Quita de subsidios: el Gobierno estableció los nuevos cuadros tarifarios de Edenor y Edesur
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El Gobierno fijó los nuevos cuadros tarifarios de Edenor y Edesur, vigentes desde este mes, y avanzó así con la segmentación que apunta a reducir el nivel de subsidios a ese servicio.
La medida se formalizó por medio de dos resoluciones del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) publicadas en el Boletín Oficial.
En el caso de Edenor, el ENRE indicó que el segmento de usuarios está integrado por:
- Nivel 1 – Mayores Ingresos: usuarios y usuarias, quienes tendrán a su cargo el costo pleno del componente energía del respectivo servicio.
- Nivel 2 – Menores Ingresos: aquellos usuarios a los que el impacto en la factura que genere la corrección del componente energía, equivaldrá a un incremento porcentual total anual en su factura que no podrá superar el 40% del Coeficiente de Variación Salarial (CVS) del año anterior.
- Nivel 3 – Ingresos Medios: son aquellos que tomando como referencia el ámbito de jurisdicción nacional, el impacto en la factura que genere la corrección del componente Energía, equivaldrá a un incremento porcentual total anual en su factura de hasta el 80% del Coeficiente de Variación Salarial (CVS) del año anterior.
Los detalles de la resolución
En el caso de Edesur, a partir del 1º de septiembre y hasta el 31 de octubre próximo se aplicará la segmentación según el nivel: "Los usuarios y usuarias de demanda residencial del Nivel 1, es decir los de mayores ingresos, tendrán una reducción del 20% del subsidio aplicado al precio estacional", de acuerdo con una de las resoluciones.
Los de Nivel 2, no tendrán modificación en la asignación del subsidio, mientras que para los de Nivel 3 se mantienen los precios estacionales.
Además, el ENRE puntualizó que los usuarios de demanda general también "tendrán una reducción del 20% del subsidio.
El tarifazo no mejora las cuentas de las distribuidoras de luz
Si bien la puesta en marcha del tarifazo repercutirá fuerte en las facturas de la mayoría de los usuarios de luz y gas, el escenario no cambiará de igual forma para las distribuidoras de ambos servicios públicos, en donde no se esperan cambios positivos para sus ecuaciones económicas que puedan ser generados por la segmentación de los precios y la reducción de los subsidios.
Por el contrario, las perspectivas entre las empresas es que el cambio delineado por el Gobierno y puesto en marcha por el Ministerio de Economía que comanda Sergio Massa no genere nuevos ingresos que permitan mejorar la crítica situación financiera que vienen atravesando como consecuencia del casi eterno congelamiento de tarifas; el efecto de la inflación sobre sus costos y el impacto que la evolución del dólar ha tenido en sus operaciones.
Ocurre que, las medidas oficiales no plantearon cambios a los costos propios de distribución o Valor Agregado de Distribución (VAD) que, desde hace más de una década, se mantienen constantes en términos reales.
Técnicamente, el VAD incluye los costos de desarrollo e inversión en las redes, de operación y mantenimiento y de comercialización y lo decide cada jurisdicción a través de las autoridades eléctricas provinciales o municipales, salvo en el AMBA donde es potestad del Estado Nacional.
Ecuaciones financieras afectadas
Ese componente de la factura es el que las distribuidoras de electricidad reclaman al Gobierno que se retoque para poder cambiar sus ecuaciones financieras afectadas por balances negativos que se acumulan año tras año, salvo algunos períodos de rentabilidad.
Por caso, Edesur acaba de elaborar un informe para mostrar que sólo se queda con el 22% de lo que percibe por cada factura de luz. Es decir, que recibe $22 por cada 100 que cobra de sus clientes.
Se trata de la mayor distribuidora de electricidad de la Argentina ya que ofrece sus servicios a cerca de 2,5 millones de clientes, llegando a más de dos millones de hogares y abasteciendo a comercios y a grandes empresas. Su área de concesión es de 3.300 km2 y abarca la zona sur de Capital Federal y 12 partidos de la provincia de Buenos Aires.
Según el documento de la empresa, el resto de lo que pagan los usuarios corresponde al costo de la generación y trasmisión de la energía, además de impuestos, por lo cual informa que la quita de subsidios ayuda al Estado a ordenar sus cuentas, pero que esos ingresos no van a parar a la caja de la distribuidora.
