• 21/12/2024

Los 5 aspectos más preocupantes de la inflación y el diagnóstico equivocado del Gobierno

La dinámica inflacionaria del 2022 es diferente y mucho más preocupante que la de  esos años anteriores. ¿Cuáles son los motivos?
13/05/2022 - 08:48hs
Los 5 aspectos más preocupantes de la inflación y el diagnóstico equivocado del Gobierno

Los últimos números de inflación que la ubican en un rango del 6 % mensual y del 58 % anual muestran una dinámica de aumento de los precios que se diferencia de la del  2018 y 2019. 

En esos años la aceleración inflacionaria estuvo relacionada con las devaluaciones sucesivas en un mercado de cambios con un dólar único libre y en parte por reajustes de precios relativos en particular la suba de las tarifas de servicios públicos. 

Esta dinámica inflacionaria del 2022 es diferente y mucho más preocupante que la de  esos años anteriores.

La excepción fue 2020 cuando la inflación bajó al 36 % anual por la pandemia pero en el 2021, la inflación se sostuvo en niveles altos con control de cambios, congelamiento tarifario, el dólar oficial planchado casi todo 2021, los salarios sin recalentamientos, controles de precios y regulación de exportaciones algo muy diferente a lo que ocurre este año. 

Los aspectos más preocupantes del 2022

  • El mes pasado fue el primero desde la híper de 1990 en los que la inflación fue del 6 % 2 meses seguidos y la más alta medida en términos anuales desde el 57 % de mayo del 2019 en el gobierno de Mauricio Macri.  Es probable que mientras persista el desbalance macro fiscal, monetario y cambiario y se mantenga la emisión monetaria sin respaldo a un ritmo superior al 50% anual la inflación se ubique en un un rango anualizado superior al actual.
  • En las condiciones actuales, la única manera de cerrar las necesidades fiscales será con el llamado impuesto inflacionario y esto vale más allá de las previsiones oficiales 2022 de inflación descendente y de las expectativas de reducción de la inflación que se plantean en el nuevo acuerdo con el FMI.
  • Es poco factible que al desequilibrio macroeconómico este gobierno le pueda hacer fuertes correcciones del tipo de cambio y de tarifas. La Argentina estaba en un régimen de alta inflación al 40 / 50% anual desde 2018 pero este año subió 60 por ciento anual y no se puede descartar que el año que viene se ubique en un escalón más cercano al 70 % anual.
  • Es una inflación que no tiene que ver con un producto en particular, ni con remarcaciones de un sector puntual, ni pasa por un mes especial, ni con "inflación importada", ni es el impacto de la exportación sobre la llamada mesa de los argentinos.
  • La misma tiene su explicación en la elevada emisión monetaria sin respaldo para financiar un déficit fiscal generado en gran parte por los subsidios económicos que paga el gobierno en particular los energéticos que representan unos 3 puntos del PBI. 

Los errores de diagnóstico del Gobierno condicionan una futura baja de la inflación 

Para entender con números de que estamos hablando hay que destacar lo qué pasó en los últimos 50 meses. Un trabajo de la consultora M&S destaca que :

  • no hubo ningún mes  con la inflación por debajo de 1% mensual 
  • en apenas cuatro dio menos de 2%, uno a principios del 2018 y los otros tres en medio de la híper - cuarentena 2020, 
  • quince estuvieron entre 2 y 3% mensual, 
  • en veintinueve la gran mayoría fueron de 3% mensual o más.

El economista Carlos Melconian explicó a Iprofesional que "la causa principal de la persistencia inflacionaria es el desborde macro fiscal y monetario, que se acrecentó mucho con la pandemia en 2020 y se revirtió muy tibiamente en 2021. 

No es una visión fiscal - monetarista mecánica, pero que la expansión monetaria de 2020 haya sido 85% anual y la de 2021 60% y excluyentemente por emitir pesos para financiar al Tesoro) tuvo que ver seguro con las altas inflaciones. El 2021 cerró con una expansión monetaria al 60%, que encastra justo con una suba del PBI de 10% y la inflación en 50%. Es a la velocidad que está viajando la nominalidad de la economía".

