Las bodegas piden suspender las retenciones a las exportaciones de vinos
Si bien el Gobierno viene dando señales contrarias y aumentando el peso de los impuestos y trabas fiscales a las exportaciones, los mayores fabricantes de vinos del país salieron a reclamar una reducción de esas restricciones para evitar que las ventas al exterior se sigan derrumbando.
Lo hicieron a través de Bodegas de Argentina, la mayor cámara empresaria del sector vitivinícola argentino que agrupa a 250 bodegas entre nacionales y extranjeras, desde las más tradicionales hasta las más modernas, a las que representa ante diferentes organismos e instituciones.
El 80% son pequeñas bodegas y sus socios constituyen más del 70% del mercado interno y el 90% de las exportaciones de vinos fraccionados de Argentina.
A partir de estos datos, los empresarios salieron fuerte a reclamar la suspensión de las retenciones frente a una caída del 6% de las ventas al exterior durante el primer semestre del año.
Es decir, que se deje sin efecto de manera temporal la alícuota de 4,5% de derechos a la exportación que actualmente gravan las exportaciones de vino embotellado.
Las bodegas sostienen que la ausencia de estas retenciones sería un dato positivo para poder sostener a un sector que se encuentra en un período de fuerte contracción también en el mercado interno como consecuencia de motivos vinculados al menor consumo y también a situaciones externas como la falta de botellas, la crisis del sector logístico, entre otros.
Retenciones, un impuesto que le quita fondos a las bodegas
Entienden que el pago de este impuesto que fue establecido en el 2018 en un escenario de crisis como el actual le quita fondos para poder incrementar las inversiones.
A través de un comunicado, Bodegas de Argentina utiliza las estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) para enfatizar sobre el derrumbe exportador de los primeros seis meses del 2022, cuando las ventas al exterior de vino embotellado alcanzaron 100,9 millones de litros versus 107,1 millones de litros en 2021.
En términos de valor, el guarismo para el año en curso fue de u$s387,1 millones contra u$s391,4 millones de igual semestre del año pasado.
"Estos números contrastan fuertemente con la performance exportadora de los últimos años, siendo que en 2021 crecieron 9,3%, 5,3% en 2020 y 1,37% en 2019" asegura la cámara empresaria a través de un comunicado.
Del mismo modo, se recuerda que las exportaciones de vino fraccionado no logran desde el 2010 superar sostenidamente los 200-220 millones de litros / año y los u$s800 millones por año en valor, cifras consideradas exiguas para un país que se ubica quinto entre los productores mundiales y entre los 10 primeros exportadores.
El sector asegura que el vino es un producto sensible en precio
"Siempre sostuvimos que las retenciones para un producto tan particular como el vino eran contraproducentes. Nosotros elaboramos y vendemos una bebida con base agraria con mucho valor agregado y marca en góndola", agrega el informe de Bodegas de Argentina.
Del mismo modo, considera que se trata de un producto "muy sensible en precio para nuestros clientes importadores como para los consumidores globales", por lo cual cargarle derechos de exportación es muy riesgoso.
Al respecto, Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, advierte que el sector atraviesa un período extenso de atraso cambiario sostenido, y por distintos factores sufre inflación de costos que superan con creces la inflación local. Según la ejecutiva, solamente las botellas subieron más de 60% en lo que va del año y la uva más de 80% versus el año pasado.
"Claramente el contexto macroeconómico local ha cambiado versus 2018 cuando volvieron a gravarse con retenciones las exportaciones de vino. Asimismo, el contexto global está sumamente desafiante con costos logísticos que se han triplicado y mercados que traccionan menos por diversos factores", agrega.
También explica que cuando el tipo de cambio comienza a correr muy por detrás de la inflación de costos los márgenes de exportación se reducen dramáticamente, a la vez que advierte que las bodegas no pueden trasladar la inflación a los precios en el exterior.
"Simplemente nos dejan de comprar si quedamos desfasados de precio en comparación con proveedores de otros países", anticipa.
En este sentido, Francisco Do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentina, asegura que el escenario es crítico. "Acá estamos hablando que por mucho menos de un dólar se te cae un cliente", advierte, además de recordar que el vino argentino paga aranceles para ingresar a distintos mercados en todo el mundo.
Se trata de aranceles que se suman a las retenciones y le cuestan a la industria más de u$s40 millones de dólares por año teniendo en cuenta, por ejemplo, que el arancel promedio para el vino argentino es de 5% en los los principales mercados de destino como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, México, Unión Europea, China, entre otros.
"La cuenta neta de retenciones, reintegros a la exportación y aranceles de ingreso nos da una cuenta negativa.", explicó Ramiro Barrios, director de Comercio Exterior de la cámara para quien a la la problemática de las retenciones "debemos sumar el efecto negativo de las recientes medidas que dificultan el acceso al MULC para la importación de insumos y el pago de servicios en el exterior, que son esenciales para nuestras exportaciones".
Escenario internacional
Adicionalmente, el actual contexto de disrupción de la cadena logística internacional ha generado dificultades en el cumplimiento de los permisos de embarque ante el BCRA que, por diferencias menores, traba el cobro de reintegros y recuperos de IVA, así como la gestión de Certificado de Aumento de Exportaciones.
En paralelo, en Brasil se anunciaron medidas para bajar 20% el arancel del vino extrazona lo cual agrega competitividad a los vinos europeos generando un panorama muy adverso para las exportaciones. Argentinas.
En este sentido, los ejecutivos de Bodegas de Argentina consideran que, dado el contexto y los resultados que está teniendo la exportación de vino embotellado, se hace imperiosa la necesidad de suspender temporalmente los derechos de exportación.
"La finalidad es la de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio y sostener así, la demanda en el exterior en tiempos sumamente complejos además de flexibilizar las medidas de acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para cumplir con los compromisos con los clientes y proveedores del exterior"