"¿Martín por Martín Redrado?": el nombre que ilusiona a todo el mercado ante eventual salida de Guzmán
En los últimos días y en la medida en que se conocen más encuestas de opinión, algunos analistas de consultoras y bancos han comenzado a evaluar la posibilidad de un futuro cambio del equipo económico luego de las PASO del 12 de septiembre.
Esto, en un contexto, en el que más voces vienen advirtiendo que, en caso de llegar con lo justo a las PASO, en especial en territorio bonaerense, el Gobierno va a salir a gastar más de lo necesario vía mayor emisión monetaria. La consecuencia, advierten, sería más inflación y, por ende, más problemas para un Guzmán que está muy cuestionado tanto por la oposición como por el propio oficialismo, principalmente por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por el diputado Máximo Kirchner y por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Pero en los últimos días apareció una nueva disputa en el aspecto financiero entre Guzmán y el presidente del BCRA, Miguel Pesce, que está a favor de una suba de la tasa de interés, mientras que el ministro cree que no hace falta tocar las tasas.
La señal de alarma es que por primera vez desde diciembre del año pasado, en agosto el BCRA tuvo un neto negativo de venta de dólares de u$s135 millones. Desde los sectores más duros del kirchnerismo se lo cuestiona a Guzmán por el ajuste fiscal realizado en el primer semestre del año, cuando el déficit fiscal llegó al 0,5 por ciento del PBI, por no considerar en el Presupuesto 2021 un "Gasto Covid" similar al del 2020, por equivocarse en las proyecciones de inflación y también por impedir que los u$s4.350 millones adicionales otorgados por el FMI por la pandemia sean utilizados para un mayor gasto y solo se usen para pagar los vencimientos de este año con el organismo.
Hay varios nombres en el mercado financiero que se mencionan como futuros reemplazos de Guzmán. El primer nombre que surge es el de Martín Redrado. El economista, ex presidente del BCRA, es uno de los preferidos por el establishment financiero.
Gran parte de los players del mercado financiero sostienen que Redrado le podría dar cierta dosis de ortodoxia a la economía y que es un economista especializado en finanzas con sólidas y excelentes relaciones con el mundo financiero internacional, que podría renegociar un buen acuerdo con el FMI.
En el otro extremo están Augusto Costa, el actual ministro de Desarrollo de la Provincia de Buenos Aires y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. Estos últimos, con ideas heterodoxas más cercanas al pensamiento del gobernador Axel Kicillof pero considerados mas racionales y diplomáticos a diferencia de otros funcionarios, como la secretaria de Comercio Paula Español, que también figura en la lista de futuros reemplazantes.
Redrado está de gira en Nueva York contratado por bancos de inversión y empresas de EE.UU. para asesorar sobre inversiones futuras en Argentina. El economista fue contratado para asesorar en la compra de Edenor a los empresarios José Luis Manzano y Daniel Vila, a quienes asesora desde la reestructuración financiera de la empresa de cable Supecanal en 2011.
Desde el entorno de Redrado negaron a iProfesional cualquier tipo de acercamiento al Gobierno a través del diputado Sergio Massa. El presidente de la Fundación Capital estuvo al frente del BCRA en la presidencia de Néstor Kirchner y en gran parte del primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Redrado se fue del BCRA cuando, en enero de 2010, se negó a entregar unos u$s6.000 millones de las reservas del BCRA al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Lo paradójico es que, a la salida de Redrado, el que se había instalado como presidente interino del Central era Miguel Pesce, el actual presidente de la institución. Este sería el primer escollo que tendría que superar Redrado para llegar al ministerio en caso que se produzca algún ofrecimiento en el futuro. Desde el Gobierno por ahora niegan el cambio de un Martín por otro Martín.
Una elección determinante
Esta será la primera elección que los argentinos enfrentaremos en medio de una pandemia y la primera vez que el kirchnersimo irá a elecciones en el conurbano bonaerense con una inflación anual del 50 por ciento, donde más del 60 por ciento de la población está sin recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid 19.
Pero el tema tal vez más importante post electoral será el cambiario. Luego de la entrada de los 4.350 millones de dólares en DEGs que envió el FMI, el BCRA tiene un total de reservas netas de unos u$s10.000 millones. El dato que hay que considerar es que desde que se llevan las estadísticas desde comienzo de siglo nunca entraron tantos dólares por exportaciones agropecuarias como en este año. De acuerdo a datos del sector, en los primeros 8 meses de este año hubo liquidación de exportaciones por unos 23.229 millones de dólares.
El resultado electoral será muy importante para proyectar el futuro del mercado cambiario. En caso de que el oficialismo gane es muy probable que intente seguir con el actual modelo. El anclaje del dólar oficial, el retraso cambiario con el cepo heredado del macrismo, el congelamiento tarifario, el refuerzo de los controles de precios con paritarias cercanas a la inflación y endeudamiento en pesos para financiar al Tesoro a través de una mayor emisión monetaria, el canje de deuda con los bonistas y una renegociación interminable del acuerdo con el FMI, son los instrumentos que se han utilizado desde que asumió el Gobierno de Alberto Fernández.
Los resultados económicos no son los mejores. El atraso del dólar oficial reduce la liquidación de dólares de los exportadores, el cepo cambiario frena más el ingreso de dólares que la salida y el endeudamiento en pesos del Estado, en particular las Leliq emitidas por el BCRA, condiciona cada vez más las cuentas públicas.
Es una combinación donde a la larga desaparecen dólares de las reservas del BCRA, se pierde competitividad y provoca un menor crecimiento económico una especie de "Triangulo de las Bermudas Financiero" donde finalmente los dólares se esfuman y los pesos sobran.
Con respecto a la situación económica un reciente informe de la consultora MS destaca que "la economía 2020 - 2021 es para perder: un nivel de actividad muy bajo que, a pesar de rebotar, no vuelve siquiera al muy magro nivel de 2019 y una tasa de inflación al 50% interanual. El Ministerio de Economía recalculó la fuerza del rebote de la actividad: ahora pronostica para 2021 una suba del PBI de 8%. Al mismo tiempo, 'celebra' que después de diez meses consecutivos la tasa de inflación de agosto perforaría 3% mensual, aunque seguirá en 50% anual".
Pero la pregunta es qué pasaría si el oficialismo perdiera las elecciones, primero en la PASO y luego en las legislativas de noviembre. En este caso sería muy probable que el Gobierno, como consecuencia acomodamiento político, como mínimo retomaría un esquema de devaluación mensual superior al 1,2 por ciento actual.
En la historia argentina reciente desde el 2002 hasta el presente los saltos devaluatorios estuvieron relacionados con el valor real del dólar oficial, un nivel mínimo inaceptable de las reservas netas del BCRA y una brecha cambiaria extremadamente alta. Hubo devaluaciones que en la previa estaban casi cantadas. La del 2002, cuando el dólar pasó de 1 a 3 pesos, y la de diciembre de 2015, cuando asumió Mauricio Macri, que fue de 9 a 15 pesos. Hoy el oficial vale 100 pesos y los alternativos, 180 pesos.
En la actualidad, el dólar oficial no estaría tan atrasado, las reservas netas por ahora aguantan, y el valor de la brecha está por encima del 80 por ciento. En caso que algunos de estos valores de desmadre, no habría que descartar una modificación del modelo y tampoco del equipo económico. Martin por Martin por ahora es solo una alternativa, lo que más preocupa hoy al mercado financiero es el resultado electoral.