Por qué la "guerra contra la inflación" también aviva la pelea entre Alberto y Cristina
Roberto Feletti utilizó más de media hora para fundamentar el relanzamiento de una canasta de precios máximos para los comercios de barrio y anunciar la ampliación del fondo fiduciario que debería dar lugar a una rebaja en el precio del pan, que se disparó en las últimas semanas tras el valor récord del cereal en el mercado internacional.
Lo más relevante acaso no haya sido el anuncio en sí mismo sino las definiciones del secretario de Comercio Interior durante su exposición, lo que da fundamentos a los que creen que las diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner no son por celos ni tironeos anecdóticos, sino que esa pelea tiene que ver con una disputa de fondo.
Lo que está en juego en las tensiones entre el Presidente y su vice son cuestiones básicas sobre el rumbo que debería tomar la administración en los próximos meses.
Está claro lo que pretende Alberto F.: tras cerrar un demorado trato con el FMI, ahora el jefe de Estadio busca cumplir con lo firmado. No quiere decir que lo pueda cumplir, dado el último cimbronazo a nivel global, con el salto de los precios de las materias primas -que presionan sobre la inflación- y sobre todo, con el aumento en el valor de la energía.
Los chispazos con Cristina Kirchner son por el rumbo, porque la vice está convencida de que el cumpliento del acuerdo con el FMI provocará otra crisis económica y le hará perder las elecciones al peronismo en 2023.
Por eso algunos de los referentes del kirchnerismo plantearon públicamente una corrección del rumbo y, de hecho, los diputados y senadores K votaron en contra del acuerdo con el FMI.
Guerra contra la inflación: se potencia la interna oficial
Ayer por la tarde, Feletti -que fue viceministro de Economía de Amado Boudou y titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados durante el segundo mandato de CFK- fue la voz cantante de esas diferencias.
Reveló que él mismo llevó a la discusión interna del gabinete económico la necesidad de subir las retenciones al trigo, el maíz y el girasol, como forma de desacoplar la volatilidad externa de los precios de los alimentos en el mercado interno.
"Y lo sostengo. No puedo entender cómo hay sectores de la producción en la Argentina que quieren que se les convalide un efecto riqueza del 50% en dólares solo por acopiar un cereal", dijo durante la conferencia de prensa.
La posición de Feletti es contraria a la del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y a la de otros funcionarios de la administración que no son kirchneristas.
De hecho, durante su exposición, el secretario pareció lanzar una crítica elíptica a Domínguez. "El riesgo alimentario es real, no es mentira. La suba de precios de alimentos en todas partes, sumada a los de la energía, es real. Entonces, no es cuestión de tener la gallina de los huevos de oro pero que el oro se quede en el gallinero", apuntó, en obvia referencia al titular de Agricultura, quien había prometido defender al campo: "la gallina de los huevos de oro".
Precios en alza por "ataques especulativos"
En un discurso duro, bien al reconocido estilo de confrontación del kirchnerismo, el secretario de Comercio denunció "ataques especulativos" de parte de empresas fabricantes de alimentos y de productos de limpieza y de parte de supermercados.
A renglón seguido lanzó una dura crítica hacia la dirigencia agropecuaria, que en las últimas jornadas se opuso con tenacidad a la posible alza de las retenciones.
"El dólar está bajando y se cerró el acuerdo con el Fondo. ¿Qué es esto si no es un ataque especulativo infundado y no tolerable? Es la especulación de los que quieren comprarse más departamentos en Miami y más 4x4, y salen a la ruta a exhibir el lujo que tienen, porque quieren convalidar una suba de 50% en dólares en sus stocks por solo efecto riqueza. Lo dije la otra vez: si vamos así, la Mesa de Enlace va a decidir lo que comemos", señaló Feletti, con dureza.
La aspereza no hay que leerla en tono de chicana o crítica al pasar. Se vincula con las medidas de fondo que el kirchnerismo sostiene que son imprescindibles para asegurar la sostenibilidad económica.
En el caso del secretario de Comercio, la suba de las retenciones aparece en el horizonte y da cuenta de que el resto del Gobierno no lo acompaña.
Feletti da cuenta de ese límite personal sin meterse en la cuestión política que sí admiten otros funcionarios, más cercanos a la Casa Rosada: que al Gobierno le resulta imposible avanzar con un alza de las retenciones por la debilidad política. nadie piensa que el oficialismo podría pasar por el Congreso una movida de ese tipo.
¿Una guerra a la inflación sin audacia?
El funcionario se mostró molesto por lo que considera que es una injusticia: que se lo responsabilice por la dinámica inflacionaria, que se exacerbó en las últimas semanas.
Feletti mencionó, con razón, que la inflación depende de múltiples causas que exceden el trabajo de una secretaría. Que en todo caso depende del set de medidas que tome un gobierno. Y que la guerra empeoró las cosas en las últimas semanas al provocar un verdadero shock de precios a nivel internacional.
El ala kirchnerista de la coalición gobernante quiere que Alberto Fernández sea audaz con el paquete anti inflación. Que no se limite a iniciativas que ya han demostrado sus limitaciones, como el fondo fiduciario del trigo y del aceite, que no pudieron impedir un brusco salto de los precios en las góndolas de los productos farináceos ni de los aceites.
Desde el kirchnerismo, tal como lo planteó Feletti, cuentan que la manera más eficaz de pelear a un shock externo, que elevó los precios internacionales de las materias primas, sería con una suba sensible de las retenciones a las exportaciones. Tanto de maíz como de trigo. También a las ventas de carnes como a las de leche en polvo.
Tanto en carnes como leche en polvo, las alícuotas de las retenciones se encuentran en el 9%, y el Gobierno podría subirlas al 15% sin pasar por el Congreso, a través de un simple DNU.
Los lácteos y la carne fueron de los rubros que más aumentaron en los últimos tiempos. También figuran en el ranking de mayores alzas en el último año: hasta 80% en los lácteos y hasta 65% en el caso de los cortes populares de carne, de acuerdo al último informe del INDEC.