Más pesos en el bolsillo tras los cambios en Ganancias: ¿van a ser nafta para el dólar?
En un intento por revertir los malos resultados obtenidos en las PASO, el Gobierno puso en marcha una batería de medidas destinadas a apuntalar el poder adquisitivo y la suba del mínimo no imponible de Ganancias era uno de los anuncios más esperados. Sin embargo, el riesgo de que esos pesos sean destinados a la dolarización de carteras está latente, por lo que podría constituir otro problema para la administración de Alberto Fernández.
El piso de Ganancias a partir del cual los asalariados pagan el impuesto pasó de $150.000 a $175.000 desde septiembre y el equipo económico espera que parte del dinero "extra" que reciban los hogares por la modificación brinde un impulso al mercado interno.
Sin embargo, economistas coinciden en que por la incertidumbre en pleno proceso electoral crece el interés por adquirir divisas a modo de cobertura. Los dólares alternativos se muestran como una opción que gana terreno y exponen una sostenida tendencia al alza en sus precios. Como consecuencia, la brecha con el mayorista también crece y se ubica en un nivel que roza el 90 por ciento.
El director ejecutivo de Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, consideró que, dado el escenario actual, "la gente ahorra más y no se gasta lo que queda como ingreso disponible en tanto y cuanto haya tanta incertidumbre".
En diálogo con iProfesional remarcó que el período electoral "se complicó con una crisis política dentro del Gobierno", por lo que "el nivel de incertidumbre es alto". "Es probable que la gente ahorre más y en una proporción importante. Y el ahorro no es en pesos porque se pierde poder adquisitivo", manifestó.
De ese modo, pronosticó que buena parte de esos pesos disponibles "se van a volcar al dólar", pero principalmente en sus versiones "libres", mientras el Banco Central "fija artificial y arbitrariamente" al oficial.
Así, las elecciones marcan el ritmo de la economía. "Todas las medidas que se están tomando ahora implican un aumento del gasto o una reducción de ingreso del Estado, como en el caso de quienes dejan de pagar el impuesto a las Ganancias", argumentó Abram.
"Ya no hay crédito doméstico como para financiar ese faltante de recursos y lo más probable es que se eche mano al Banco Central, lo cual va a implicar emisión", remarcó.
En esa línea, el economista jefe de IERAL Cuyo de Fundación Mediterránea, Gustavo Reyes, consideró que es esperable que "si se pone más plata en la calle, quienes tengan algún grado de ahorro" podrían optar por el dólar, dado la "enorme incertidumbre".
Se calcula que alrededor de 1,2 millones de trabajadores están alcanzados por la normativa. Cabe destacar que la primera suba del piso, allá por el mes de abril (cuando se elevó a $150.000), tuvo un costo fiscal de $55.000 millones. Se estima que, con esta nueva actualización, cerca de $8.000 millones extra pasarán a engrosar los bolsillos de los beneficiados.
Tal como consignó iProfesional, si se proyecta la situación de un trabajador soltero, que viene cobrando un sueldo de $175.000, se observa que hasta el mes de agosto se le venía descontando un impuesto mensual de $16.180, y a partir del mes de septiembre no sólo no se le retendrá más el impuesto, sino que gozará de un reintegro de $7.475, por aplicación de una menor alícuota progresiva, lo que representa un 4,75% del sueldo neto, calculó Rolando.
"Por definición, aquellos que pagan el impuesto a las Ganancias no pertenecen a la clase considerada baja y algún grado de ahorro seguramente tienen", analizó y afirmó que "el precio del dólar, pensando en las cotizaciones libres, sin dudas es muy caro", pero es producto del complejo panorama económico.
Reyes estimó que "de acá a las elecciones es muy difícil que pueda calmar la incertidumbre" porque además es complicado alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en ese plazo.
Sin embargo, sostuvo que un eventual entendimiento con el organismo implica una "condición necesaria, pero no suficiente" para llevar calma porque "va a pedir varias cosas y hay que ver si el Gobierno puede cumplir".
Los pesos, un problema
"La batería de medidas que está tomando el Gobierno es la clave porque todas se van a financiar con emisión, por lo que hay que ver cuántas medidas son transitorias y cuántas son permanentes", indicó Reyes.
"El impacto es diferente, según la duración de cada una de ellas", insistió y resaltó que la brecha cambiaria configura un problema: "Pocas veces tuvimos brechas tan elevadas, mayores al 50 por ciento. Ya desde ese nivel la economía no funciona".
El economista subrayó que "si el Gobierno armara un plan con el FMI y empezara a mostrar cómo va a empezar a encarrilar los desequilibrios de la economía, el dólar caería, pero en la medida en que se genere más incertidumbre, se alimenta las ganas" de adquirir moneda extranjera y "sube la demanda".
Todavía hay margen para más aumentos del dólar blue
El blue volvió a tocar en las últimas horas su máximo histórico en lo que va del año, al llegar a $187, mientras que los dólares financieros también operaron al alza para superar los $174.
"El precio del dólar puede ser más alto aún", aseguró Reyes, quien apuntó a la estrategia del Gobierno para el oficial: "Se está devaluando a un ritmo del 1 por ciento con una inflación que está entre 2,5 y 3 por ciento".
De mantenerse ese ritmo en lo que resta del año, el tipo de cambio oficial se va a sostener muy por debajo del Índice de Precios al Consumidor. Según proyecciones de la consultora Ecolatina, la "inercia inflacionaria" será "apenas inferior al 3% en lo que resta del año".
Los cálculos de la consultora apuntan de ese modo a una inflación "en torno al 47%" para 2021. Resaltó además que si se analiza "la inflación a la que se enfrenta una familia de clase alta, que gasta más en servicios y bienes no esenciales, y un hogar de bajos ingresos, que consume una mayor proporción de alimentos y servicios básicos, queda claro que los cambios en precios relativos, como aumentos de tarifas o saltos del tipo de cambio, afectan su poder adquisitivo de manera diferente".