La inflación le resulta funcional al Gobierno para poder licuar deudas, según Diana Mondino
Diana Mondino, docente de la Ucema y con vasta trayectoria en el sector financiero, es una de las opiniones más autorizadas de la City. En esta charla con iProfesional explica por qué puede haber inflación aun si el Gobierno modera la expansión monetaria. Y da su visión sobre los cambios que se esperan para el segundo semestre.
-Las proyecciones de las consultoras marcan que la inflación irá en descenso, pero al mismo tiempo muchos economistas advierten que va a empezar una fase de mayor expansión monetaria. ¿En qué situación estamos?
- En realidad, hay una suma de dos cosas. Puede haber más emisión, que indudablemente está ocurriendo. Pero todo dependerá de cuánta demanda de dinero haya. Y mi impresión es que cada vez hay menos demanda de dinero, porque no tenés nada para comprar, porque esperás que los precios suban, y cuando digo precios incluyo al dólar.
Entonces esa diferencia entre oferta y demanda de dinero es lo que va a generar la inflación, más allá de cuánto se emita.
El otro punto importante es que, si la gente quisiera conservar dinero, ¿en qué lo invierte? Tiene tres opciones: dólar, algún ahorro en pesos a una tasa real negativa o en bienes. Podés hacer stock de latas de tomate en tu casa, que la gente considere eso un ahorro. Pero lo que es claro es que la gente no quiere guardar el dinero en el banco, usa los pesos inmediatamente.
-¿Entonces la política del Gobierno de poner más plata en la calle, con las nuevas paritarias o con el alivio en el impuesto a las Ganancias, van a ser un factor más de incentivo a la inflación?
-Es muy probable que ocurra eso, porque hay que considerar el aumento de costos que están teniendo las empresas. El alivio de ponerle más dinero a la gente en el bolsillo a través de distintos mecanismos está acompañado de un aumento de costos para el sector productivo. Y se hace muy difícil, con todas las rigideces que tiene la economía, absorber esos costos.
Si una empresa tiene que dar aumentos de salarios, si hay subas de tarifas públicas para industriales, si aparecen más restricciones para importar insumos, los costos van subiendo. Y ante una mayor demanda, es posible que respondan con un aumento de precios.
-En los tiempos de Cristina Kirchner, se decía que la inflación era funcional al modelo, porque incentivaba a la gente a consumir más para no perder el valor del dinero. ¿Ahora no puede reeditarse esa situación?
-Hoy también la inflación es muy funcional al modelo, pero desde otro punto de vista. Hoy la inflación, independientemente de que la gente quiera comprar una heladera, es algo que licúa la deuda del Gobierno. Porque la deuda son las Leliq, que están al 38%. Y en la deuda del gobierno solamente una fracción está indexada con CER, entonces cuando suben los precios la deuda del gobierno también se va licuando.
Pero esa es sólo la deuda explícita, la deuda en papeles. Después hay otra deuda que es mucho más importante, que es con los jubilados, y también se va licuando, porque no va subiendo al ritmo de la inflación. Entonces sí, triste y lamentablemente la inflación es funcional. No digo que le convenga al Gobierno, pero objetivamente le resulta funcional.
-Estás entre los pesimistas sobre el manejo de la economía del segundo semestre, entonces…
-Hay señales. El Banco Central no había girado fondos al Tesoro, y ahora empezó nuevamente. Entonces tenés ahí un factor de creación de moneda. Que igual es lo que iban a tener que pagar de leliq en futuro, pero por lo menos no le estaban girando al Tesoro. Y ahora hacen las dos cosas.
Y además va a ser difícil la cuestión fiscal. Porque las razones por las que el déficit se redujo mucho en el primer semestre no sabemos si se van a repetir, que son el precio alto de la soja y el impuesto solidario. Y además estacionalmente la recaudación baja en el segundo semestre.
Entonces hoy la recaudación va a crecer poco, por el motivo de que la economía no crece. La realidad es que hoy lo único que hace crecer la recaudación es la inflación, porque la producción no está siquiera al nivel del 2019.
-Cada vez que Martín Guzmán llama a una licitación para renovar vencimientos de deuda y logra captar financiamiento mayor, lo presenta como una situación virtuosa. ¿Compartís esa visión o puede haber riesgos ocultos?
-Desde su punto de vista tiene razón, porque ellos consideran que el Estado tiene prioridad sobre todo lo demás. Pero hay que entender que cada vez que se "rollea" la deuda al Estado, eso significa que no hay crédito para el sector privado.
De todas formas, hubo un cambio positivo en el hecho de que se usen los bonos del Tesoro. Era peor cuando crecían las Leliq, indudablemente. Porque por definición el Banco Central no tiene fuentes de fondos propia, con lo cual la única forma que tendría de honrar esa deuda es emitiendo dinero. En cambio, el Tesoro tiene dos mecanismos para honrar la deuda, o baja gastos o sube impuestos, no sé a quién, pero teóricamente podría.
-Sin embargo, muchos en el mercado creen la nueva modalidad del Gobierno para financiarse es peligrosa por que implica una expansión monetaria encubierta...
-Todo depende de a qué le llamamos peligroso. Si vos sos un inversor en Leliqs, tenés la casi certeza de que las van a pagar, porque el Central siempre puede emitir. Entonces, desde el lado del acreedor es mejor la deuda en cabeza del Banco Central antes que los bonos del Tesoro.
Pero para la economía en su conjunto y para la posibilidad de reducir la inflación, la deuda del Banco Central es más dañina.
-Y en cuanto a la situación cambiaria, ¿te preocupa que se debilite la posición del Central en dólares y pueda haber turbulencias en el mercado?
-Veo la situación muy compleja. El Banco Central ahora compra dólares solamente porque los exportadores están obligados a entregárselos. Pero luego indirectamente los devuelve al mercado, los compra al tipo de cambio oficial, neto de retenciones, y los vuelve a vender al precio del contado con liquidación, forma el famoso rulo. Entonces lo que hay que preguntarse es cuánto más puede comprar.
Y la respuesta es que dependerá del superávit comercial. Pero históricamente en el segundo semestre es más flojo. Por otra parte, tenemos cerradas las exportaciones de carne en un 50 por ciento. Y seguimos prohibiendo exportaciones, por ejemplo acaba de salir en Tierra del Fuego va a prohibir la producción del salmón.
Entonces, si las cosas que son fuentes de dólares se van reduciendo, se hace difícil pensar que pueda haber muchas más exportaciones. De lo que no me cabe ninguna duda es que van a tratar de forzar el superávit a través de un tope a las importaciones.
-De todas maneras, con el nivel de reservas actuales, ¿no puede considerarse que hay cierto colchón para manejar la situación?
-Claro que hubo una mejora, pero hay que tener cuidado con las cuentas que se hacen. Sobre todo para los que les gusta calcular el precio de equilibrio del dólar haciendo la división de la base monetaria sobre las reservas. Porque los casi 12.000 millones de depósitos bancarios en forma de encaje no son del Central, son de la gente. Que los puede retirar pero los pesos siguen estando en la economía.
Y además, andá a decirle al swap chino que te dé los dólares a cambio de pesos.
De todas formas, no quiero sembrar pánico, no va a haber corridas. Porque la economía, mientras estemos como estamos ahora, siempre va a necesitar pesos. Y no va a ocurrir que todos los pesos quieran convertirse en dólares, porque se va a necesitar que haya pesos, aunque más no sea para pagar impuestos, que hoy son la mitad de la economía.