"Edesur apoya iniciativas que apunten a normalizar el sistema y la quita de subsidios que lleva adelante el Estado Nacional va en este camino", detalla el trabajo de la empresa propiedad el grupo italiano Enel, en el que, de todos modos, se hace incapié en señalar al verdadero destinatario de estos ingresos.
"Cualquier incremento en la boleta de luz ocasionado por el precio estacional (generación y transmisión), tiene como objetivo reducir el nivel de subsidio que el Estado aporta para afrontar el costo de generar energía pero nada va para la distribuidora", agrega el informe.
Ocurre que del total que pagan los clientes de Edesur por el uso de la electricidad, un 22% queda en la compañía, mientras que un 78% va a terceros, 27% son impuestos y el 51% restante corresponde al costo de la generación y transmisión de la energía, que hoy es subsidiado en un 60% por el Estado Nacional.
Reglas estables
Es más, con los ingresos que percibe la compañía tiene que pagar sueldos, contratistas, comprar materiales, operar y mantener la red y realizar sus inversiones.
Por eso, desde Edesur se aclara que no recibe subsidios del Estado y se insiste en reclamar una recomposición de sus ingresos que le permita sostener y mejorar la calidad del servicio, "mediante la concreción de las obras e inversiones que una sociedad que tiende a la electrificación necesita".
Al respecto, Claudio Cunha, country Manager de Enel Argentina, plantea la necesidad de avanzar en reglas claras y estables para el sector, más allá del color político de quien gobierne.
"En estos meses se vieron señales de caminar hacia la normalización del sistema", asegura el ejecutivo, para quien las obras eléctricas "son un gran desafío que requieren planificación".
En el caso de Edesur, asegura que en los últimos años la compañía mantuvo un plan de inversión pese a los problemas financieros que le toca atravesar al punto que, según sus palabras, fue la la distribuidora de energía que más dinero destinó a obras en los últimos tres años llegando a casi $40.000 millones.
"Invertimos tomando deuda y en un período en el que la inflación acumulada fue del 170%, mientras los ingresos de la distribución crecieron 32%", advierte Cunha agregando que los fondos que genera la compañía no son suficientes para mantener esos niveles de inversión.
Mejora que no alcanza
Con la segmentación tarifaria como novedad, Edesur está encarando el segundo semestre del año de la mano de una mejora de sus resultados financieros.
Ocurre que cerró el primer semestre con ganancia de $3.598 millones, una cifra muy lejana a los $20.294 millones que había perdido en el mismo período del 2021.
Sin embargo, la cifra no permite mejorar su performance financiera, a pesar de los aumentos otorgados hasta ahora y de los efectos que el nuevo escenario tarifario tendrá en sus cuentas a partir de septiembre.
De hecho, en el informe de resultados financieros intermedios condensados al 30 de junio pasado que Edesur presentó ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), el directorio de la empresa informa que sus ingresos registraron una disminución del 5% como consecuencia del atraso tarifario en relación con la inflación interanual.
Además, asegura que las tarifas bajas son uno de sus principales problemas teniendo en cuenta que en el 2021 acumuló pérdidas por $18.790 millones en comparación del rojo del 2020 que había llegado a los $9.156 millones.
Los números sirven para entender el preocupante escenario que atraviesa no sólo Edesur sino el resto de las distribuidoras cuyo negocio depende de los vaivenes de la política oficial, donde las ganancias se encuentran reguladas pero los costos crecen a la misma velocidad que la inflación.
En el caso de Edesur esta política oficial la llevó a convertirse en la distribuidora con los precios más bajos de la Argentina y de Latinoamérica, según otro documento elaborado por la compañía que sostiene que en lo que va de este 2022, su tarifa media pasó a ser 7,838 A$/Kwh (+10,5%), con ingresos orientados a reducir el déficit de Cammesa, la empresa mixta encargada de controlar y ordenar el sistema energético.
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Según estimaciones oficiales, cerca de 5,9 millones de hogares de todo el país dejarán de percibir el subsidio a la energía eléctrica y las facturas sufrirán un ajuste promedio de $850, en una primera etapa.