• 22/11/2024

Radiografía del consumo 2022: estancado y en estado de "letargo"

A pesar de los cepos y regulaciones oficiales para contener la suba de precios, el poder de compra irá perdiendo potencia a medida que termine el verano
08/02/2022 - 10:04hs
Radiografía del consumo 2022: estancado y en estado de "letargo"

A pesar de los cepos y regulaciones oficiales para contener la suba de precios, el poder de compra irá perdiendo potencia a medida que termine el verano debido al aumento de las tarifas y el empobrecimiento de la clase media, con familias endeudadas y con mayores dificultades para aprovechar los beneficios de los programas oficiales 

Las diferentes medidas tomadas por el Gobierno para intentar combatir la inflación en los alimentos a través de planes de control y regulación de precios tiene además otro motivo más profundo que el de defender los bolsillo de los consumidores. 

También intenta mantener vivo uno de los principales combustibles de la economía doméstica, si se tiene en cuenta que  el consumo privado representa cerca del 70% del Producto Bruto Interno (PBI) y que para este año las estimaciones oficiales esperan un crecimiento del 4% de ese estimador apoyado en el principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda externa.

Porcentaje que, de todos modos marca un nivel muy por debajo del rebote en torno al 10% logrado en el 2021 cuando el consumo recuperó bastante de lo perdido durante los peores meses de la pandemia del Covid-19 en el 2020 y de los dos años anteriores de merma sostenida en las ventas pre coronavirus.

Es más, el año pasado hubo sectores, rubros y regiones que mostraron un comportamiento heterogéneo, aunque en líneas generales y a nivel nacional hubo una marcada recuperación en especial en los últimos meses.

Sin embargo, las perspectivas para el 2022 no son nada favorables como consecuencia de una mezcla  de factores como el proceso de descongelamiento de precios y tarifas encarado por el Gobierno y una nueva pérdida del poder adquisitivo de los salarios por paritarias que se cerrarían con aumentos menores a la inflación esperada.

Analistas y referentes del sector hablan de otro año con escaso crecimiento para el consumo derivado de la incertidumbre que se mantiene por la continuidad de la pandemia; de una economía que se mantendrá recesiva y de consumidores que continuarán cediendo poder de compra ya que el salario real continúa en niveles bajísimos tanto en el mercado formal como en el informal, donde la retracción todavía es mayor. 

Por lo menos así lo indica un informe de la Fundación Mediterránea publicado en diciembre pasado y que señala que en los últimos 10 años (primer semestre del 2011 a igual período del 2021), el salario real promedio de los trabajadores registrados del sector privado se redujo 14%. 

Del mismo modo, las estimaciones de inflación para este año oscilan entre el 33% calculado por el Gobierno en el fallido Presupuesto 2022 al 54% del estudio de expectativas de mercado (REM) publicado por el Banco Central. 

Analistas y referentes del sector hablan de otro año con escaso crecimiento para el consumo
Analistas y referentes del sector hablan de otro año con escaso crecimiento para el consumo

Es decir, entre el escaso repunte del salario y el alto nivel de inflación se puede esperar que el poder de compra de los consumidores continuará flaco, acotado y condicionando los parámetros del consumo. 

De hecho, comienzo del año así lo evidencia, con una inercia inflacionaria del 2021 que s mantiene elevada; un dólar blue que subió de manera constante y precios que, a pesar de los Precios Cuidados, aumentaron en torno al 4% y 10%, según estiman algunas consultoras.

A partir de este escenario, un informe de ABECEB anticipa que el consumo seguirá evolucionando a un ritmo bajo (del 4%), perdiendo potencia a medida que termine el verano, disminuya el ingreso disponible con el aumento de las tarifas y continúe el empobrecimiento de la clase media, con familias endeudadas y con mayores dificultades para aprovechar los beneficios de los programas como Ahora (12).

El estudio indica que la normalización de las canastas de consumo traerá buenos resultados para algunas categorías vinculadas al esparcimiento (bares, restaurantes, cines) y la revancha de los servicios, pero con perspectivas neutras a negativas para el consumo masivo, diferenciando los canales (grandes supermercados vs. comercios de cercanía) en la búsqueda de precio.

"La confianza del consumidor se mantiene en un estado de letargo", agrega el documento de la consultora que dirige Dante Sica, el ex ministro de Producción y Trabajo del gobierno de Cambiemos. 

También señala que la percepción de que es un buen momento de comprar durables, como refugio de valor por el impacto de la brecha y la existencia de programas de financiamiento subsidiado se compensa con una mirada negativa del entorno macroeconómico y de la situación personal, donde además el futuro se deteriora más rápido que el presente.

"Los resultados relativamente buenos para el consumo que se registraron en la última parte del 2021 no se repetirán en 2022, con excepción de algunos mercados puntuales como el automotriz y el de electrodomésticos", sostiene ABECEB. 

