¿Hay ajuste como acusa Cristina o tiene razón Guzmán?: esto es lo que revelan las cifras oficiales
"En la Argentina no hubo un ajuste fiscal, yo soy uno de los que dicen que no. Ha habido una política fiscal expansiva", aseguró Martín Guzmán ayer al mediodía. No fue una declaración más. El ministro de Economía salió así al cruce de Cristina Kirchner. Nada menos. La vicepresidenta había asegurado todo lo contrario la semana pasada, horas después de la "catástrofe" electoral del oficialismo en las PASO.
Cristina había responsabilizado a ese "ajuste" por la derrota, y Guzmán quedó en el centro de los reproches y de la crisis interna del gobierno nacional. La propia vice tuvo que llamar por teléfono al ministro para aclararle que no estaba reclamando su renuncia.
CFK había sido directa en su carta pública dirigida a Alberto Fernández. "Señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar muy bien las elecciones".
Ahora bien: ¿quién tiene la razón? ¿Cristina, que acusa a su propio Gobierno de llevar adelante un ajuste fiscal? ¿O Guzmán, que lo niega?
Los propios números fiscales del Ministerio de Economía no dejan lugar a dudas. En términos reales (descontada la inflación) lo que se nota es una verdadera licuación de la mayoría de los gastos a cargo del Estado. Sobre todo en lo que refiere a la ayuda social y al pago de salarios y haberes jubilatorios.
Se trata de una dinámica que iProfesional había advertido hace algunos meses. Desde entonces, es cierto que hubo una mejora en los salarios de los agentes públicos y en las jubilaciones y pensiones, pero todo ese gasto continúa corriendo por debajo de la inflación.
La cuestión quedó expuesta en los últimos números fiscales divulgados por Economía esta misma semana.
Allí queda claro que, por ejemplo, los salarios públicos quedaron 3,4% por debajo de la inflación en los primeros ocho meses del año.
El "gasto primario", en tanto, estuvo 6% por detrás del acumulado de la inflación.
Y los pagos de jubilaciones y pensiones fueron 7,3% menores a la inflación del período enero-agosto. Es decir que el poder adquisitivo de los jubilados estuvo por debajo al del año pasado. Es el cuarto año consecutivo que los jubilados y los pensionados pierden contra la inflación.
En el renglón "prestaciones sociales", también se nota la misma tendencia. La caída del gasto, siempre en términos reales, se ubicó en el 16% entre enero y agosto.
Por último, las "transferencias a las provincias" registraron un retroceso del 40%.
Con estos números a la vista, se entiende la crítica de CFK.
Lo que sube
Comparado con la inflación de esos primeros ocho meses del año, hubo dos ítem que sí registraron una suba en relación a la inflación.
Por un lado, los subsidios: la cuenta que paga el Estado por mantener prácticamente sin cambios las tarifas en el área metropolitana creció un 35% en términos reales. Bien por encima de la inflación.
Por otro lado, las inversiones de capital (obras públicas) crecieron 54% más que la inflación. Un verdadero repunte, que debe contextualizarse: es verdad que ese gasto viene subiendo fuerte pero en verdad está ganando impulso frente a la fuerte caídas del año pasado cuando, en medio de la pandemia,. era imposible desarrollar obras.
Para pasar en claro: lo que hubo fue un ajuste de las cuentas del Estado en medio de la pandemia. Ese es el dato que observan con máxima atención desde el Instituto Patria.
Guzmán suele explicar que parte del gasto que no se hizo este año tiene que ver con renglones destinados a atender la pandemia -como el IFE y el ATP- que no se entregaron este año. A pesar de que durante 2021 hubo más fallecidos que el año pasado, producto de una segunda ola en la que el Estado estuvo prácticamente ausente, a no ser por la menor asistencia del Repro.
En medio de las negociaciones con el Fondo Monetario y las tensiones en el mercado cambiario, Martín Guzmán está obsesionado por mantener las cuentas ordenadas.
El déficit fiscal de los primeros ocho meses resultó del 1,5% del PIB, por debajo al 4,5% previsto en el Presupuesto 2021. Eso es lo que le reprocha Cristina: que teniendo margen para gastar, no lo haya hecho antes de las elecciones para mejorarles la vida a los votantes y tener más chances en las urnas.
De acuerdo a la explicación de Guzmán, la política fiscal potenció la recuperación económica y evitó que la Argentina haya una crisis cambiaria —"lo peor que le puede pasar a una economía", dijo—. Sin embargo, reconoció que el Estado no tuvo la capacidad de llegar a toda la población.
"El lugar más difícil de llegar es a los sectores informales. A los sectores formales se llegó con ATP, Repro. Pero a los sectores informales les pegó con la pérdida de oportunidades de empleo y caída en del salario en el bolsillo", agregó.
¿Qué hará Guzmán de acá a fin de año? ¿Acelerará a fondo con el gasto? Muy probablemente. Lo central será saber cuál es el margen de maniobra que el propio titular de Hacienda cree que dispone antes de que esa emisión de dinero termine presionando sobre el tipo de cambio y la inflación.