La inflación se desacelera pero asoma un dato preocupante y que es el más temido por el Gobierno
La semana que viene, cuando el INDEC divulgue la inflación de agosto, el Gobierno espera confirmar que la suba de los precios -sobre todo de los alimentos- empezó a desacelerarse con el cambio de mes.
Los primeros datos que arrojan los monitoreos diarios que hacen desde los despachos oficiales y también en las consultoras privadas dan cuenta de una incipiente desaceleración inflacionaria. Nada para festejar, pero que al menos corta la tendencia alcista de los últimos meses.
La consultora Eco Go, que conduce la economista Marina Dal Poggetto, midió que en la primera semana de este mes, la suba de los precios fue del 1,0% en promedio, la más leve de las últimas ocho semanas.
De hecho, en las tres semanas anteriores, la inflación había sido de, al menos, 1,5% semanal.
Precios: qué pasa en los supermercados
En los comercios minoristas se nota el cambio. Aunque los empresarios creen que no se trata de un cambio de tendencia sino de un incipiente enfriamiento en la preocupante dinámica que venía evidenciando la inflación.
Lo primero que notaron en las grandes cadenas de supermercados, y también en los mayoristas, es que las fábricas de alimentos anunciaron ajustes de entre 4% y 6% en la última semana. Sólo un par de casos con aumentos superiores. Y que, por ahora, no hay anuncios de retoques adicionales para lo que queda de septiembre.
Este es un cambio sustancial: en el peor momento de la disparada de los precios -tras la renuncia de Martín Guzmán- los grandes fabricantes llegaron a mandar entre dos y tres listas de precios nuevos a lo largo del mes.
Distorsiones que se pagan caro
En los grandes comercios tomaron nota de algunas cuestiones relevantes, que seguramente tendrán peso en adelante: ante la escalada de los precios hubo empresas que exageraron las remarcaciones. Al menos eso es lo que sospechan ahora esos comerciantes, que observan que los productos que han quedado caros en relación a la competencia ahora permanecen en las góndolas y no se venden. O se venden muy poco.
En algunos casos se trata de productos de la canasta básica alimentaria, como es el caso de los fideos. También en algunos subproductos farináceos, como los polvos para hacer bizcochuelos. Y en el arroz.
Esas verdaderas distorsiones en el mercado -que llevaron que algunas segundas marcas cuesten más que marcas líderes- pronto derivarán en cambios de estrategia. Desde algunas fábricas desestiman que vayan a bajar de precio. Pero sí que se ofrezcan promociones especiales a los clientes. Sobre todo en aquellos productos con vencimientos más cortos.
Dato que preocupa: ¿ahora se cae el consumo?
Todavía no hay datos sobre la evolución del consumo masivo durante agosto. En julio, el mes de la inflación récord del año -7,4%-, las ventas en los supermercados se habían sostenido por un efecto cobertura de los clientes, que preferían comprar productos no perecederos antes que quedarse con los devaluados pesos en los bolsillos.
La recaudación impositiva de agosto marcó la primera contracción del año, en términos reales. Inclusive en el consumo, medido por lo que la AFIP recauda en el IVA DGI. El mes pasado, hubo una caída del 2% (real) en ese ítem, de acuerdo a la estimación de la consultora LCG.
En este inicio de septiembre, desde distintos comercios -grandes cadenas y autoservicios- dan cuenta de un enfriamiento en las ventas.
Lo sucedido en agosto y en el comienzo de este mes no hace más que reflejar la pérdida de poder adquisitivo por culpa de la aceleración inflacionaria. Está claro que los salarios corren bien por detrás de los precios.
Por eso es tan relevante que mejoren las expectativas en la economía. Sergio Massa confía en que la recuperación de las reservas en el Banco Central será clave para enfriar el proceso inflacionario.
La clave -dice- está en la estabilidad del mercado cambiario. Algo que el ministro cree que va a lograr gracias al acuerdo con los agroexportadores para que liquiden u$s5.000 millones durante este mes.
Justamente, Massa puso en marcha medidas que ayuden a estabilizar el mercado cambiario. La más eficiente, por lo visto en las últimas horas, remite al acuerdo con los agroexportadores por un dólar soja de $200, que ayude a liquidar alrededor de u$s5.000 millones de acá hasta fin de septiembre.
Gracias a este pacto, ayer martes, el Banco Central compró u$s140 millones en el mercado.
La inflación de septiembre
A pesar de un inicio más auspicioso, las principales consultoras económicas creen que la inflación de este mes superará el 6%.
Ya no por el encarecimiento de los alimentos (como sí ocurrió en julio y agosto), sino más bien por los ajustes en los precios regulados. De luz y gas entre 10% y 15% (según Dal Poggetto), pero también en taxis, subtes y prepagas.
La apuesta de Massa pasa por revertir la tendencia de julio y agosto durante septiembre. El ministro de Economía se juega a que la inflación de este mes empiece con "5".
Massa cree que es clave ver una inflación para abajo a partir de este mes. La hipótesis es que se trata del dato que serviría para ordenar la economía, ya de cara a las elecciones del próximo año.
Para lograr el objetivo de una desaceleración inflacionaria, el titular del Palacio de Hacienda está convencido de que eso sólo se logrará si entran dólares al Banco Central.
Está claro que no va a ser fácil que se le cumpla el deseo.