejaría condicionada la utilización de ese plástico para su tenedor.
La tendencia de los consumidores es no comprometer el cupo máximo asignado.
Pero existe un riesgo adicional que los bancos tampoco están dispuestos a enfrentar que es el incumplimiento en los pagos mensuales de los resúmenes.
Con tarjetas al máximo y cuotas altas, los consumidores pueden tentarse con los pagos mínimos y en momentos en que la tasa de interés para financiar saldos está muy por encima del 100% "la bola de nieve" puede convertirse en imparable.
Cuotas y tarjetas: silencio desde los bancos
Desde el sector bancario impera el silencio. Las consultas sobre esta situación fueron respondidas con evasivas. Apenas un "Sí, es así", pudo conocerse de boca de un vocero de una entidad de primera línea que pidió no ser citado.
La situación es incómoda para el sector financiero ya que se convirtieron en los principales responsables del fracaso de un programa que había sido consensuado.
En su lanzamiento a principios hace apenas dos semanas, el ministro de Economía, Sergio Massa, había destacado que la implementación de esta iniciativa había sido a partir de un acuerdo entre actores del sector privado.
Sin embargo, a los pocos días ya se da por descontado que no logrará los resultados buscados.
Los que quedaron atrapados sin poder ofrecer ninguna alternativa son los fabricantes y las cadenas de comercialización, que habían apostado a que el plan iba movilizar las ventas, especialmente de televisores en los días previos al Mundial de Fútbol. Hoy ya son conscientes que ese grito de gol es una utopía, a pesar que se mantienen fuertes campañas de promoción.
Tarrío reveló que, por ejemplo, la venta de televisores está por debajo de las que se registró en la previa al mundial 2018, aunque por encima de los primeros días de octubre, lo cual no sería así en un año normal.
Este comportamiento se explica por la decisión del público de buscar fuentes de financiamiento alternativas en lugar de "cargar la tarjeta", más allá de que la tasa aplicada está muy por debajo de la inflación esperada.
Este movimiento se observa especialmente en algunos comercios de cercanía, donde incluso existen formas de financiamiento básicas, que les permiten captar ingresos no bancarizados.
En una economía donde más del 50% de las transacciones no están registradas, existen consumidores con dinero para realizar compras por fuera de lo que resultan los canales formales que se vuelcan a los comercios zonales donde encuentran variantes domésticas.