Alberto Fernández y Massa: el enigma del "pato inválido" y un ministro de Economía muy condicionado
Un "Pato Rengo" O "Pato Cojo" es una definición que viene del inglés "Lame Duck". Es cómo se denomina a alguien en un cargo, podría ser por ejemplo un presidente de un país, quien se aproxima a una fecha que debe abandonar el poder en especial si ya ha elegido a su sucesor y no tiene posibilidades de ser reelecto en el cargo. La expresión se refiere en sentido literal a un pato que no es capaz de seguir el ritmo de la bandada y que por lo tanto se convierte en el blanco de sus depredadores.
En los últimos días, en particular desde la salida de su talibán económico Martin Guzmán, algunos funcionarios que los frecuentan al presidente Alberto Fernández comentan que se lo nota de muy mal humor a veces hasta casi perdido y sin la capacidad de operar en acciones importantes que tiene que llevar a cabo el gobierno. Muchos analistas políticos lo ven como una especie de "Canciller Paralelo" ya que en los momentos más críticos de los últimos días de su gestión ha estado más de viaje por el exterior que en la Argentina.
Una fuente cercana a uno de los ministros que están más cerca de él comentó en una reciente reunión privada con empresarios que: "la renuncia de Guzmán fue para él presidente lo mismo que le hubiera renunciado Marcos Peña a Mauricio Macri y por eso Macri pudo aguantar lo que aguantó en cambio Alberto no pudo contener a Guzmán y ahora su situación política es extremadamente débil frente a la vicepresidenta y al mismo Sergio Massa que lo obligó a entregarle la economía a él con todo el peligro que ello supone si le llega a ir mal".
Con solo analizar las últimas fotos de de Sergio Massa con el presidente y con la vicepresidenta antes de asumir te das cuenta quienes mandan y deciden en la Argentina. "Alberto ya no es un "Pato Rengo" es una especie de "Pato Inválido" porque ya no puede caminar en la política después de lo qué pasó dicen cerca de él presidente.
Alberto seguirá muy de cerca las acciones de Massa
Lo curioso es que pese a todo el Presidente, al parecer, pese a los comentarios de una especie de acuerdo de gobernabilidad se mantiene alejado de la vicepresidenta Cristina Kirchner y seguirá muy de cerca las actividades y acciones que emprenda Sergio Massa.
En su visita a Colombia para asistir a la asunción del nuevo presidente de ese país Gustavo Petro este fin de semana el presidente se sinceró con algunos periodistas que lo acompañan en esta gira. Fernández reconoce que se podría haber ido del gobierno luego de la renuncia de Martin Guzmán.
"Me podría haber ido ya que había un fuerte cuestionamiento y una ofensiva de importantes jugadores de la city porteña que presionaron sobre el dólar pero apelé a la responsabilidad institucional y me banque todo lo que vino" y agregó que "ahora estamos en otra etapa y estamos reconstruyendo nuestro gobierno y Guzmán podría haber esperado dos semanas y nos daba tiempo porque causó un terrible terremoto que afectó muchísimo la estabilidad de nuestro gobierno.
En su sinceramiento, el Presidente fue más allá al manifestar que él cree en la capacidad de Sergio Massa para estabilizar la economía y también destacó que él siempre quiso un ministerio de Economía con Industria y Agricultura adentro.
"Yo decido las cosas pero me objetaron ese planteo antes de iniciar la gestión y ahora me están dando la razón", dijo el mandatario. Llama bastante la atención que no mencione la embestida que viene sufriendo de la vicepresidenta en sus últimos discursos, en particular el de Ensenada.
Alberto Fernández, la reelección y su relación con Massa
Pero pese a la caída en picada de su imagen dejó abierta la posibilidad de competir en las próximas elecciones. "Yo no me descarto y quiero ir a las PASO pero por ahora es prematuro hablar de candidaturas. Primero hay que estabilizar las variables económicas y esa es la prioridad" manifestó Fernández .
Con respecto a su relación con Sergio Massa manifestó que el diálogo es fluido, que lo acompañó en el 2013 y en el 2015, que sí amigos, que valora su lealtad y que los dos quieren lo mismo como la estabilidad del gobierno, la fortaleza del peronismo como herramienta electoral y por último la elección del candidato presidencial.
