¿Qué debería hacer el Gobierno para vencer a la inflación?: las medidas exitosas que aplicaron otros países
En el último informe sobre las Previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en abril 2022, se prevé que la tasa de inflación global promediará en un 7,4%, en tanto que en el caso puntual de la Argentina la suba anual de precios se ubicará en el 72,6 por ciento.
Entre las principales causas de la escala inflacionaria mundial se encuentran: liberación de la demanda comprimida por las restricciones sanitarias, el limitado suministro por parte de la oferta para reaccionar rápidamente, escasez de trabajadores y sumado a eso conflictos bélicos como el de Ucrania y Rusia que provocó estragos en el abastecimiento de materias primas generando así mayor presión sobre los precios de los alimentos y el sector energético.
A nivel mundial, el ranking con mayor inflación lo encabeza Venezuela en el 2021 con 1.588%, Surinam con 59,17% y en tercer lugar Argentina con 48,41%, Haití con 15,94%; y si tomamos el promedio para América Latina y el Caribe vemos que se obtuvo una tasa inflacionaria de 9,79 por ciento.
Ranking mundial de inflación
Para este 2022, a nivel mundial se prevé que Venezuela continúe liderando el ranking con una inflación de 500%, luego continua Sudan con 345%, Zimbabue con 86,67%, Argentina con 72,6% y Yemen con 59,69 por ciento.
Un dato a tener en cuenta es que la Argentina es el único país de este ranking que no se encuentra en conflictos bélicos o dictaduras.
Teniendo en claro que si no se atacan las causas de la inflación a tiempo estas pueden terminar en problemas de tipo hiperinflacionarias hasta las más crónicas como la estanflación, es por ello importante observar algunos programas económicos que surtieron efectos positivos en la baja de la inflación de algunos países.
Israel logró bajar la inflación al 3%
En primer lugar, tenemos al caso de Israel y su caso de desinflación que llegó a la actualidad de la estabilidad de precios de entre 1% y 3 por ciento.
Los problemas en dicho país comenzaron con una falta de disciplina fiscal (gastos que llegaban al 70% del PBI) y con un déficit acumulado de hasta 300% del PBI, lo cual se financiaba con una política monetaria expansiva; ante esta situación se aplicó un programa económico de corte ortodoxo (política restrictiva monetaria y fiscal) pero con elementos más heterodoxos como acuerdos entre el gobierno y gremios, que llevaron al país a una desinflación que duró aproximadamente 20 años para llegar a una inflación de hasta el 3% y 5 por ciento.
Chile aplicó un programa que permitió una desinflación gradual
En segundo lugar, tenemos al caso de Chile en donde en la década del 90 la inflación se ubicaba por sobre el 30%, por lo cual se aplicó un programa de metas que permitió una desinflación gradual en 4 años de un 8 por ciento.
Los problemas de este país ocurrieron a partir del tipo de cambio de los bienes transables que se trasladaron hacia los precios domésticos, por lo cual la mejor medida fue anclar expectativas inflacionarias mediante metas de inflación preanunciadas, acompañadas de la independencia del BCR y límites en el déficit fiscal.
En Brasil, el Plan Real terminó con la hiperinflación
En tercer lugar, tenemos al caso de Brasil, en donde mediante el Plan Real pudo terminar con la hiperinflación que sufría el país en los 80 (debido a desequilibrios fiscales, falta de equilibrio externo y sobre emisión monetaria), es por ello que este programa económico convino varias medidas como apertura comercial, privatizaciones, equilibrio fiscal, recomposición en el nivel de reservas y un nuevo cambio monetario; todo esto permitió que después de 10 años los niveles de inflación descendieran.
Perú: reformas clave para contener la hiperinflación
Finalmente, está el caso de Perú, el cual pudo contener la hiperinflación con un plan económico que contenían reformas como la liberalización hacia el mercado internacional mediante el igual tratamiento de inversiones nacionales como internacionales, créditos con el Banco Mundial y BID, se usó las privatizaciones como herramienta de ahorro fiscal, así como un reordenamiento social debido al terrorismo que había en esa época, se pudo lograr estabilizar la escalada de precios.
No hay recetas únicas pero sí medidas comunes
En definitiva, todos los casos de programas económicos antinflacionarios no tuvieron recetas únicas para atacar los problemas sobre el aumento generalizado de precios, ya que se tuvieron que adecuar al contexto económico y social.
Sin embargo, hay medidas coincidentes como equilibrio en las cuentas públicas, independencia de los bancos centrales y responsabilidad fiscal son ejes clave para comenzar el camino hacia la desinflación.
Otro punto relevante es reconocer que se llega hacia una aceleración constante de la variación de precios por la debilidad institucional de compromiso hacia una inflación baja.
La responsabilidad de un país hacia la estabilidad no solo tiene que ir de la mano con medidas económicas sino también por parte de los hacedores de política que tienen que estar perfectamente alineados en el rol de estabilidad de precios, sostenibilidad fiscal y prudencia monetaria.
Este tridente perfecto que si se cumple en el tiempo es probable que las décadas de inflación en nuestro país, sean solo un pasado histórico que no tendrá más espacio en el futuro.