Massa calmó la interna de la CGT, pero el ajuste dispara conflictos en salud y educación
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Así como la economía y el clima político están en punto crítico, no menos caliente es la situación laboral, con varios frentes abiertos. Mientras la interna de la Confederación General del Trabajo (CGT) parece calmarse a medida que transcurren los días, algunas organizaciones gremiales alertan sobre los recortes presupuestarios dispuestos por el ministro de Economía, Sergio Massa. Concretamente, los sindicatos docentes y de la salud se declararon en estado de alerta no solo por el tema salarial, sino por los ajustes en infraestructura que se traducen en profundizar las carencias en materiales e infraestructuras.
Antes de emprender la gira por los Estados Unidos, Massa envío un mensaje a la CGT: Liberará, en la medida de lo posible, los fondos para las obras sociales.
"Hay que aclarar este tema", señaló un sindicalista a iProfesional, quien remarcó: "Ese dinero es de los trabajadores y trabajadoras; los distintos gobiernos los retiene y se demora en enviarlos a cada obra social, muchas de las cuales están en situación crítica y son sostenidas financieramente por los sindicatos, porque nosotros sí somos solidariamente responsables con nuestros afiliados".
En su momento, el Presidente Alberto Fernández se había comprometido en comenzar a liquidar unos 35 mil millones de pesos de gastos que se destinan para atender los servicios de salud y transporte de sus afiliados discapacitados, uno de los rubros más costosos del sistema. Algunos dirigentes acusan al ex ministro de Economía, Martín Guzmán, de cortar el flujo de fondos.
Descartan una reforma del sistema de salud
Con la llegada de Massa, la situación no se destrabó. Desde algunos sectores gremiales sospechan que el jefe del Palacio de Hacienda estaría estudiando una reforma del sistema sanitario de largo alcance tendiente a integrar los subsectores público, privado y de la seguridad social para eficientar las prestaciones y abaratar los costos. Un proyecto del kirchnerismo que fue rechazado por la dirigencia gremial en su conjunto.
Según los últimos contactos entre Massa y la mesa chica de CGT, esa reforma está descartada y se comprometió a comenzar a la brevedad con los giros al Fondo Solidario de Redistribución (FSR), la caja que se financia con parte de la recaudación impositiva entre las prestadoras sindicales y con la que se las asiste con reembolsos frente a servicios de alto costo y complejidad. Eso sí, no se habló de cuánto.
En tanto, la interna de la central obrera se fue apaciguando un poco por algunas intervenciones oficiales y bastante por la propia postura dirigencial. Algunos leyeron que partir hoy la CGT sería funcional a la oposición. Una fuente consultada subrayó: "Las diferencias existen, son de formas y de fondo, pero no es el momento de dividirse" y agregó: "Algunos compañeros deben entender que los proyectos personales los tienen que realizar desde su propio gremio y no traerlos a la CGT". El referente –que no pertenece al consejo directivo- reclamó: "Menos ego, menos personalismo y estar más cerca de la gente; eso es lo que debemos hacer".
Por ahora, no se van del consejo directivo de CGT
Desde el barrionuevismo, las fuentes consultadas señalaron que "el malestar sigue, pero por ahora no hay una decisión de retirarse de la CGT" y adelantaron que "primero debe darse una charla en el triunvirato (Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano) y luego un debate en el consejo directivo para que nadie se corte solo y que las declaraciones sean consensuadas". Esto último, está referido al comunicado en respaldo a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por la condena pedida por la fiscalía en el caso de la obra vial. A un sector le molestó que la declaración estaba firmada por el consejo directivo sin previa consulta. Desde el sector aclararon que "este no fue un hecho determinante, sino la gota que rebasó el vaso".
Los ánimos venían caldeados después de la marcha del 17 de agosto, donde estaba acordaron que no habría oradores y Camioneros montó un palco en plena avenida 9 de Julio donde Moyano se despachó contra los empresarios, la oposición y hasta le pidió al Presidente que "ponga lo que tiene que poner…" y reclamó un bono para todos los trabajadores y trabajadoras.
A propósito de esto, en el Gobierno, por ahora, se congeló la posibilidad de lanzar un plus salarial aunque no se descarta aplicarlo para fin de año. Por ahora, ganó la postura cegetista en privilegiar las paritarias, cuya reapertura está funcionando, en líneas generales, sin conflictividad (ya cerraron metalúrgicos, gastronómicos y comercio, entre otros). Destacan que más allá de la pobre actualización del salario mínimo, vital y móvil, hay un compromiso de reunión del Consejo para noviembre, cuando esperan que mejoren los índices inflacionarios.
Conflictos en Salud y Educación por el ajuste
Otro frente abierto del Ejecutivo es cómo explica el ajuste a determinados sectores. La Unión Docentes Argentinos (UDA) declaró el estado de alerta y movilización, advirtió que "se trata de un verdadero tijeretazo en la inversión educativa; un doloroso estiletazo al presente y futuro del país que habita en cada niño, niña y adolescente". Indicó que se trata de "un recorte de 50.000 millones, que afecta a los programas de infraestructura y equipamiento, fortalecimiento edilicio de jardines infantiles, y Conectar Igualdad (que prácticamente quedará paralizado el resto del año". Y agregaron que la decisión de Massa "perfora nuevamente la inversión que ordena la Ley de Financiamiento (6% del PBI)".
Por su parte, la Confederación de los Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) calificó la medida como un "ajuste que significa un retroceso en el paulatino mejoramiento de la educación pública que se empezó a revertir en este último año". La central ya hizo un cese de actividades en todo el país en reclamo de la reapertura de las paritarias a nivel nacional y no descarta retomar el plan de lucha agregándole el rechazo al recorte presupuestario.
Desde CTERA sindicaron que "entendemos que en estos momentos tan difíciles para la comunidad educativa, la educación debe ser prioritaria y se debe fortalecer con más recursos, con más inversión" y recordaron que se repiten los recortes aplicados durante el gobierno de Mauricio Macri.
En tanto, para el Ministerio de Salud, el recorte es de 10 mil millones de pesos, lo que puso en alerta a la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), que declaró: "Interpretamos este recorte como un acto político, porque el presupuesto de salud de la Nación ya había disminuido con respecto al año pasado, con recortes para los hospitales modulares y para los contratos". Jorge Yabkowski, vicepresidente de la organización, sostuvo que este ajuste "se une al congelamiento del ingreso de personal de salud a planta permanente, habida cuenta que de los 4.000 profesionales que están en los hospitales de la Nación tienen más del 80 por ciento de su personal precarizado, lo que se sume a este recorte".
El dirigente denunció que "hoy, los salarios tienen cifras sub-inflacionarias" y advirtió que en hospitales como el Posadas o el Sommer, "no sólo no recibirán mejoras salariales, sino que además no habrá refuerzos de personal si hay por ejemplo jubilaciones, enfermedad o baja de otra índole". Esta situación puede profundizar un conflicto que hoy está en la agenda, ya que la semana pasada, los gremios de la entidad realizaron una jornada de lucha nacional, para rechazar las políticas iniciadas por Massa.