Feletti estrena su cargo con una inflación mayor a la esperada y una cumbre decisiva con empresarios
Nunca es fácil llegar a un acuerdo cuando se habla de inflación en la Argentina. Menos cuando se intenta trazar un panorama para los próximos meses. Y, si no, que lo diga Gita Gopinath, economista jefa del Fondo Monetario, que acaba de decir que "las expectativas de inflación están desancladas".
Menuda tarea le espera a Roberto Feletti, flamante secretario de Comercio Interior, que tiene el objetivo de quitarle presión a los precios de los alimentos. Justamente, en el país que carga con una inflación interanual del 50% sin ninguna perspectiva de un descenso significativo para el corto plazo.
Feletti tendrá su bautismo en el cargo hoy mismo, en una reunión a la que convocó a algunas de las principales fábricas de alimentos del país.
El desplazamiento de Paula Español -la anterior secretaria de Comercio- se produjo en momentos de un recalentamiento de la inflación. El ministro Martín Guzmán dio a entender ese escenario la semana pasada, cuando dijo que "la baja de la inflación no es lineal".
Las consultoras privadas calculan que la inflación de septiembre volvió a estar cerca del 3%, luego del 2,5% de agosto, otra vez con el liderazgo de los alimentos.
Justamente, Feletti tendrá la misión de negociar los precios de ese rubro tan sensible en un país que tiene a casi la mitad de la población hundida en la pobreza.
Al encuentro de hoy a las 10 irán directivos de las principales fabricantes del país. También habrá un encuentro con las cadenas de supermercados.
Lo primero que tendrá que resolver Feletti es la continuidad de "Precios Cuidados", el principal programa oficial de precios. También debe resolver sobre los precios de un lote de alimentos que no forman parte de ese listado, pero sobre los que también existen controles.
Antes de irse, Español había limitado las remarcaciones en Precios Cuidados a no más del 4%. Este programa se renueva cada trimestre, por lo que la lista que se acuerde ahora tendrá vigencia hasta principios de 2022. Un grupo de compañías había puesto resistencia a ese tope.
Una posibilidad es que Feletti anuncie un congelamiento hasta fin de año en los precios de los 660 productos que forman parte de ese programa, en su mayoría integrantes de la canasta básica alimentaria.
Los precios de los alimentos -en particular de la canasta básica- han sido motivo de una fuerte pulseada entre Paula Español, secretaria de Comercio interior, y las empresas fabricantes, y también las cadenas de supermercados.
Pero también motivó tensiones en el seno del oficialismo. La propia Cristina Kirchher puso hace algunas semanas la cuestión en uno de los pilares de la campaña y de las idas y vueltas con el presidente Alberto Fernández.
Sin grandes anuncios para hacer, ni "plan platita" para motivar al electorado -dadas las restricciones por las que atraviesa la macroeconomía-, el Gobierno se juega a que por lo menos la situación social no se complique todavía más.
En la Casa Rosada existe una gran preocupación por las constantes subas de los precios de los alimentos de la canasta básica.
De cara a las elecciones, el Gobierno quiere demostrar que los precios de los productos más sensibles se encuentran contenidos.
A su vez, la Casa Rosada pretende dar una señal de fortaleza frente a los empresarios y demostrar que los precios no se escapan, aun en un contexto de incertidumbre política, cambiaria y financiera.
En esa misma línea, ayer el propio Alberto Fernández invitó a un grupo de empresarios de primer nivel a un almuerzo en la Casa de Gobierno. Allí estuvieron Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Jorge Brito (Banco Macro), Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Francisco de Narváez, Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Marcos Bulgheroni (PAE).
El acercamiento con los ejecutivos se produce en plena negociación de Guzmán con el Fondo Monetario, en Washington, con la idea de buscar un acuerdo que sirva para estabilizar el mercado cambiario y asegurar la recuperación de la economía.
Para esta mañana, además, está previsto el inicio del Coloquio de IDEA, en el cual participarán las principales compañías del país y algunos ministros del gabinete nacional, como el propio Guzmán y Matías Kulfas.
Alimentos, eje de la disputa
La pregunta que se hacían los empresarios de la alimentación, previo al encuentro con Feletti, refería a la relación que está pensando el Gobierno para los próximos meses. Si sería un vínculo de "confrontación permanente" o, más bien, de "negociaciones permanentes".
En una entrevista reciente con iProfesional, Feletti planteó que los precios de los alimentos debían ser regulados por el Estado. Lo argumentó de esta manera:
"El Estado tiene regulaciones potentes sobre los mercados de consumo básicos: energía y alimentos. El año pasado, la economía cayó casi 10% y la canasta alimentaria aumentó 45%. ¿Cómo se explica que en un contexto de semejante recesión, los alimentos aumenten de ese modo? Sucede porque existe un comportamiento monopólico no regulado. Combinado con la presión de los mercados externos. Durante el gobierno de Néstor y de Cristina se trabajaba con cupos de exportación y altas retenciones, que aseguraban la demanda interna".
Justamente, Guzmán y Kulfas vienen siendo centro de críticas desde las filas del propio oficialismo. No por la demora en el acuerdo con el Fondo Monetario -que no depende de ellos sino de Cristina y Alberto F.- sino por la inflación de los alimentos. Una dinámica que no se apaga a pesar de los acuerdos con empresarios y del freno de mano aplicado al "crawling peg", que mueve apenas un 1% al tipo de cambio oficial.
La cuestión, ahora, no sólo refiere a los acuerdos de corto alcance que pueda sellar el Gobierno. La clave para lo que viene tiene que ver, más bien, con las señales que la coalición gobernante vaya dando sobre el rumbo para después del 14 de noviembre. Ni más ni menos.