• 21/11/2024

El optimismo de Pesce, a contramano del mercado: ¿por qué la salida de dólares puede seguir siendo alta?

Ante la preocupación por el desplome de las reservas, Pesce dijo que este mes se revertirá la tendencia. Pero los datos dejan dudas sobre sus proyecciones
10/08/2022 - 11:00hs
El optimismo de Pesce, a contramano del mercado: ¿por qué la salida de dólares puede seguir siendo alta?

Ante la ola de desconfianza que despierta la continua pérdida de dólares del Banco Central -el martes otra vez tuvo que vender, y con los u$s64 millones de la jornada ya se acumulan ventas por más de u$s800 millones en lo que va de agosto-, Miguel Pesce se propuso salir a dar señales positivas que puedan influir sobre el humor del mercado.

La principal buena noticia es, para expresarlo sintéticamente, que se va a terminar el invierno. El presidente del BCRA sostiene que el principal motivo por el cual se está produciendo la sangría de reservas es el abultado monto de importaciones por gas y otros combustibles, que tocó su pico en julio, pero que tendrá una abrupta caída en agosto. Sin embargo, hay también indicios de que los otros rubros que explican la salida de dólares podrían neutralizar ese alivio.

Para ponerlo en números, Pesce adelantó que en la balanza comercial de julio hubo compras de combustibles por u$s2.400 millones, una situación que atribuyó al auge de los precios internacionales por la guerra en Ucrania. Como la estimación es que las importaciones totales fueron de u$s8.100 millones, eso implica que el peso del rubro combustibles sobre el total llegó a un inédito nivel de 29%.

Según Pesce, la caída será de no menos de u$s600 millones en agosto y de u$s900 millones al mes siguiente. De manera que, según sus cálculos, las importaciones de energía serían de unos u$s1.800 millones en agosto y luego de u$s900 millones en septiembre, un nivel parecido al que se había registrado en abril.

El optimismo del Gobierno se basa en que las temperaturas extremas que se esperaban finalmente no ocurrieron. Si bien junio había estado entre los más fríos del registro histórico, en julio se registró una temperatura promedio dos grados superior a la esperada, y la previsión para agosto es relativamente benévola.

En consecuencia, el consumo hogareño fue inferior al nivel récord que se había proyectado inicialmente. Además, se incrementó la compra de electricidad a Brasil, lo cual también ayudó a bajar la dependencia del gas, algo que se refleja en el hecho de que Enarsa haya suspendido la venida de barcos con cargamentos de gas licuado que ya habían sido licitados.

El optimismo del Gobierno sobre una reversión de la caída de reservas se basa en la menor importación de gas que se está realizando en agosto
El optimismo del Gobierno sobre una reversión de la caída de reservas se basa en la menor importación de gas que se está realizando en agosto

Así, Pesce enfatizó su postura confiada, al afirmar que ya otras veces el Central se encontró con una situación exigente sobre las reservas y logró superar la tensión sin que se produjeran las crisis que profetizan economistas que "hacen mal las cuentas".

Las exportaciones siguen en ritmo de "goteo"

Mientras tanto, el mercado mira con temor cómo el nivel de reservas se acerca peligrosamente a la posibilidad de perforar el piso de u$s37.000 millones. Y la afirmación de Pesce en el sentido de que ya en agosto el Banco Central podría revertir volver a acumular reservas fue recibida cautela en el mercado.

Básicamente, porque no está tan claro que la situación de la balanza comercial -que fue deficitaria en junio, a pesar de los precios récord de las exportaciones agrícolas- tenga una reversión drástica. Aun si se diera la expectativa de Pesce respecto del recorte en la compra de gas, ocurre que las importaciones "no energéticas" vienen en suba, mientras que las exportaciones continúan estancadas.

Lo cierto es que las medidas implementadas para estimular a que los productores rurales aceleren sus ventas no han dado los resultados esperados, como lo demuestra el hecho de que, en lo que va de agosto, las liquidaciones hayan sido de u$s780 millones, una cifra en línea con la registrada el mes pasado.

El propio Pesce estimó que hay un retraso de unos u$s2.500 millones respecto de lo que sería el ingreso de exportación agrícola en "una situación normal". Pero se mostró confiado en que los productores terminarán por cambiar de actitud en la medida en que se vean necesitados de pesos para financiar el costo de la próxima campaña.

Es una postura que contrasta con el pesimismo que se percibe entre los analistas del sector agrícola, que atribuyen el retraso de la exportación a la brecha cambiaria, que disminuye su rentabilidad en términos reales. Los productores sojeros apenas logran retener un 27% del valor internacional, lo cual los lleva a extremar su conducta defensiva a la espera de una mejora cambiaria o un alivio fiscal.

A pesar de las presiones políticas, Pesce se resistió a cortar el régimen crediticio subsidiado a los productores sojeros que retienen grano en las silobolsas
A pesar de las presiones políticas, Pesce se resistió a cortar el régimen crediticio subsidiado a los productores sojeros que retienen grano en las silobolsas

Mientras tanto, siguen guardados en silobolsas granos por valor de más de u$s13.000 millones, mientras las pantallas del mercado de Chicago muestran un precio nuevamente en alza, con u$s622 por tonelada.

