• 22/11/2024

¿La piedra en el acuerdo con el FMI?: entrarán menos dólares de los que prometió Guzmán

El ministro prometió reforzar reservas por al menos u$s5.000 millones y espera nuevamente un superávit comercial holgado. Pero hay señales preocupantes
01/02/2022 - 15:49hs
¿La piedra en el acuerdo con el FMI?: entrarán menos dólares de los que prometió Guzmán

A esta altura, Martín Guzmán se ha transformado en un "hábil declarante", como dirían los viejos cronistas de temas policiales, de manera que se las ingenia en las conferencias de prensa para eludir los temas espinosos sin abandonar nunca el semblante tranquilo. Así, por ejemplo, evitó entrar en terrenos resbaladizos cuando le preguntaron si Cristina Kirchner avalaba el acuerdo con el FMI, o pateó rápidamente "al corner" las definiciones sobre los subsidios tarifarios.

Entre los temas en los que prefirió no abundar se encuentra la forma en que se logrará el fortalecimiento de las reservas del Banco Central por unos u$s5.000 millones. Por un lado, dejó en claro que el Fondo devolverá las sumas pagadas entre septiembre y diciembre del año pasado, con lo cual se recuperará la cuota de refuerzo de DEGs. Pero también es cierto que este año habrá una menor holgura en el saldo de la balanza comercial, un factor que jugará en contra.

Pese al excepcional año del campo, que ayudó a sumar exportaciones por casi u$s78.000 millones y terminar con un abultado saldo de u$s15.000 millones, y en el contexto de un duro cepo cambiario, no logró retener en sus arcas esos dólares que aportó el comercio exterior. De hecho, las reservas terminaron el año prácticamente en el mismo nivel en el que habían empezado. Y en el mercado sospechan que esa situación se repetiría, acentuada, este año.

Es por eso que quedó como una de las grandes dudas del plan para el 2022 si, efectivamente, Guzmán logrará la consecución de ese refuerzo que acordó con el FMI, teniendo en cuenta que las perspectivas del comercio exterior para este año son menos alentadoras que el excepcional año pasado. Y que, por más que se haya despejado el cronograma de pagos con el FMI, sigue habiendo un calendario de vencimientos de deuda con el mercado.

Para colmo, el rubro turismo, que históricamente ha significado una de las principales salidas de divisas, está saliendo del letargo en que lo sumió la pandemia y otra vez empieza a preocupar a las autoridades, algo de lo cual el Gobierno dejó constancia sobre fin de año al prohibir la financiación con tarjeta de crédito en cuotas.

Lo cierto es que todos los rubros de salida de dólares -menos los pagos al FMI, claro- se muestran más proclives a sacrificar divisas en 2022 que en el año pasado, en el cual salieron u$s2.121 millones por turismo y uSs1.300 millones por compras con tarjeta de crédito.

Las extrañas proyecciones de Pesce

Parte del optimismo oficialista fue explicado por el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, quien en una entrevista con el diario Perfil se animó a pronosticar otro año de grandes números en la balanza comercial.

El funcionario insinuó que este año se podría superar el nivel de exportaciones y llegar a u$s80.000 millones, algo que contrasta con el pesimismo que se percibe desde el campo, donde se están recalculando los números a la baja.

Por otra parte, Pesce habló sobre un fenómeno inusual que ocurriría este año: se rompería la regla del "tres a uno", que dice que por cada punto de crecimiento del PBI se necesita que las importaciones crezcan el triple. Es por eso que, aunque espera un crecimiento fuerte de la actividad, no cree que ello necesariamente implique un boom importador que impacte en las reservas.

Su argumento es que en 2021 hubo un crecimiento importador más alto que el que correspondería al nivel del PBI. Las cifras del Indec marcan que las compras al exterior subieron un 49%, contra una economía que creció en torno al 10%.

Según el titular del BCRA, esos números dejan en evidencia que, ante la volatilidad del dólar y el temor de una devaluación, hubo empresas que, en una estrategia defensiva, compraron stock más allá de sus necesidades, algo que se evidenció en el récord histórico de compra de insumos intermedios. "Ha habido una estrategia de cobertura que se ha hecho el año pasado con las importaciones y esperamos que no ocurra", argumentó Pesce.

Guzmán y Pesce, optimistas a contramano del humor del mercado
Guzmán y Pesce, optimistas sobre el ingreso de divisas, a contramano del humor del mercado

Optimismo a contramano

Pero ese optimismo oficial sobre el ingreso de dólares no se condice con el humor del sector privado, ni en lo que respecta a las exportaciones ni a las importaciones.