Al respecto un reciente informe de la consultora Invecq destaca que: "los primeros días de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía dejaron sensación de poco. Si bien el mercado parece atravesar un respiro cambiario dándole tiempo al nuevo ministro de mostrar sus capacidades, la realidad es que hasta ahora poco se ha visto. Y es en gran parte el mismo historial del gobierno lo que genera que los anuncios sean recibidos con un alto grado de escepticismo y desconfianza".
El informe agrega que aún cuando los anuncios pueden estar bien orientados desde lo discursivo, la mayoría de ellos no dejan de ser propuestas recicladas o simples declaraciones de intención, con poca claridad acerca de su implementación y probabilidad de éxito.
Las limitaciones con las que se encontrará Massa
En ese escenario con respecto al futuro de la gestión del nuevo ministro lo ocurrido con la frustrada designación del economista Gabriel Rubinstein como su viceministro de Economía muestra que Massa no podrá designar a quien se le ocurra y también que estará muy condicionado en su gestión.
Lo concreto es que la reproducción de varios twitts del economista en los que algunos criticaban con dureza a la vicepresidenta Cristina Kirchner y al kirchnerismo y elogiaba la gestión de Mauricio Macri habrían sido claves para que se cayera su designación.
Otra explicación que llega desde fuentes cercanas a Sergio Massa es que el ministro se enojó de la filtración de la información ya que hasta ese momento había sido él a través de su cuenta de twitter quien informaba sobre sus futuras acciones y nombramientos de funcionarios de su gabinete.
La designación como secretaria de Energía de la salteña Flavia Royon y la salida de Federico Basualdo y Federico Bernal muestran que Massa le planteó pelea a La Cámpora algo que nunca pudo hacer Martín Guzmán.
Qué pasa con las tarifas y los subsidios
En cuanto a la reducción de subsidios económicos a las tarifas de luz, gas y agua se observa una improvisación que llama la atención. El nuevo sistema anunciado no está claro y, transitando ya el octavo mes del año, todavía no se conoce cuándo comenzará a verse el impacto y si este se transformará en una especie de tarifazo como adelantan algunos expertos sería letal para el gobierno y más para Massa.
El foco estuvo puesto en el sector residencial, pero nada se ha dicho respecto del sector productivo, de los cuales varias empresas todavía conservan esos beneficios. De esta manera, con un déficit fiscal que se proyecta actualmente en 3,3% para fin de año, el ajuste de tarifas podría implicar en el mejor de los casos un ahorro de 0,5 % del PBI, dejando pocas chances de alcanzar la meta de déficit primario de 2,5% en 2022.
Esta semana será clave cómo se manejará el equipo económico para renovar el vencimiento de la deuda de letras del Tesoro de la vencen unos 360.000 millones de pesos. Al respecto Massa manifestó que estaría resuelto en gran parte porque ya estaría casi un 60 por ciento de la renovación asegurada.
"Cabe destacar que este 60% está casi exclusivamente conformado por los títulos en manos del sector público, mientras que los desembolsos no solo son fondos acordados hace tiempo, pero demorados, sino que además suman un total inferior a los 2.000 millones de dólares, misma cantidad que debió vender el Banco Central en los últimos 40 días", explica el informe de Invecq
Por ahora las medidas anunciadas muestran fragilidad y bastante inconsistencia a lo que se le suma una falta de sustento, se agrega político por parte del total de la coalición gobernante y no se observa tampoco un fuerte giro económico como el que el mercado financiero presumía cuando se conoció la designación del nuevo ministro de Economía.
"En conclusión, habiendo pasado ya las primeras horas desde su designación, se confirma entonces que no estamos ante un plan de estabilización, sino un mero conjunto de medidas aisladas y ya conocidas. De esta manera, la baja en los dólares y el riesgo país visto en los últimos días corren el riesgo de quedar solo como una anécdota, en el marco de una economía que se encamina a profundizar los desequilibrios macroeconómicos y Perfecto quizás la última oportunidad de cambiar el rumbo", finaliza el estudio de Invecq.
El conjunto de medidas por ahora luce de dudosa implementación y eficacia y muy difícil de aplicar con el objetivo de evitar el sinceramiento de un sistema cambiario brutalmente distorsionado y sin ningún tipo de medida para frenar la inflación. Las mismas no representan ningún mecanismo de estímulo a la generación genuina de dólares, sino que simplemente son un beneficio temporal para evitar que el ingreso de divisas se siga demorando y así poder atravesar la sangría de reservas que comenzó en julio donde el BCRA perdió uno 1300 millones de dólares y en lo que va de agosto otros 700 millones de la moneda estadounidense.