Salarios versus inflación: vienen más reaperturas de paritarias en la administración pública
A principios de 2021 el presidente Alberto Fernández confirmaba que la recuperación del salario "es un objetivo prioritario para 2021". La afirmación expresaba un rumbo de gestión y llegaba luego de un año muy duro, signado por lo más crudo de la pandemia de Covid-19. Además, caía tras un lustro en el que los ingresos se deterioraron sistemáticamente.
El objetivo planteado por Fernández tenía, y tiene, un doble propósito: dinamizar el mercado interno, lo que además podría derivar en la creación de, necesarios, miles de puestos de trabajo registrados, y robustecer los bolsillos de las mayorías en un año impar, siempre trascendental para los designios políticos del país.
Sin embargo, transcurridos los primeros 6 meses la situación sigue prácticamente igual que al principio. Según las estimaciones de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) en el primer semestre de 2021 los salarios crecieron un 26,3%. Eso es apenas un 1% más que los 25,3 puntos que se registraron de inflación, con el agravante que hubo precios de productos esenciales de la canasta básica que estuvieron muy por arriba del promedio.
De hecho en cada medición del Indec se comprueba que el ítem alimentos y bebidas, que es al que le destinan la mayor porción de sus ingresos quienes tienen los haberes más bajos del mercado de trabajo, tiene aumentos por sobre la media de la inflación.
Este "empate técnico" no sólo redunda en el incumplimiento de la palabra del Ejecutivo. Implica la consolidación en el tiempo de un mercado laboral con ingresos erosionados.
"Los salarios estuvieron estabilizados en el primer semestre del año pero en niveles muy bajos en términos históricos", explica Luis Campos, abogado, experto en mercado laboral y coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA - Autónoma.
"Estamos en los niveles salariales más bajos desde 2008 y un 20% por debajo de los que teníamos hacia finales de 2015", detalla Campos.
El viernes el propio Alberto Fernández volvió a poner el foco en el asunto, y un semestre más tarde insistió: "La economía argentina crece, recupera empleos y va a recuperar ingresos". Para conseguir esto último ya habilitó la reapertura de paritarias que encontró en los bancarios, los mercantiles, los constructores y los encargados de edificios, sus primeros mojones.
Estatales: catarata de reaperturas
Y el cronograma fijado tiene al propio Estado como principal actor para lo que viene: en agosto hay una catarata de reaperturas en el marco de la administración pública. Ayer, 9 de agosto, empezaron a rediscutir sus salarios los docentes en el ámbito de la paritaria nacional docente. No alcanzaron un acuerdo. Siguen esta misma semana. Buscan completar un 45% de aumento.
El 12 de agosto llegará el turno de los docentes universitarios y del personal no docente de universidades nacionales. Esperan adicionar un 10 o 12% de incremento.
Más tarde, el 19 de agosto, tienen cita los estatales.
Ayer, en lo que fue una previa, ATE y UPCN abrocharon un 46% para los trabajadores del Sistema Nacional de Empleo Público (Sinep).
Adicionalmente, y en clave política, ese universo de trabajadores registrados del sector público verá un robustecimiento de sus ingresos semanas antes de las PASO. Lo mismo que ocurrió con una buena porción de los trabajadores registrados del sector privado.
En septiembre, y ya con las PASO habiendo dejado su legado, llegará el cierre de ciclo con una nueva convocatoria del Consejo del Salario. Según confirmaron desde la propia cartera laboral, la intención es juntar a los 32 miembros del Consejo para avanzar en una nueva suba del Salario Mínimo Vital y Móvil.
Pero para que las reaperturas cumplan con el fin propuesto y no suceda lo mismo que ocurrió con las paritarias originales deberá atacarse otro problema clave: la inflación. Sin una desaceleración nada alcanza y en el Gobierno lo saben: "Estamos en niveles altos, pero la inflación mensual está bajando", aventuró el Presidente.
La baja de la inflación es central. Es que la aceleración de la carrera precios y salarios, hoy con final incierto, despierta fantasmas preocupantes: "Tanto los precios como los salarios están creciendo nominalmente a tasas muy elevadas, entre 40 y 50 por ciento anual, lo que va acumulando tensiones que son un problema a resolver por el Gobierno", explica Campos.
Y advierte: "No creo que estas tensiones vayan a estallar ni a resolverse antes de las elecciones de medio término, pero definitivamente son un tema a encarar por el Gobierno porque una carrera precios y salarios que se acelera nunca termina bien para los trabajadores".