Además, anticipa que en el 2022 no habrá anabólicos propios de un año electoral ni espacio fiscal, además de menores ingresos disponibles por la necesidad de ajustar tarifas de los servicios públicos como la electricidad y el gas que el Gobierno modificará con subas del 15% al 19% en promedio.

Los bolsillos flacos impiden que las mejoras sean para todas las categorías. Es decir, gran parte del consumo de reposición de bienes durables ya ocurrió en 2020/2021 y las compras de indulgencia que empujaron a las categorías de hogar y alimentos dejan su lugar al esparcimiento. 

Además, la normalización de la movilidad implicó y continuará acompañando una normalización de las canastas de consumo tal como lo demuestran los gastos con tarjeta de crédito en bares y restaurantes, alojamiento, viajes y transporte, cuya contraparte es una caída del consumo de productos para el hogar, alimentos y tecnología.

Además, para ABECEB continuará la necesidad de seguir adaptándose a la nueva morfología de los mercados de consumo a partir de la penetración de las plataformas de pago online que se acelera gracias a la interoperabilidad de los QR y la consolidación de los marketplaces y el  comercio electrónico, con un segundo año en el que prácticamente se duplicará la facturación por venta online.

En este marco, sólo habría lugar para preservar la salud de algunos rubros que continúan beneficiados con iniciativas electorales como los centros turísticos con el Plan Pre Viaje, mientras que el resto de los sectores no podrá apuntalar el consumo por tres motivos centrales: 

  • El aumento del endeudamiento de las familias que implica rendimientos decrecientes de programas como Ahora 12 que el Gobierno renovó pero con menos plazo, en medio de discusiones acerca de la flexibilidad de las tarjetas para extender los límites de compra y reclamos por parte de los bancos en un entorno regulado de tasas.
  • La necesidad de dar señales para moderar los registros inflacionarios va a estar presente en las negociaciones salariales. 
  • El empleo, luego de reacomodarse a la pandemia en el 2021, aportará pocos puntos a los ingresos de las familias.

A partir de estas premisas, el estudio de ABECEB señala que el poder de compra apenas acompañará a la inflación y se ubicará  en torno a un 4% por debajo del 2019 en términos agregados, y un 16% menor al del 2017. 

Empleo estancado

El escenario empeorará debido a que no se espera una reducción importante de la tasa de desempleo que, de acuerdo a la consultora, se ubicará en promedio en el 8,7% de la llamada Población Económicamente Activa (PEA), sin una completa normalización de la tasa de actividad, lo que significa la creación de alrededor de 400.000 puestos de trabajo en un entorno de crecimiento del 2,9%. 

Otro factor positivo podría ser la normalización de algunas actividades productivas vinculadas al empleo informal e independiente, con mayor incidencia en servicios, que podría generar una mejora en la cantidad de puestos de trabajo, redundando en un aumento de la tasa de informalidad, aunque no de los ingresos, en un entorno de caída de la intensidad laboral medida en horas. 

Para ABECEB, la polarización por tipo de empleo continuará sosteniéndose "por lo que esperamos que los trabajadores formales privados, y los independientes sean los únicos que evidencien subas en términos reales (0,5% i.a y +2,7% i.a.), mientras los ingresos de los empleados públicos mantendrán una trayectoria por debajo de la inflación, al igual que los informales.

Para los formales el trabajo indica que la discusión paritaria parece iniciarse con dos objetivos de parte de los gremios: un piso en torno al 50%, en línea con la proyección de inflación que anticipan las consultoras privadas, y la continuidad del esquema de revisiones cortas. 

"Habrá que mirar muy de cerca el condimento político de las negociaciones, en medio del fuego cruzado de la coalición gobernante y la necesidad de alinear las expectativas de inflación, dados los compromisos asumidos con el FMI", agrega el trabajo.

El escenario empeorará debido a que no se espera una reducción importante de la tasa de desempleo
El escenario empeorará debido a que no se espera una reducción importante de la tasa de desempleo

Otro condimento analizado por la consultora de Sica hace referencia a la necesidad de consolidación fiscal que pone un límite a la imaginación en términos de transferencias, jubilaciones y pensiones. 

"Hay que tener en cuenta que eliminando todos los bonos y artificios que caracterizaron al 2021, el año pasado los haberes medios de los jubilados cayeron un 6% frente a 2020 descontando la inflación y un 3% frente a 2019", recuerda el documento.

Tanto este sector de la sociedad como la mayor parte de la clase media también muestra un menor uso de las tarjetas de crédito como forma de estimular un mayor consumo.

Es más, en enero las operaciones con dinero plástico  registró un incremento insignificante de 0,2% respecto al cierre de diciembre, muy por debajo de la inflación del ese mes. 