Tal vez los mayores obstáculos para poder bajar la inflación son los errores de diagnóstico del Gobierno a pesar del repentino cambio del ministro de Economía, Martín Guzmán, que en los últimos días en distintos eventos empresariales manifestó  que "no se puede mantener el déficit fiscal actual generado por los subsidios económicos a las tarifas y qué hay que reducir muy fuerte el ritmo de emisión monetaria del BCRA. 

Los errores de diagnóstico del Gobierno condicionan una futura baja de la inflación

El sorpresivo cambio de discurso de Martín Guzmán 

El primer error de diagnóstico es ignorar que el origen de la inflación es unicausal y no multicausal que es el desequilibrio que provoca la emisión monetaria sin respaldo como consecuencia del financiamiento del BCRA al Tesoro para financiar el déficit fiscal. 

En segundo lugar podemos correlacionar el discurso del Presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Es el que pregonaba Guzmán hasta la semana pasada al afirmar qué "para mejorar la economía y crecer genuinamente hay que alinear todos los precios como alimentos, tarifas, salarios, jubilaciones.

El problema es que esta tesis no considera la alineación una variable clave que es el tipo de cambio oficial que el equipo económico utiliza como una especie de ancla para que no suban los precios que siguen subiendo a pesar del atraso del dólar oficial frente a la evolución de la inflación. La suba de tasas de interés del jueves es un punto a favor del BCRA.

El tercer error conceptual es pensar que con este tipo de modelo la economía puede seguir creciendo cuando es más probable que el mismo genere desde fines de este año  una recesión por los fuertes controles sobre las distintas variables económicas como en el  cepo cambiario, los controles de precios y el control de las importaciones. Esta contracción podría ser similar a la que ocurrió entre 2012 y fines de 2015 en el segundo mandato de CFK cuando el PBI per cápita  cayó en promedio un 0,8 % anual y donde la pobreza pasó del 26 al 35 por ciento.

No hay que descartar la posibilidad de una recesión a finales de este año 

Los últimos números de la actividad económica mostraron que luego del rebote del nivel de actividad previsible por la reapertura post - cierre 2020 el crecimiento del PBI terminó siendo más fuerte de lo previsto en 2021. Pero de acuerdo a las proyecciones de las principales consultoras locales ese rebote se está agotando y el PBI 2022 como mucho podrá estar en un valor que podría estar entre el 2 y el 3 %.

El gran problema a solucionar es que detrás de la inestabilidad macro y la alta inflación de estos años, hay un gasto público primario demasiado alto que termina siendo sólo financiable con emisión monetaria e impuesto inflacionario donde una gran parte son los subsidios económicos a las tarifas de luz, gas y transporte. La presión tributaria también es alta, pero corre por detrás. El déficit primario es muy elevado para las posibilidades de financiamiento genuino de la Argentina y termina monetizándolo el BCRA.

"Un nivel de gasto público primario anual cercano a 25 puntos del PBI termina generando una crisis de financiamiento y una aceleración de la inflación. Esta aceleración genera una licuación inflacionaria del gasto pero que es un fenómeno transitorio, reversible. Además, es parcial: la licuación impacta sólo en la parte del gasto licuable pero los subsidios no se licuan" dice el trabajo de M&S. 

Mientras se mantenga la alta inflación, y se consolide el fortalecimiento del dólar por la suba de tasas de la FED y consecuente pérdida de valor de las monedas de la región, mayor será en el futuro la necesidad de devaluación del peso frente al dólar en el mercado oficial con su peligroso traspaso a precios. Pero más directo y claro es lo que está sucediendo en el terreno de las paritarias, las cuales se están acomodando a un escenario de inflación piso del 60%. En cuanto a las discusiones salariales por el período 2022, las mismas se están negociando por períodos cortos, en promedio de 6 meses, y apuntando a un incremento donde el piso se ubica ya en el 60 % de aumento que presionarán también sobre la inflación futura.

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