El FMI juega fuerte en la interna del Gobierno: respaldó a Massa y envió una dura señal sobre el ajuste a Cristina
Justo después del mediodía del jueves, desde el Ministerio de Economía difundieron un artículo del tradicional semanario británico The Economist con un título directo, fuerte, para sus lectores: "Sergio Massa es lo único que se interpone entre la Argentina y el caos".
Desde el Palacio de Hacienda interpretaron que esa definición dejaba bien parado al ministro, a pesar de que el artículo fuera muy duro, con un planteo crudo sobre la actualidad económica en la Argentina.
"La inflación este año se encamina al 100%. Como ha sucedido varias veces en los últimos 50 años, Argentina se encuentra nuevamente perdida en un laberinto económico creado principalmente por ella misma", publicó The Economist. "Las distorsiones han llegado al punto de peligro", concluyó.
El diagnóstico del semanario inglés, de lectura obligada para los financistas de Londres y Wall Street, se asemeja a la que tienen los técnicos del Fondo Monetario, y que el propio Massa y su equipo ya escucharon en los últimos dos viajes a Washington.
Las condiciones del FMI
Kristalina Georgieva fue enfática como nunca antes -desde que Argentina y el Fondo firmaron el último acuerdo- sobre los deberes que debe hacer el Gobierno para que no estalle la economía.
El foco de la directora gerente del FMI está puesto sobre la dinámica inflacionaria. Para los técnicos del organismo, es clave que la economía vaya a una urgente desaceleración en los aumentos de los precios.
"Nuestro compromiso es con el pueblo de Argentina. Y lo que espera el pueblo de Argentina es que su gobierno se tome en serio la necesidad de reducir la inflación y eso es lo que apoyamos con nuestro programa", dijo Georgieva el jueves durante la conferencia de prensa en el marco de la asamblea del Fondo y el Banco Mundial.
Desde Washington sostienen que es imperioso que el Gobierno cumpla con el acuerdo. Básicamente, con las metas fiscales.
"Somos plenamente conscientes de que, no sólo en Argentina, en muchos países, hay presiones de la población que van en contra de lo que es mejor para la gente. Presiones para aumentar el gasto cuando no es asequible y cuando alimenta la inflación", remató Georgieva.
Respaldo a Massa: ¿qué hará Cristina?
La número uno del FMI no dejó pasar la oportunidad de elogiar al ministro argentino. "El ministro Massa se ha tomado su responsabilidad muy en serio. Se ha comprometido con su equipo a cumplir lo que hemos acordado en nuestro programa", apuntó.
A renglón seguido, sin embargo, puso blanco sobre negro las dudas que existen en el propio organismo sobre la "voluntad política" de avanzar con el programa a medida de que se acerque el calendario electoral.
Dijo Georgieva desde Washington, en lo que se interpretó como una fuerte señal hacia Cristina Kirchner y a Alberto Fernández: "No vamos a ser flexibles en contra del interés del pueblo argentino, asegurándonos de que nuestro programa ayude a anclar la economía... Hay factores políticos, que existen en todos los países, por lo que obviamente seguiremos muy de cerca su proyección en el tiempo y actuaremos en consecuencia".
El cumplimiento de las metas fiscales no será nada fácil durante la carrera electoral, y eso es lo que está interpretando el Fondo Monetario. Massa ya lo expresó públicamente cuando fue al Congreso, está plenamente consustanciado con el proyecto.
Andrés Larroque, referente de La Cámpora, puso distancia. "El acuerdo original (con el FMI) esta caído por varios motivos. Es evidente que este acuerdo no funcionó", disparó.
El ajuste por cumplir
Para el FMI -y también en la visión del ministro-, el único tipo de ancla que tiene hoy la economía es el cumplimiento del acuerdo. No queda otra, según ese diagnóstico.
Lo crucial es que las proyecciones del Presupuesto hablan de un recorte en la asistencia social. ¿Podrá llevarse a cabo durante la campaña, con la elevada inflación y una actividad económica que se pronostica más fría? Esa es la gran duda que corroe las expectativas.
La asistencia social, según consta en el proyecto del Presupuesto, debería recortarse en 0,7% del PIB. Un poco más que el 0,5% que prevé de ajuste en los subsidios. Ni Massa ni el Fondo pueden saber si habrá margen político (y social) para cumplir con esta parte del acuerdo.
Está claro que el kirchnerismo va a presionar para que eso no suceda. La pregunta es cómo podrá compensarse si no se aplica esa corrección. Hoy en día, esa cuestión no tiene ninguna respuesta válida.
La presión de los precios
Esta tarde, cuando el INDEC dé a conocer el índice de precios de septiembre, quedará certificado que la cuestión inflacionaria está muy lejos de resolverse.
En este contexto, desde el ala kirchnerista de la coalición gobernante reclaman que el ministro Massa avance con un congelamiento de precios de la canasta básica.
Un congelamiento que debería exceder la pequeña muestra de "Precios Cuidados" y tomar en cuenta a la mayoría de los alimentos de consumo familiar. Algo parecido a lo sucedido durante el peor momento de la pandemia, en el año 2020.
Desde Economía aseguran que "no hay nada de esto" pero admiten la presión.
Al regreso de Washington, Massa tendrá que apelar a toda su muñeca política para apaciguar las tensiones. Aunque el desgaste será inevitable. Y falta mucho para las elecciones.