Desde el kirchnerismo se vienen escuchando presiones para que el Banco Central modifique la política de crédito subsidiado del que se han beneficiado los mismos productores que retienen la soja sin exportar. El argumento es que, si se cortara esa vía de acceso barato a los pesos -en lo que va del año se entregaron al agro $357.000 millones con tasa real negativa- entonces habría mayores incentivos para que se acelerase la venta de granos.

Pero Pesce descartó de plano que esa medida estuviera entre sus prioridades, lo cual contribuyó a tensar más la irritación con el kirchnerismo que pide "mano dura" con el campo.

Acelera la salida de dólares "no gasíferos"

Del otro lado del mostrador, las importaciones no dan señales de una caída, aun si todas las proyecciones que realiza el Banco Central sobre las importaciones de combustibles se verificaran tal cual las prevé Pesce.

De hecho, la encuesta REM del Banco Central refleja cómo la expectativa está empeorando. Los economistas prevén un superávit comercial de sólo u$s8.500 millones para el año -es decir, un 42% menos que el año pasado-.

Y el dato llamativo es que, a pesar de todos los anuncios de los funcionarios en el sentido de que se extremará el control para evitar que haya un "sobre-stockeo" de mercaderías -y, además, la fiscalización por sobrefacturación de importaciones-, las proyecciones se están revisando al alza. En un mes, los economistas subieron en u$s2.234 millones el pronóstico de importaciones totales para el año, que prevén en casi u$s80.000 millones.

A contramano de la expectativa oficial, en el mercado se espera que el segundo semestre incremente el nivel importador, aun cuando caiga la compra de gas
A contramano de la expectativa oficial, en el mercado se espera que el segundo semestre incremente el nivel importador, aun cuando caiga la compra de gas

La estadística indica que, aun restando el problemático rubro de los combustibles, las importaciones no sólo no caen sino que tienden a crecer. El año pasado, las compras "no energéticas" del segundo semestre fueron un 18% más altas que las del primero. Si se mantuviera esa tendencia, entonces las importaciones -sin contar la compra de combustibles- se ubicarían para la segunda mitad del año en torno de U$s40.000 millones.

Además, claro, la salida de dólares se ve agravada por el rubro que no queda registrado en la balanza comercial pero que va ganando un peso creciente en el balance cambiario: los viajes y los gastos con tarjeta de crédito en el exterior.

Los datos de recaudación del impuesto PAIS permiten adelantar que en julio ese monto subió a u$s1.000 millones, lo que implica un salto de u$s350 millones en apenas un mes. Y, así como Pesce se mostró contrario a cortarle el crédito subsidiado a los productores agropecuarios, también ha dado señales de resistir otro reclamo que se le hace tanto desde el kirchnerismo como desde sectores ortodoxos: que los ahorristas y los turistas paguen los dólares al precio del mercado MEP.

Y lo que agrava la situación es el hecho de que en el segundo semestre hay factores estaciones para un aumento en la demanda de los minoristas -entre otros, la salida masiva de argentinos que quieren asistir al Mundial de fútbol de Quatar-.

¿Caerá la demanda de gas tanto como cree el Gobierno?

Ya con estos números hay motivos para poner en duda el optimismo oficial sobre una mejora de corto plazo en las reservas. Pero hay otros factores, que están ligados al rubro energético, precisamente en el que el Gobierno basa sus esperanzas de mejora.

Cuando en una entrevista con radio El Destape le preguntaron si la proyección era demasiado optimista, Pesce contestó que estaba basada en la estadística reciente de comercio exterior.

Pero lo cierto es que, a juzgar por los números de la balanza comercial, la expectativa de Pesce deja espacio para las dudas. Si se compara con lo ocurrido el año pasado, las importaciones del rubro combustibles registrada en agosto no fue inferiores a la de julio sino que las superaron.

A pesar del ajuste tarifario anunciado, los expertos creen que el efecto sobre el consumo energético recién se sentirá a pleno el año próximo
A pesar del ajuste tarifario anunciado, los expertos creen que el efecto sobre el consumo energético recién se sentirá a pleno el año próximo

Por otra parte, Pesce prevé que en septiembre la compra de combustibles bajará a un nivel similar al que se registró en abril. Sin embargo, la estadística de 2021 muestra que septiembre es un mes de importaciones todavía altas, a tono con las cifras registradas en mayo.

Es cierto que este es un año atípico por la situación geopolítica del mercado del petróleo y el gas, de manera que la previsión de Pesce es que, así como en los últimos meses se registró una suba empinada en la importación de combustible, también la baja puede ser abrupta cuando aflojen las temperaturas invernales.

Pero la realidad es que los precios del mercado internacional siguen altos, y todavía no está claro que la caída en la demanda energética argentina se vaya a producir de la manera en que esperan los funcionarios.

El factor de la suba tarifaria podría ser una ayuda en ese sentido, pero los analistas del sector creen que, dados los tiempos operativos y la forma escalonada en que se recortarán los subsidios, recién el año próximo se notará el efecto pleno del "tarifazo".

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