Fútbol argentino vs fútbol brasileño: una diferencia de cientos de millones de dólares que se ve en la cancha
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Las distancias económicas entre el fútbol brasileño y el argentino se han hecho muy notorias. Por primera vez en un largo tiempo, eso se traduce en desequilibrio en las jerarquías de los equipos y en la cantidad de clubes de Brasil que hay en las instancias definitivas de la Copa Libertadores. ¿Cuáles son los motivos de tal diferencia de poder y como se traduce en la construcción de los equipos?
En todos los clubes del mundo, el mayor nivel de ingresos se percibe en base a la venta de derechos de televisación. Independientemente del modo en que se distribuyan esos ingresos, siempre significan la máxima cantidad de dinero que una institución deportiva recibe y en ese sentido las diferencias son siderales.
De acuerdo a lo manifestado por Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors y un peso pesado dentro de la AFA, el acuerdo de los clubes con la TV firmado en 2017 fue de u$s100.000.000 billete al año. Sin embargo, la actualización de ese contrato se hace por IPC, por lo que a la fecha los clubes reciben aproximadamente u$s43.000.000.
Está claro que nadie amenazó de muerte a ningún dirigente para que firme un contrato en estas condiciones. Pero la distancia que hay con Brasil es prácticamente insalvable.
El contrato por los derechos de televisación del fútbol brasileño que está vigente se firmó en 2019 y tiene plazo hasta 2024. Por temporada los equipos reciben un total de u$s275.000.000, casi tres veces más si se compara con Argentina en 2017, donde aún así los equipos de nuestro país conseguían competir y hasta ganarle a los brasileños, pero más de seis veces más que ahora, donde las distancias deportivas parecen muy favorables al país vecino.
En Brasil, cada equipo arregla de manera individual el valor de sus derechos de televisación con la empresa encargada de transmitir los partidos. En números de 2019, sólo el Flamengo percibía más dinero que todo el fútbol argentino ahora, u$s55.000.000. Por supuesto, esa es la conversión y el monto se paga en reales, pero incluso aunque la actualización anual se haga por IPC, la inflación anual de ese país fue de aproximadamente 4,5% en 2020 y de 8,5% en 2021: incomparable con la situación local.
Después, por supuesto, debe hacerse un apartado para analizar las causas. Hay cuestiones difíciles de manejar como la diferencia de población entre un país y otro: más gente interesada en ver fútbol, más gente que paga y por ende derechos más caros.
Pero también hay cuestiones en las que la dirigencia del fútbol argentino tiene responsabilidad, como el formato indescifrable de los torneos, el número insólito de equipos que participan o el hecho de que se jueguen significativamente menos partidos y durante menos meses en comparación al resto de Latinoamérica. Un peor producto es más difícil de vender, al interior del país y también al exterior.
El reflejo de las diferencias económicas en los planteles
Desde hace tiempo el fútbol de Brasil está en proceso de construcción con inversiones millonarias. Los equipos poderosos de aquel país pueden darse el gusto de incorporar jugadores del más alto nivel competitivo en el mundo, es decir, de las principales ligas europeas.
En términos de dinero por pases de jugadores, la diferencia no es tan abismal. En el último mercado de pases, los equipos del Brasileirao incorporaron por un total aproximado de u$s25.000.000, mientras que los del torneo argentino por casi u$s23.000.000. Debe tenerse en cuenta que en el torneo de nuestro país compiten seis equipos más.
Sin embargo, en la sumatoria de los valores de todos los jugadores de una liga y otra, la diferencia sí es muy grande. Según el sitio especializado Transfermarkt, todos los jugadores de la liga brasileña juntos valen casi u$s1.200.000.000, mientras que los de Argentina, aún con los seis equipos de más, solo u$s922.000.000.
Esta diferencia que existe entre los valores y el dinero gastado en pases marca una pauta: muchos futbolistas llegan a Brasil en condición de libres, por lo que no se paga la ficha, pero sí altísimos contratos.
Mercado de pases
Entre los dos últimos mercados de pases, sólo 14 de los jugadores que incorporaron equipos argentinos llegaron desde Europa. Sólo dos llegaron desde alguna de las cinco principales ligas del mundo, es decir, las de Primera División de España, Italia, Inglaterra, Francia o Alemania.
En cambio, a Brasil, en el mismo lapso, llegaron 31 jugadores provenientes de Europa, con el aliciente de que 17 lo hicieron desde alguna de las mejores ligas del mundo antes detalladas.
Muchos llegan a préstamo, otros como libres y en menor medida se les compra el pase. Pero están en condiciones de afrontar sueldos acorde a lo que se paga en los países más poderosos, de más de u$s3.500.000 anuales, casi el cuádruple de lo que cobra el jugador mejor pago en nuestro país. Han llegado nombres de la talla de Douglas Costa, desde la Juventus, Diego Costa del Atlético Madrid o Andreas Pereira de la Lazio, con su pase perteneciente al Manchester United.
La última diferencia que también es dura es el hecho de que el país vecino tenga la capacidad económica como para llevarse a los mejores jugadores de equipos argentinos.
Sólo por citar un ejemplo, Atlético Mineiro, el club que eliminó a River de la Libertadores, cuenta en su plantel con Ignacio Fernández, adquirido al Millonario y señalado durante años como el mejor jugador del fútbol argentino y a Matías Zaracho, una de las grandes promesas locales que ya había tenido convocatorias a la selección cuando fue vendido desde Racing. El único jugador brasileño que juega en la Liga Profesional es Guilherme Parede, en Talleres. La competencia es cada vez más cuesta arriba y el panorama para el futuro cercano parece ser una brecha aún más amplia.