La inflación devaluó los planes sociales: cuánto deberían subir las asignaciones que paga el Gobierno
El último informe elaborado por el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) informa que nuestro país finalizaría con un nivel de pobreza para el 2022 por encima del 36%. Si comparamos con América Latina, la pobreza en Chile es 12,1%, Uruguay 10,7%, Brasil 23%, Perú 25%, Paraguay 26% y Ecuador 27%. La inflación argentina será record desde 1991 con 100% en 2022. Las personas que se encuentran en la pobreza e indigencia son el eslabón más débil y perjudicado por el actual contexto de aceleración inflacionaria. Hace ya 20 años Argentina viene incrementando en forma sostenida las partidas del gasto social para diferentes planes y asignaciones. Sin embargo, la situación no mejora para esas personas sino que ha empeorado a lo largo del tiempo.
Uno de los programas de asistencia social es la Asignación Universal por Hijo que nació en el 2009 con el objetivo de erradicar la pobreza infantil y adolescente. Se inició con un aporte de $180 en el 2009 hasta llegar al 2022 con un beneficio de $7.332 por hijo. A lo largo de esos años, sin embargo, la asignación terminó devaluada frente a la inflación que debería ser de $11.932 para compensar la inflación acumulada de 6.082% en todo el período analizado.
Por la inflación, todos los planes sociales se devaluaron
Si realizamos este mismo ejercicio con el resto de los programas sociales que brinda el Gobierno para mejorar el nivel de ingresos de las personas en la pobreza su devaluación es general para todos los casos.
En el caso de la Tarjeta Alimentar, nació en el 2020 con el objetivo de que las familias puedan acceder a los alimentos de la canasta básica, el ultimo valor que se registro fue de $9.000, pero que ajustado por inflación este debería ser de 14.377 pesos.
El Plan Potenciar Trabajo, en tanto, surgió en el 2020, para mejorar el empleo y generar propuestas productivas en la formación laboral, actualmente es de un valor de $25.600. Si se ajustará por la inflación del período debería ser de 30.550 pesos.
El programa Fomentar empleo surgió en 2021 con una asignación de $15.000 y en 2023 es de $23.000. Ajustado por inflación desde su surgimiento a la fecha debería ser de 40.220 pesos.
Otros programas como la Prestación Básica Universal, fue creado en el 2009 para que las familias puedan acceder a servicios de telefonía, internet y tv paga, inicio en $391. Actualmente se encuentra en $17.166 (ajustado por inflación debería ser 25.907 pesos).
Por su parte, la AUH con Discapacidad y Asignación por 7 hijos, nacieron en el 2013 con un nivel de beneficios en pesos de $1.200 y $2.237, en la actualidad se encuentra en $23.881 y $37.965. En términos reales debería ser $38.438 y $71.663, respectivamente.
La devaluación de los principales programas sociales que estableció el Gobierno muestra dos cuestiones fundamentales: la primera, si bien aumentaron los programas sociales en el tiempo, estos no garantizaron la baja de la tasa de pobreza.
La segunda cuestión clave tiene que ver con los valores de los beneficios los cuales, en términos reales, no se encuentra logrando superar los niveles de inflación en el tiempo, por lo cual no permite cubrir eficientemente las necesidades básicas.
En esta medida, si vemos estos valores nominales en términos del dólar paralelo, se observa que se encuentran cayendo en el tiempo, tal es el caso de una AUH que, en la serie a dólar paralelo, comenzó siendo u$s46,6 para finalizar en u$s25,4 luego de 10 años. En el caso de la Prestación Básica Universal arrancó en 2009 en u$s101,2 y hoy es de u$s59,40. Entre otros la AUH con discapacidad paso de u$s120 a u$s82,60 y en el caso de PNC Invalidez de u$s158,3 a 92,60 dólares.
La mayor contradicción de los planes sociales es que las asignaciones efectuadas para paliar la pobreza e indigencia generada por la falta de iniciativa privada para la generación de empleo y por la evolución de la inflación se encuentren devaluados frente a ese mismo proceso que intentan contener.
La pérdida de los valores reales de las ayudas demuestra que ese mismo universo beneficiario sin empleo y en precarias condiciones sociales se encuentra aún peor respecto de su nivel de ingreso real.
Los planes aumentaron muy por debajo de la inflación
Si bien el Estado, a través de instituciones como ANSES o Ministerio de Desarrollo Social, intenta proveer de recursos para que las personas en situación de pobreza al menos cubran sus necesidades básicas, en un contexto de 100% de inflación no se encuentra garantizando que estos ingresos extraordinarios puedan mejorar los niveles de vida de las personas.
Por ejemplo, sólo tomando este año los principales programas tuvieron aumentos de entre 29% y 60% muy por debajo de la inflación actual que llega al 90 por ciento.
Sin incentivos reales para que haya un crecimiento de la inversión privada, producción y empleo apalancado en una mejora de la calidad educativa y de salud de nuestra población los planes sociales devaluados no podrán ser sustituidos por un plan privado y digno de trabajo para cada a una de las personas que hoy depende de la caridad estatal de la política clientelar de turno.