La caída de Guzmán: sin dólares, junto a un Presidente con poder casi nulo y las trabas del kirchnerismo
La salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía se dio luego de una serie de errores estratégicos, políticos y económicos.
El expresidente Mauricio Macri resultó ser el único elemento aglutinante en el oficialismo. La salida más sencilla para esquivar los problemas que ha tenido el gobierno ha sido la persistente crítica contra Cambiemos. No es una cuestión de principios ideológicos tal vez, sino más bien prácticos. Para acallar las voces internas, se incrementaban los ataques contra el enemigo común.
Pero vale también recordar que Macri le heredó a Alberto Fernández dos condiciones en la economía que le hubieran bastado para "aguantar" cuatro años en la Casa Rosada hasta pasarle la banda presidencial a otro mandatario en diciembre de 2023.
Es lo que se podría graficar como algunos "pancitos" para mojar en la salsa, más allá del Stand By con el Fondo que era incumplible, pero que desde el momento en que se firmó se sabía que era para renegociar. El gobierno anterior le dejó a Alberto un déficit fiscal primario de medio punto del Producto Bruto Interno (PBI), una actualización de tarifas del orden del 70% y un nivel de emisión monetaria que estaba muy por debajo de la media histórica, como producto del ajuste acordado con el FMI.
Guzmán podía evitar que se agravara el cuadro
Con eso, el ahora exministro de Economía, Martín Guzmán, tenía todos los elementos para por lo menos, evitar que se agravara el cuadro. El académico ex funcionario se dispuso a armar un esquema mínimo para sostener una compleja situación sin tener que adoptar definiciones de fondo, para evitar así que el Frente de Todos estallara.
Básicamente, tenía que hacer un canje de deuda con los tenedores de bonos del exterior y reprogramar el acuerdo con el FMI. Lo que nadie podía prever era que el mundo sufriera primero una pandemia y luego, un cambio radical del escenario económico como producto de la invasión de Rusia a Ucrania. Es claro que se trata de dos cisnes negros que se atravesaron en los planes de Alberto y Martín Guzmán.
Pero tal vez, ambos elementos disruptivos hubieran podido ser soportados de otro modo por la Argentina, si el gobierno hubiera cerrado de otra manera los acuerdos con los acreedores privados y con el FMI. Es más, invirtió la secuencia, debería haber cerrado primero con el organismo. Pero no se hizo por una cuestión de estrategia económica. Se sabía que el acuerdo con el organismo que conduce Kristalina Georgieva era un bocado imposible de tragar para el kirchnerismo y por eso lo demoró todo lo que pudo.
Un broker argentino, que tiene ya varias décadas de presencia en Wall Street comentaba en una reunión reservada que Guzmán hizo todo lo posible por caer mal a los bonistas. Le puso como negociador a un funcionario que no hablaba inglés, lo cual resulta una provocación. Luego de ello, con toda la dureza que trató de imponer en la reestructuración, el ex titular del Palacio de Hacienda rompió una regla de oro del ambiente de los mercados al revelar conversaciones privadas llevadas a cabo en el marco de las conversaciones.
Finalmente cerró un acuerdo, pero eso no generó per se una recuperación de la confianza porque el ministro se mantuvo duro en mostrarse hostil a Wall Street.
Luego de ello, demoró más de un año el reformular el Stand By de Macri, especuló con que en el primer año del gobierno no había vencimientos fuertes. Estaba más que claro que los representantes del kirchnerismo más extremo proponían entrar en default con el organismo, una verdadera locura.
Cerrar un entendimiento iba a ser un elemento crítico en la relación de la coalición oficialista. Durante el año que tardó en resolver ese frente pagó vencimientos con reservas y con los famosos Derechos Especiales de Giro fruto del aumento de capitalización del FMI con motivo de la pandemia.
La caída de Guzmán
Llegado el caso, Guzmán se quedó sin dólares, con un cambio de condiciones internacionales que obligan a la Argentina a aumentar los niveles de importaciones de energía, con mayor inflación y sin financiamiento voluntario, debido al rechazo del kirchnerismo a reducir subsidios a las tarifas y generar condiciones amigables para los mercados.
Al asumir en su cargo Guzmán además contaba con otra ventaja. Debido al denominado "plan picapiedra" de Macri, según Carlos Melconian, la base monetaria de la Argentina era 30% más baja que el promedio histórico. Todo eso también se desmadró debido a la hiper emisión de pesos hecha durante la pandemia, que hubo que hacer porque Argentina tenía cerrado los mercados.
Hubo un "ah, pero Macri,,,," pero también hubo serios problemas de manejo de la economía, que estuvieron seriamente condicionados por el casi nulo poder del presidente Alberto Fernández.