Almacenes y chinos pierden la batalla: por qué supermercados se adueñan del consumo
A la hora de hablar de consumo masivo, la pandemia dejó a su paso una concentración más elevada de la que había antes. Los supermercados salieron favorecidos por las medidas oficiales y por la mayor tendencia de los consumidores a hacer las compras "online", una capacidad que tienen las grandes cadenas y no los comercios de barrio.
Una investigación de la consultora Scentia -especializada en consumo masivo- detectó que las cadenas de supermercados venden, en promedio, un 21% más barato que los comercios de barrio.
Se trata de una diferencia récord para los últimos años. Para tener una idea: a fin de 2020, en la previa a la pandemia, esa distancia era de apenas 7%. Y se estiró al doble (14%) hacia marzo del año pasado.
La mayor amplitud en los precios de los alimentos se explica por las medidas que tomó el Gobierno a lo largo de la pandemia. Primero hubo un congelamiento de precios en todos los alimentos. Y luego, cuando ese compromiso llegó a su fin, la liberalización se dio de manera paulatina, con un agrandamiento de la canasta de "Precios Cuidados".
Como ni el congelamiento de precios, ni los acuerdos de "Precios Cuidados" abarcan a los pequeños negocios, los supermercados terminan vendiendo los mismos productos a precios más bajos. Y terminan atrayendo a más clientes.
Puede interpretarse como un "efecto no deseado": que una política oficial -esta vez condicionada por una pandemia- termine beneficiando al sector más concentrado de la economía y dificultando la suerte de los más chicos del mercado.
La medición de Scentia -consultora dirigida por Osvaldo del Río- da cuenta, por otra parte, de otro fenómeno que está en línea con el mayor favoritismo por los supermercados, a la hora de hacer las compras.
Uno de cada cuatro pesos de la facturación de las cadenas en alimentos se explica por productos que integran el programa de "Precios Cuidados". Ese 25% es un nivel récord.
Históricamente, las ventas de "Precios Cuidados" representaban el 10% de la facturación de los supermercados.
La cuestión estuvo planteada en las últimas reuniones de Feletti con las grandes cadenas, al momento de renegociar la actualización de "Precios Cuidados". Lógicamente, el margen de rentabilidad de los supermercados es inferior cuando crecen las ventas de los productos que integran esa canasta.
La pérdida de poder adquisitivo de los consumidores también se ve reflejada en la elección de las compras.
Según Scentia, las primeras marcas representan el 60% de las ventas de los comercios (grandes y pequeños), contra 70% de antes de la pandemia.
El consumo masivo terminó con un signo negativo el año pasado, a pesar del fuerte rebote de la actividad económica.
Según los datos de Scentia, la merma anual fue del 2,1%. Aunque la tendencia es positiva: los últimos seis meses del año pasado tuvieron mejoras interanuales, aunque no llegaron a compensar las bajas del primer semestre.
El nivel de consumo masivo cerró el año 2021 con la máxima marca de crecimiento: 6,5% en diciembre, en comparación con el mismo mes de 2020. Se trató del sexto mes consecutivo positivo, luego de caídas permanentes desde la devaluación de abril de 2018.
La mejora en el consumo tiene que ver con la recuperación del salario real en los últimos meses, en virtud de las renegociaciones de las paritarias y de los bonos otorgados a distintos sectores de la población, como jubilados, pensionados y beneficiarios de AUH.
Sin embargo, esa mejora corre riesgos. La elevada inflación, sobre todo en alimentos, de las últimas semanas puede revertir esta tendencia positiva.
Cuando el martes 15, el Indec divulgue la inflación minorista de enero mostrará un índice "similar" al de diciembre (3,8%). Pero toda la atención se la llevará lo sucedido en el rubro de los alimentos. Allí, el instituto midió una suba en torno al 5%, uno de los mayores registros de los últimos meses y que muestra una aceleración en ese segmento crítico a nivel político y social.
"Estamos perdiendo la batalla de los productos frescos, como la carne, el tomate, la papa, las verduras", admitió Feletti.
"En alimentos el alza de precios es más alta porque tenés la estacionalidad de las frutas y verduras. Ahí yo hablé con el Mercado Central para construir algún instrumento de regulación para aminorar la volatilidad de precios, todos los países los tienen", añadió.
La peor perfomance fue para las verduras, que registraron una suba promedio del 33%. Un incremento récord para los últimos tiempos, seriamente impactado por la ola de calor de comienzos de año, con temperaturas que superaron los 40 grados en distintas zonas productivas del país.
En un escalón más abajo, pero otra vez marcando alzas por encima de la inflación promedio, volvió a ubicarse la carne. Registró subas promedio cercanas al 6% el mes pasado.
La otra variable que jugó en contra fue la renovación del programa de "Precios Cuidados", en la primera semana del año.
En esa renovación, las empresas negociaron con la secretaría de Comercio la salida de "Precios Cuidados" de algunos productos que venían con precios congelados desde hacía varios meses y los reemplazaron por otros que se movían libremente.
El resultado fue que aquellos artículos que salieron del programa sufrieron incrementos por encima del promedio. Una especie de "overshooting" en esos productos que quedaron sin control de precios.
Según Feletti, la desaceleración de precios en los alimentos recién se verá el mes que viene. Ver para creer.