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Dólar, nuevo pago al FMI, tasas e inflación: desafíos de Guzmán en el arranque de febrero

Para Martín Guzmán resulta clave que el acuerdo se haya firmado sin compromiso de una devaluación abrupta, que sería disruptiva para la economía
31/01/2022 - 07:00hs
Dólar, nuevo pago al FMI, tasas e inflación: desafíos de Guzmán en el arranque de febrero

El inicio de febrero será bien distinto a lo imaginado hasta hace algunas horas. El anunciado acuerdo con el Fondo Monetario dejó planteado un escenario más amigable que el previsto antes del fin de semana, cuando el atraso de los compromisos con el organismo entraba perfectamente en el radar de todos. Incluso del propio Gobierno.

La fuerte baja de más de $10 en la cotización del dólar blue y en los dólares alternativos (en blanco) que se vio el último viernes es un reflejo del mejor clima financiero ante la posibilidad -cada vez más probable- de que el país entre en "arrears" con el Fondo, o directamente en default.

¿Significa este movimiento positivo que este nuevo mes que arranca será todo a favor? Ni en la City ni en el Palacio de Hacienda confían en la "buena onda". Basta con recordar el efecto alcista post reestructuración de la deuda, en agosto de 2020.

A las pocas jornadas, ese tono azul de los mercados viró a rojo furioso, y sesenta días después -a finales de octubre- el dólar "paralelo" tocó el máximo de $195. A valores de hoy (descontada la inflación en estos 15 meses), ese precio equivale a unos $315 de ahora.

En el Palacio de Hacienda aseguran que esta vez será diferente. Apuntan a que el arreglo con el FMI va más allá de un reacomodamiento de los compromisos de la deuda pública. Y que plantea cuestiones estructurales para la economía argentina.

Lo más visible está en el capítulo fiscal, que avanza con una reducción del rojo de las cuentas públicas del 2,5% para este año y del 1,9% para el año que viene (electoral).

Para Martín Guzmán resulta clave que el acuerdo se haya firmado sin compromiso de una devaluación abrupta, que sería disruptiva para la economía.

Para Martín Guzmán resulta clave que el acuerdo se haya firmado sin compromiso de una devaluación abrupta

Lo que se sabrá a partir de hoy mismo es si, tal como lo había previsto Miguel Pesce, el Banco Central acelera el "crawling peg" (minidevaluaciones diarias). O si espera a que se formalice el acuerdo, una vez que el Directorio del FMI y el Congreso argentino le pongan el moño.

El desafío es muy importante: con una inflación que se ha ido acelerando en las últimas semanas, una devaluación diaria más profunda podría empeorar la dinámica de los precios. Para enero, las consultoras aguardan un índice peor que el de diciembre, que debería situarse más cerca del 4%. Con los alimentos, una vez más, como uno de los rubros más calientes.

En simultáneo, el compromiso con el FMI es que no haya atraso en el tipo de cambio y ya rige una meta de acumulación de reservas para este año, de u$s5.000 millones, que no admite un retraso en la paridad.

Por lo pronto, febrero arrancará con el pago del nuevo vencimiento. Mañana martes, la Argentina volverá a cumplir con el Fondo. Girará unos u$s372 millones, que saldrán "cash" de las adelgazadas reservas del BCRA.

El Gobierno ya espera que la próxima obligación -de mediados de marzo, por casi u$s2.900 millones- contará con el acuerdo que le permita refinanciar para más adelante. No hay otra manera: al día de hoy, el Banco Central no dispone de esa cantidad de dólares para pagar.

Al mismo tiempo, entre el Central y Economía deberán coordinar la próxima suba de las tasas de interés.

Hasta acá, esos movimientos alcistas fueron muy medidos, a la espera del acuerdo que finalmente se anunció el viernes último.

Guzmán prometió que las tasas pasarán a ser "positivas" contra la inflación. Otro desafío que se suma para el mes que arranca mañana.

Guzmán trabaja con la hipótesis que el acuerdo con el FMI tendrá un efecto inmediato en las expectativas de los agentes económicos. Más que nada porque el pacto asegura a la Argentina que contará con dólares para seguir con la recuperación. Además, el arreglo bloquea una devaluación en el mercado "oficial", al menos de manera "abrupta" que provoque una disrupción de la economía.

Un informe interno del ministerio de Economía, al que tuvo acceso iProfesional, mensura que el PIB crecería este año en torno al 5,5%. Para hacer la proyección, el equipo económico considera que los precios de las materias primas que exporta la Argentina se mantienen en los niveles actuales.

Guzmán prometió que las tasas pasarán a ser "positivas" contra la inflación

Un escenario que no puede darse por seguro, dada la volatilidad de los mercados internacionales en medio del esperado ajuste de las tasas de interés en los Estados Unidos. Por ahora, el precio de la soja se mantiene por encima de los 500 dólares por tonelada. Un valor elevado en términos históricos.

El ministro viene asegurando que el crecimiento de este año rondará el 4%. Todavía no están los detalles del acuerdo firmado con el FMI, pero se supone que fue en base a ese pronóstico.

Hay que considerar que el fuerte crecimiento del año pasado -que alcanzaría al 10% e incluso algunas décimas más- deja un arrastre estadístico de 3 puntos para este año. Eso significa que sobre ese nivel, la economía debería expandirse algo más para llegar al punto que estima Guzmán.

"Si me preguntas, este es el acuerdo que más nos convenía. Es pragmático. No tiene ajustes violentos. Pero hay que cumplirlo. Eso sí que es un desafío grande para la Argentina", se sincera el funcionario del gabinete económico, uno de los que más trabajó para cerrar el trato con el Fondo.

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