Así lo asegura un estudio de FIRST CAPITAL GROUP que da cuenta que la falta de actualización de los límites de crédito y la ampliación del programa "Ahora 12" serán clave para la reactivación de este instrumento teniendo en cuenta que en el primer mes del 2022, el saldo total de préstamos en pesos al sector privado alcanza un nivel de $ 4.262.217 millones, representando una suba en los últimos 365 días de $ 1.406.802 millones, equivalente a un aumento del 49,3% anual.

"Estos valores se encuentran muy cercanos a la inflación del período, si comparamos año a año y teniendo en cuenta que todavía no contamos con los índices correspondientes al mes analizado", destaca la consultora que dirige Miguel Arrigoni. 

Durante enero, el crecimiento ha sido de $58.045 millones, lo que representa un 1,4%, por debajo de la inflación esperada para este período, agrega el paper que analiza individualmente las principales líneas de préstamos y sus diferentes comportamientos.

En el caso de los créditos personales, se estima una suba de 3,1% mensual, encadenando su vigésima actualización consecutiva con un saldo que se incrementó a $696.696 millones para el total acumulado, presentando un reacomodamiento interanual en términos nominales del 53,5%, contra los $453.937 millones al cierre del mismo mes del año anterior. 

"Esta línea muestra la desaceleración típica de los meses de vacaciones pero logró mantener un crecimiento mensual cercano a la inflación estimada para este período", aseguró Guillermo Barbero, Socio de FIRST CAPITAL GROUP.

En cuanto a los hipotecarios, incluidos los ajustables por inflación/UVA, durante enero crecieron 1,7% con respecto al stock de $287.686 millones del mes anterior, acumulando un saldo total al cierre de $292.450 millones y una suba interanual del 33,6% en términos nominales. 

"A un menor ritmo, los hipotecarios dijeron presente en términos nominales en este mes, aunque seguramente van a marcar una caída en valores ajustados por inflación", explica el trabajo.

Con respecto a los créditos prendarios, presentaron un saldo de la cartera a fines de enero de $250.822 millones, creciendo 123,2% versus la cartera a fines del mismo mes de 2021 de $112.372 millones, superando ampliamente la inflación interanual y ocupando el primer lugar en crecimiento entre las líneas de préstamos y consolidándose como los grandes ganadores del año. 

La variación con respecto al saldo del mes anterior marcó una suba del 5,4%, acumulando 20 alzas mensuales. "Dentro del tono moderado que ha marcado la actividad del mes, se destaca el dinamismo que presentan los prendarios, aún en un mes con cierres derivados de la variante "Omicron" explica Barbero.

En relación a los préstamos comerciales, aumentaron su saldo un 1,5% respecto al que se observó el mes pasado, ubicándose con un stock de cartera de $1.467.981 millones.

"Continuando con la suba nominal desde mayo, estos valores seguramente arrojan una variación en términos negativos respecto a la inflación de enero y respecto del mismo mes del año anterior el alza es de 54,7%, en línea con la inflación del período", asegura ABECEB. 

Del mismo modo, Barbero indica que "luego de un cuatrimestre de alzas reales del financiamiento comercial, lo cual anunciaba una recuperación de la economía, se produjo una pausa que puede estar originada en el ciclo de la actividad del comercio minorista, la variante Omicrom y su influencia sobre el ausentismo laboral y el alza de las tasas de interés". 

El experto recomienda entonces seguir atentamente la evolución de los meses sucesivos para determinar si enero ha sido una pausa o un cambio de tendencia.

En cuanto a los préstamos en dólares, han tenido una caída del 2,9% siguiendo con la misma línea negativa que se vio desde junio del 2021, presentando una disminución interanual del 23,7%. 

El stock de préstamos en dólares es de u$s3.864 millones, mientras que el 66,61% del total de la deuda en moneda extranjera sigue siendo del sector comercial, aunque ante la creciente expectativa que genera el acuerdo con el FMI, se sigue achicando el endeudamiento en divisas ante el riesgo de una devaluación de la moneda nacional

En cuanto a las operaciones con tarjetas de crédito, el trabajo de ABECEB indica que registraron un saldo de $1.267.133, o un aumento insignificante de 0,2% respecto al cierre del mes pasado, unos $2.508 millones por encima de diciembre, por debajo de la inflación esperada.  Es decir, el crecimiento interanual llegó al 39,1%. 

"La gran expansión que tuvo el uso de la tarjeta durante la pandemia y gracias a las operatorias de ventas en cuotas encuentra un freno ante la falta de actualización de los límites de crédito por parte de las entidades bancarias", advierte el informe. 

Recuerda además que recientemente se prorrogó el programa "Ahora 12", lo cual tendrá impacto en los próximos meses si los bancos fomentan su uso adecuando las facilidades crediticias a los tarjetahabientes.

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