Para empezar, porque el agro, gran responsable del ingreso de divisas del año pasado -por una mezcla de altos precios internacionales y buenos volúmenes de venta- ya no está en un momento de bonanza. Los reveses climáticos del fenómeno "La Niña" y su secuela de sequías seguidas de inundaciones han obligado a revisar a la baja las proyecciones de producción.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que apenas un 40% de la superficie sembrada de soja tiene una condición hídrica adecuada mientras que el maíz viene con la siembra retrasada y también una fuerte insuficiencia hídrica.

"Algunos lotes presentarían daños irreversibles, afectando el potencial de cosecha 21/22" advierte un reporte de la investigadora Marianela de Emilio.

Lo que los técnicos denominan "agua útil" -la humedad que el cultivo puede extraer del suelo- desciende hasta cero en varias regiones del país. Hace dos semanas se había estimado que la campaña de soja podría dejar 39 millones de toneladas y la de maíz 48 millones, lo cual implicaba una revisión a la baja de un 12% respecto de las estimaciones previas. 

Pero esos números siguen siendo revisados. La Bolsa de Comercio de Rosario dio proyecciones de producción con nuevos recortes, lo que implicaría que se perderían exportaciones por al menos u$s2.600 millones, un 10% menos respecto de lo que se esperaba. Y estima que el impacto total sobre la economía argentina sería de u$s4.800 millones. En otras palabras, se perdería un punto de crecimiento potencial del PBI.

Esto implicará no solamente un menos aporte de dólares sino también de pesos para la AFIP, que se perderá el equivalente a u$s1.400 millones por menores ingresos de retenciones a la exportación y otros impuestos ligados al agro.

En definitiva, proyecciones que hacen parecer como mera expresión de deseos los u$s80.000 de exportaciones con los que sueña la dupla Pesce-Guzmán.

En el campo alertan sobre una caída de 10% respecto de la expectativa existente para la exportación agrícola este año
En el campo alertan sobre una caída de 10% respecto de la expectativa existente para la exportación agrícola este año

Pero no se terminan ahí las malas noticias. También por el lado de las importaciones puede haber costos inesperados que conspiren contra el cálculo que esbozó Pesce. Concretamente, el rubro de importación de energía, una verdadera piedra en el zapato del modelo económico, no sólo no caerá sino que puede crecer con fuerza.

"La sequía y la falta de gas nacional disponible para el consumo del invierno hacen que las proyecciones de balanza comercial para 2022 se recorten en 6 a 7 mil millones de dólares respecto de 2021, por lo que la disponibilidad de divisas podría condicionar la trayectoria del nivel de actividad en 2022, dado que cada punto de variación del PIB requiere de un incremento de 3 puntos en las importaciones", observó Jorge Vasconcelos, economista jefe de la Fundación Mediterránea.

Por lo pronto, ya en 2021 el rubro de combustibles representó un 9,3% del total de importaciones, y fue por lejos el de mayor crecimiento interanual, con una impactante suba de 121%. La combinación de baja producción local y el incremento de los precios internacionales en el nuevo contexto de tensión geopolítica global no constituyen un escenario para pensar que ese rubro no siga poniendo presión a las reservas.

Crédito más caro para empresas

Y claro, finalmente está el rubro financiero, que también presiona las reservas. Un informe del consultor Salvador Di Stefano indica que la deuda en pesos que emitió Guzmán y que vence este año equivale a u$s39.000 millones. Y en cuanto a la deuda en dólares, si se descuentan las renovaciones automáticas, el vencimiento es de u$s11.000 millones.

Además, hay intereses por u$s3.500 millones. En definitiva, el monto en dólares a pagar asciende a unos u$s12.000 millones.

Son cifras que, para los expertos del mercado, el Gobierno no debería tener dificultades de afrontar, entre el "rolleo" y los dólares que aporte el superávit comercial.

Hay, como siempre, un "lado B", y es que esa exigencia de financiación -que además incluye el compromiso con el FMI de limitar a 1% del PBI la asistencia del Banco Central al Tesoro- implica que el Gobierno se quedará con casi todo el crédito disponible, haciendo más caro y difícil la financiación para los privados.

"Está todo muy lindo con el acuerdo con el FMI, pero en la diaria la economía está con un bajo nivel de crecimiento y el sector privado no logra remontar en sus niveles de rentabilidad. Los costos unitarios están a la suba y colocar toda la mercadería producida es difícil a precio lleno, las ofertas son permanentes", grafica Di Stefano.

Mientras tanto, todas las miradas siguen puestas en la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, verdadero termómetro de la percepción del mercado sobre si la promesa de Guzmán sobre el aumento de reservas y la continuidad del "crawling peg" del dólar son realmente creíbles.

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