Tensión por el precio de las naftas: el Gobierno no prevé subas hasta marzo y petroleras dicen que "no se puede esperar más"
A principios de diciembre, el Gobierno nacional decidió postergar hasta marzo de 2022 un nuevo aumento de las naftas, con el fin de establecer otra ancla para desacelerar la marcha de los precios de la economía.
De hecho, el 1º de diciembre estaba prevista una suba del 8% en los combustibles, pero el Gobierno postergó la aplicación de los impuestos que iban a justificar ese aumento. La intención del Ejecutivo fue –y es– mantener congelados los precios de la nafta y el gasoil.
En esta línea, fuentes oficiales ratificaron esta semana que "no está previsto que YPF aumente los precios de las naftas en los próximos meses", según consigna Ámbito.
En tanto, desde las petroleras privadas insisten sobre la situación crítica del sector, afectado por un atraso en el valor de los combustibles que estiman entre un 15% y un 27%.
"El último incremento que tuvimos fue en mayo, y de ahí acumulamos dos dígitos de los impactos de devaluación, del precio del petróleo y del precio de los biocombustibles que nos impactan en el precio de venta final", señaló Teófilo Lacroze, CEO de Raízen, la empresa que comercializa combustibles con la marca Shell en Argentina.
"No se puede esperar más, es urgente un aumento", agregó Lacroce esta semana en diálogo con el portal Energía On.
Alarma por problemas de abastecimiento
El verano será de complicaciones en los surtidores. Tras la decisión del Gobierno de postergar hasta marzo de 2022 el nuevo aumento de las naftas, empresarios y referentes del expendio anticiparon que habrá dificultades con el abastecimiento por variables como la inflación que pega de lleno en los costos de producción y, en simultáneo, la migración de quienes compran a "granel" por la diferencia de precios entre la venta mayorista y la estación de servicio.
Desde entidades distribuidas en el interior de la Argentina, distintos directivos anticiparon que si no hay incrementos durante los meses de vacaciones, lo que viene es un escenario de faltantes en los puntos de comercialización.
"Si los precios no se acomodan, diciembre se volverá muy complicado. El precio mayorista no está congelado, ya tuvo aumentos del 15 por ciento en los últimos cinco meses. Si no se acomodan los valores, tendremos un fin de año difícil", pronosticó Alfredo González, titular de la cámara de expendedores del norte del país.
En el ámbito de los estacioneros explican, justamente, que la distorsión que existe entre los precios mayoristas, que no han dejado de incrementarse al no estar alcanzados por el congelamiento, y los valores quietos en el surtidor complican la situación de los automovilistas.
Ocurre que para numerosas compañías les resulta más redituable adquirir el combustible en las estaciones de servicio en lugar de continuar comprando a "granel". En algunos puntos del país esto ocurre y juega en contra de la disponibilidad de naftas para los particulares. En el segmento de la comercialización crece el temor a que vuelva a aplicarse algún tipo de régimen de cupos.
"Estamos con problemas de abastecimiento que se hacen cada vez más críticos. Sobre todo el en interior de las provincias, principalmente las estaciones de blanca. Estamos con un desabastecimiento importante. Lamentamos que todos los gobiernos utilicen la misma receta: el congelamiento de precios que luego trae aparejados los faltantes", dijo a iProfesional Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA, la confederación que nuclea a los empresarios del expendio.
"Hace 6 meses que no aumentan los combustibles. La inflación sigue igual. Evidentemente, las naftas no son los padres de la inflación. El problema pasa por otro lado, nada tiene que ver con los combustibles. Mantener congelado los precios con desabastecimiento a las estaciones de servicios perjudica a los ciudadanos, los puntos de venta y la industria, porque nadie invierte", agregó.
Bornoroni expuso, recientemente, que la continuidad del escenario actual redundaría en complicaciones para la actividad turística y la producción agrícola en general. "El campo empieza en poco tiempo a trabajar la cosecha y las máquinas agrícolas no tienen garantizado el abastecimiento del combustible", declaró.
La situación en las fronteras
A esta situación hay que añadirle un fenómeno que se viene dando en las provincias de frontera, espacios donde los faltantes comenzaron a hacerse marcados por efecto de la compra en auge que vienen haciendo los automovilistas extranjeros.
Esto último responde a que, según entidades como CECHA, Argentina es el quinto país en la nómina de naciones con la nafta más barata de la región. En dólares, como expuso recientemente iProfesional, el litro se ubica en torno a los 0,966 la unidad.
Por mencionar algunos ejemplos cercanos, en Uruguay el litro cotiza a 1,593, en Chile baja a 1,228, mientras que en Brasil y Paraguay la misma medida se comercializa a 1,155 y 1,133 dólares, respectivamente.
"En las estaciones de servicio de frontera han tenido que poner cupo porque al estar el combustible barato, se cruzan de otros países a cargar en la Argentina. Nosotros, mientras, tenemos un desabastecimiento cada vez más importante", comentó Bornoroni.
Producto de este arribo cada vez más creciente de automovilistas extranjeros, provincias como Misiones cerraron noviembre con serios inconvenientes en términos de disponibilidad de naftas.
Así lo reconocieron a mediados de esta semana distintas fuentes ligadas a la Cámara de Estaciones de Servicio del Nordeste Argentino (CESANE). Desde la organización afirmaron que el mes pasado llegaron a formarse largas filas de vehículos provenientes de Paraguay y Brasil que se cruzaron el límite fronterizo para aprovechar la diferencia de precios.