• 22/11/2024

La inflación golpea al consumo: los argentinos, para afrontar la crisis, ya hasta compran "terceras marcas"

Los argentinos deben adecuar cada vez más sus consumos para intentar sobrevivir en medio de una inflación que, según anticipan, alcanzará los 3 dígitos
15/09/2022 - 14:40hs
La inflación golpea al consumo: los argentinos, para afrontar la crisis, ya hasta compran "terceras marcas"

No es ninguna novedad que, con una economía donde la inflación no da tregua, la Argentina está atravesando una crisis estanflacionaria crónica (estancamiento con un ritmo de suba de precios anualizados cerca de los 3 dígitos) y todas las variables microeconómicas se encuentran siendo afectadas.

El Estimador Mensual de la actividad económica (EMAE), que en el último dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mostró una variación de 1,1% con relación al mismo periodo del año anterior. El Índice de Producción Industrial (IPI) registró una variación mínima interanual de 2,6% en junio (al encontrarse desfasado el dato, por lo que, se pronostica que este pueda presentar una caída en los próximos meses debido a contracciones de los sectores del exterior).

El Indicador Sintético de la actividad de la Construcción (ISAC), en tanto, registró una contracción de 1,8% en la serie con estacionalidad y Ventas minoristas pymes (CAME) en donde en su último informe mostró que las ventas descendieron en 3,5% en julio.

Todos estos indicadores nos muestran directamente que no solo las variables macroeconómicas se encuentran afectadas en la crisis, sino que las variables de corte más microeconómico que afectan al ciudadano de a pie también se ven perjudicadas.

Las consecuencias se van volviendo crónicas en el tiempo en el mapa de decisiones que tienen que adecuarse para intentar sobrevivir en medio de la crisis del país.

Bajo estas circunstancias, los mapas de preferencias de los consumidores argentinos se encuentran en medio de un proceso de cambio, en donde se encuentra ajustando cada vez más sus elecciones de acuerdo a sus ingresos.

Por la inflación, los argentinos cambian sus preferencias de consumo y ya compran hasta terceras marcas

Para entender estas nuevas características, es necesario ver que existen distintos tipos de bienes como los Normales, que son aquellos que cuya demanda aumenta conforme aumentan los ingresos del consumidor. Es decir, aquellos que se consumen mientras más pesos se tengan.

Luego tenemos a los bienes Superiores que se refieren a que su adquisición y consumo aumenta conforme a sus ingresos, pero que a diferencia de los normales este relacionado a bienes de lujo y productos de mayor precio (joyas, ocio, viajes).

Tomando estos conceptos en la economía real argentina, veremos que de un conjunto de bienes normales que se encuentran entre los más demandados tuvieron aumentos interanuales de más del 70%.

Son el caso del yogurt o dulce de leche; y en el caso de los bienes superiores como whisky o la adquisición de una moto, los aumentos fueron de más del 100 por ciento.

Estos registros implican que en una economía inflacionaria y estancada con niveles salariales mínimos de aproximadamente u$s163 (el nivel más bajo de la región en relación, por ejemplo, a Uruguay con u$s479 o Bolivia con u$s325), la adquisición de estos bienes se encuentre descendiendo en el tiempo.

Por la inflación, cambian los consumos

En microeconomía se asevera "un cambio de preferencias debido al efecto del ingreso" hacia bienes que puedan permitir sustituir su consumo por otros, para adecuarse al nivel salarial.

 

El siguiente cuadro nos permite reflejar algunas nuevas características de la economía real estanflacionaria que actualmente vivimos, es por ello que debemos añadir nuevos tipos de bienes como los Sustitutos.

Son aquellos que son considerados porque pueden satisfacer la misma necesidad que otro bien normal, pero la clave es que a pesar de que reemplace la necesidad en nuestro país, ese bien por el cual se sustituye es considerado como Bien Inferior. Aquí también podríamos llamarlo efecto de "Emprobrecimiento de Bolsillo".

Bolsillos empobrecidos por la inflación

Este último concepto es la principal característica de lo que ocurre actualmente, ya que el efecto "menor ingreso" debido a la pérdida de poder adquisitivo por la inflación, hace que la nueva demanda se traslade a bienes inferiores que son aquellos cuya demanda aumenta por falta de incremento de ingresos.

Las personas trasladan su consumo hacia bienes de segundas o terceras marcas (menos calidad), debido a que sus ingresos no les permiten adquirir bienes de primeras marcas de mayor calidad o más variados.

Esto se puede ver cuando una familia elige comprar polenta que interanualmente aumento sus precios en un 92%, en lugar de harina que tuvo un ascenso en su valor de 97, 6%; otro caso bastante común es el reemplazo del consumo de café (aumento +89%), por el té (75%) o dejar de consumir gaseosas (aumento +66%) por agua (aumento +61 por ciento).

 

La situación estanflacionaria ya no es solo grave por todo lo que la inflación provoca en el nivel salarial. Además, se encuentra provocando una tendencia en el tiempo en donde las familias modifican sus mapas de preferencias de consumo, por elecciones de menor calidad y variedad.

Su nivel de bienestar reflejado en su satisfacción va decreciendo, al ser una situación crónica el nivel de consumo que se perdió en el tiempo, no se recupera con tanta celeridad.

Es fundamental recuperar el bienestar familiar sea una de las tareas más urgentes que los hacedores de política deberán ocuparse.

Sin inversión privada, crecimiento de la producción, generación de empleo y formación de capital será difícil mejorar la cantidad y calidad de los bienes que consumimos. Es clave generar las condiciones para que esto acontezca. Hace 10 años que solo no están dadas esas condiciones, sino que fueron deteriorándose en forma paralela a la escasez y precariedad de las elecciones y preferencias de los argentinos.