Guzmán se le plantó a Cristina: "Vamos a ser muy cautos con la emisión", alertan desde el equipo del ministro
Martín Guzmán no da detalles de las próximas medidas del Gobierno. Tampoco, y esto ya es sabido, sobre el estado de la negociación con el Fondo Monetario. El ministro, en su corta carrera política, ya dio muestras de sus habilidades para no quedar hundido en las disputas internas.
Eso no quita que se "plante" en el tema que, hoy por hoy, al ministro le parece más relevante: que la economía, contra lo que aseguró Cristina Kirtchner, no se encuentra en una fase de ajuste.
Por eso se enfrentó esta semana con la vicepresidenta. Y en reuniones que mantuvo antes del fin de semana aseguró que no está dispuesto a una emisión de dinero que ponga en riesgo el escenario cambiario. Lo mismo hicieron saber miembros de su equipo que mantuvieron reuniones con consultores e inversores.
El mensaje de Guzmán a Cristina Kirchner es determinante: "No vamos a emitir alocadamente. Vamos a ser muy cautos", definen cerca del ministro.
Entre economistas de las consultoras y también empresarios de compañías de primera línea circula la idea de que "no hay chances de volcar el mercado cambiario de acá a las elecciones. La cuestión es qué pasa después; cuál es el rumbo".
Ni Guzmán ni su equipo dan detalles de las medidas que se vienen. No solamente por la cautela que acompaña al ministro desde su aparición en la vida pública de la Argentina.
También es cierto que, al menos hasta las elecciones de noviembre, las definiciones de ese tipo las van a tomar directamente desde la Casa Rosada. Ya está definido que no habrá un único anuncio de un paquete de medidas. Sino distintos capítulos, de manera de aprovechar mejor la agenda pública. Al menos eso piensan en el comando de campaña oficial.
Por ahora, los anuncios fueron de iniciativas que ya estaban en la agenda previa a las PASO: la suba del salario mínimo y la mejora en Ganancias para los empleados de la cuarta categoría.
De ahora en más habrá que ver las medidas que se tomen. La decisión de Guzmán ya quedó clara. Pero lo que se desconoce es si el poder político acepta su moderación.
Quienes frecuentaron al ministro los últimos días no tienen detalles pero se llevaron la impresión de que las nuevas medidas tendrían, como máximo, un tope de $150.000 millones. De ser así, el nuevo gasto iría en línea con el déficit fiscal y emisión monetaria esperados por las consultoras económicas para este año.
La pulseada refiere a si algunas medidas son tomadas para "una sola vez" o para más de una oportunidad.
Una cosa es lanzar un IFE acotado a dos o tres millones de personas y otorgar esa ayuda un sólo mes, pero muy diferente es si se otorgan dos o tres rondas.
O si el bono para los jubilados de $5.000 o $6.000 se brinda solamente en octubre, o si tiene repetición un par de veces más antes de fin de año.
Guzmán, precisamente, mandó a Cristina ese mensaje. Que quiere ser cauto para evitar tensiones cambiarias antes, o incluso después, de las elecciones de noviembre.
Hay un registro que le da la razón al ministro: la posibilidad de que se desboque el gasto público recalentó el mercado cambiario, que terminó la semana con alzas en los denominados "dólares libres", allí donde no llega la intervención del Banco Central.
El llamado dólar SENEBI, que es el que operan empresas e inversores en forma directa, cotizó cerca de los $193 el último viernes. Mientras que el blue cerró alrededor de los $186 en las cuevas de la city.
El debate de fondo entre Cristina y Guzmán
Después de la derrota electoral del oficialismo, Cristina Kirchner acusó sin vueltas al ministro de Economía de aplicar un "ajuste", al que responsabilizó de ese resultado, una "catástrofe política" para el oficialismo, según la visión de la vicepresidenta.
CFK había sido directa en su carta pública dirigida a Alberto Fernández. "Señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar muy bien las elecciones".
En la semana, el ministro le salió al cruce directo: "En la Argentina no hubo un ajuste fiscal, yo soy uno de los que dicen que no. Ha habido una política fiscal expansiva", dijo durante una entrevista con una radio oficialista.
El argumento de Guzmán es que la recaudación impositiva viene expandiéndose bien por encima de la inflación, y que por esa razón hay un reducido déficit fiscal, que en los primeros ocho meses llegó a tan sólo el 1%. Contra el 4,5% de rojo que el propio ministro calculó en el Presupuesto 2021.
Ahora bien, la discusión no se acaba ahí. Porque los datos sobre el "ajuste" son elocuentes e indesmentibles.
Los propios números fiscales del Ministerio de Economía no dejan lugar a dudas. En términos reales (descontada la inflación) lo que se nota es una verdadera licuación de la mayoría de los gastos a cargo del Estado. Sobre todo en lo que refiere a la ayuda social y al pago de salarios y haberes jubilatorios.
La cuestión quedó expuesta en los últimos números fiscales divulgados por Economía esta misma semana.
Allí queda claro que, por ejemplo, los salarios públicos quedaron 3,4% por debajo de la inflación en los primeros ocho meses del año.
El "gasto primario", en tanto, estuvo 6% por detrás del acumulado de la inflación.
Y los pagos de jubilaciones y pensiones fueron 7,3% menores a la inflación del período enero-agosto. Es decir que el poder adquisitivo de los jubilados estuvo por debajo al del año pasado. Es el cuarto año consecutivo que los jubilados y los pensionados pierden contra la inflación.
En el renglón "prestaciones sociales", también se nota la misma tendencia. La caída del gasto, siempre en términos reales, se ubicó en el 16% entre enero y agosto. Por último, las "transferencias a las provincias" registraron un retroceso del 40%. Con estos números a la vista, se entiende la crítica de CFK.
Hubo dos ítem que, en el sentido contrario, sí registraron una suba en relación a la inflación.
Por un lado, los subsidios: la cuenta que paga el Estado por mantener prácticamente sin cambios las tarifas en el área metropolitana creció un 35% en términos reales. Bien por encima de la inflación.
Por otro lado, las inversiones de capital (obras públicas) crecieron 54% más que la inflación. Un verdadero repunte, que debe contextualizarse: es verdad que ese gasto viene subiendo fuerte pero en verdad está ganando impulso frente a la fuerte caídas del año pasado cuando, en medio de la pandemia,. era imposible desarrollar obras.
Ahora bien, queda claro que lo más relevante -de ahora en más- es ver cómo reacciona el ministro ante la presión. Como revela iProfesional, Guzmán está decidido a llevar adelante su plan sin demasiadas concesiones, con el objetivo de que el tipo de cambio no vuelva a dispararse. Ver para creer.