Riesgos del Plan "Platita Estatal": mega emisión de pesos puede generar mayor inflación
Lo números recientes que manejan la mayoría de consultoras y bancos indican que la emisión monetaria de los últimos 45 días para financiar el déficit fiscal del Tesoro y realizar compras de la deuda en pesos al sector privado representa una señal preocupante que podría impactar en una mayor inflación a fin de este año o a principios del 2023.
Este "Plan Platita Estatal", tal como lo denominan los analistas del mercado financiero local, es similar al anterior en cuanto a la emisión monetaria, con la diferencia que esa mayor emisión de pesos será para el Estado y no para los particulares como fue el plan del año pasado.
Se trata de una fuerte expansión monetaria que si no es contrarrestada por una mayor absorción de pesos del BCRA podría impactar en la inflación dentro de unos seis meses y también en el valor del dólar paralelo y de los dólares financieros alternativos.
El viernes 08 de julio, previo a los anuncios en los que la ministra de Economía, Silvina Batakis, se comprometió a una política de equilibrio fiscal comprometida con el FMI, el BCRA le envió al Tesoro un Adelanto Transitorio (AT) por unos $140.000 millones.
Luego este utilizó unos $90.000 millones de ese total para comprarle dólares al BCRA y con esos dólares pagó los vencimientos de los cupones de los Bonares y Globales por unos 700 millones de dólares.
Más emisión da como resultado más inflación
Lo más preocupante es que en junio hubo una emisión monetaria récord del BCRA para financiar el déficit fiscal del Tesoro a diferencia de la disminución de la emisión monetaria que figura en el nuevo acuerdo con el FMI. Es probable que esta nueva mega emisión monetaria marque un récord histórico y supere a la de la pandemia y la del "Plan Platita" del año pasado.
Los números muestran que entre el 01 de junio y el 11 de julio, la suma emitida de pesos llegó a unos $1,7 billones de pesos, un 2 % del PBI. Así como en 2020 la emisión se hizo sentir en plenitud seis meses después la inflación saltó del 2,3% en junio 2020 a 4,9% en diciembre 2020 y en 2021 fue en un plazo similar en este caso es probable que repercuta con un mayor aumento de la inflación a fines de diciembre próximo.
El problema es que esta mega emisión de pesos se realiza en un momento donde la inflación comienza a subir nuevamente. En ese sentido hay que mencionar que de acuerdo a los números que dio a conocer el INDEC el jueves pasado hay cuatro aspectos preocupantes:
Dólar en llamas e inflación por las nubes: recalculando las proyecciones
En función de los aumentos de los primeros días de este mes provocados por la incertidumbre política, la suba del dólar paralelo, de los dólares financieros alternativos y del riesgo país reciente muchas consultoras y bancos han comenzado a recalcular las proyecciones de julio con una inflación que podría estar cercana a los dos dígitos algo que no se observa desde la segunda hiperinflación de marzo de 1990.
La mala noticia es que a la reciente mega emisión de pesos y al aumento de la inflación se suma una de las grandes sorpresas de la semana. Luego de conocerse el aumento del 5,3 por ciento de la inflación en junio el BCRA, por primera vez desde enero pasado, no subió las tasas de interés pese a las predicciones de los analistas de una nueva suba.
Hay que recordar que en la conferencia de prensa del lunes pasado Batakis manifestó que buscaría que las tasas de interés reales de la economía sean positivas; es decir, superiores a la inflación. Por ese motivo luego de conocido el número la mayoría de los analistas financieros locales presuponía que el BCRA aumentaría la tasa de interés de política monetaria y, también las de los plazos fijos y la BADLAR.
"Algunos vislumbraban que el directorio del BCRA intentaría shockear al mercado con una suba de 400 puntos básicos, que hubiera sido la más elevada del año. Sin embargo, nada de esto ocurrió. Las tasas de interés se mantienen sin cambio por ahora" explica un reciente informe de la consultora Portfolio Personal.
Por lo que se pudo observar, al parecer el BCRA buscará orientar la liquidez de los bancos para que estos compren deuda emitida por el Tesoro para financiar el déficit fiscal que este año podría superar la meta del 2,5 % del PBI negociada con el FMI. Si el BCRA aumenta el rendimiento de las LELIQ que hoy tienden una tasa nominal anual del 52% está opción sería más atractiva en términos relativos frente a LEDEs del Tesoro que en la licitación de esta semana salieron con tasas nominales anuales de 50,75% a 27 días y 63,46% a 108 días.
Los riesgos de la política económica actual
En un contexto en que el mercado de deuda en pesos opera bajo presión, la política económica actúa de manera coordinada para restablecer el acceso al financiamiento. No obstante, esto implica un riesgo altísimo para el nuevo régimen inflacionario en el que ingresó la economía argentina.
Las autoridades del BCRA deberían considerar que con las tasas de interés sin cambios en términos nominales con las LELIQ en 52%, la tasa BADLAR en 51% y Plazo Fijo personas humanas en 53 % frente a una inflación que en julio tiene un piso de 6,5% las tasas de interés reales para el depositante se han deprimido a niveles récord, lo que es combustible para una aceleración inflacionaria. Por lo tanto el ahorrista tiene muy pocos incentivos para mantenerse en pesos. Por lo tanto en caso de no aumentar las tasas de plazo fijo el ahorrista podría seguir en el futuro desprendiéndose de los pesos para comprar dólares financieros alternativos o dólares en el mercado paralelo.
Lo que sorprende es que en uno de los momentos más complicados en términos inflacionarios de los últimos 30 años el BCRA no trate de frenar esas expectativas de aumento de inflación con una fuerte suba de interés como indican los manuales de economía.
Además, en forma sorpresiva, el BCRA decidió utilizar para futuro diseño de la política monetaria y financiera una nueva especie de corredor de tasas de interés conformado por la tasa de las Letras del Tesoro de corto plazo, de las LELIQ a 28 días y de pases a 1 día. En este nuevo corredor se establecerá que la tasa de pases del BCRA funcione como el límite inferior y la tasa de las Letras sea el límite superior.
Desde el viernes pasado, en una especie de acuerdo con los bancos, la tasa de pases pasivos fue fijada en el 46 % nominal anual. Esta decisión se inscribe en una estrategia que atiende simultáneamente a los siguientes objetivos cómo consolidar un esquema de tasas de interés positiva en términos reales, buscar fortalecer el mercado de deuda en pesos para que logre profundidad y liquidez, y por último comenzar a avanzar gradualmente en el uso de letras del Tesoro como instrumentos para regular la política monetaria.
La reciente mega emisión de pesos junto a dinámica inflacionaria actual y la profunda crisis política que atraviesa el gobierno marcarán el pulso financiero y económico en este segundo semestre que se proyecta bastante peor que el anterior.