Tras evitar default con Club de París, es prioridad el FMI: los próximos pasos que evalúa el Gobierno
El funcionario no tiene ninguna duda. "Esto va a quedar como un hito del gobierno de Alberto Fernández", dice. También afirma que no exagera en esa aseveración. Se refiere a la decisión de un pago parcial de u$s430 millones al Club de París, como parte del vencimiento de u$s2.400 millones que debían saldarse (o refinanciarse) antes del próximo 31 de julio.
En diálogo con iProfesional, ese funcionario, uno de los más importantes en el gabinete nacional, argumenta sobre la relevancia de la medida anunciada, sin previo aviso, en la tarde del martes por el ministro Martín Guzmán. Asegura que lo más importante es que el Gobierno ya dio una muestra contundente de que no habrá default con los organismos internacionales.
Esa posibilidad, de hecho, se había extendido en el mercado financiero en las últimas jornadas: los bonos argentinos mostraron caídas cercanas al 5% promedio en el inicio de la semana ante el temor de un quiebre en las relaciones con el Club de París. Tras el anuncio oficial, en el mercado hubo un rebote en las cotizaciones.
Desde el equipo económico no abren el juego a las especulaciones sobre el timing del eventual acuerdo con el Fondo Monetario. Hacen hincapié, no obstante, en la potente señal enviada con la decisión de trazar un puente con el Club de París hasta marzo del año que viene, previo giro de los mencionados u$s430 millones.
A partir de ahora, la Argentina cuenta con 280 días para acordar con el FMI y así evitar el pago de los u$s2.000 millones que quedan del vencimiento con el Club de París.
La pregunta, inevitable, refiere a lo que hará el Gobierno frente a los vencimientos de la deuda que tiene con el Fondo Monetario, antes de esa fecha.
Es posible que la respuesta haya que buscarla en las definiciones de ayer del propio Guzmán. Cuando dijo que se decidió no pagar los u$s2.400 millones con el Club de París para evitar un impacto en las reservas del Banco Central.
"Pagar esa cantidad hubiese sido un golpe a las reservas internacionales y hubiese generado más inestabilidad cambiaria y macroeconómica en general", señaló.
Los próximos pasos
A renglón seguido dio otra definición que no pasó desapercibida en el propio gabinete económico. "Una situación de default también hubiese generado efectos desestabilizantes y de incertidumbre e imprevisibilidad que en este contexto harían particular daño", completó Guzmán.
Es decir: ni pago total del vencimiento ni default básicamente porque ambas situaciones derivan en un escenario de desestabilización.
¿Entonces? ¿Hay chances de que se utilicen los DEGs que envíe el propio FMI como parte de su capitalización, unos u$s4.450 millones para la Argentina? No parece ser el escenario, luego de que el bloque de senadores del PJ, comendados por Cristina Kirchner, aprobaran un proyecto de declaración proponiendo que ese dinero sirva para hacer frente a los gastos ocasionados por la pandemia.
Lo más probable, siempre de acuerdo a versiones en el gabinete, es que Guzmán acelere las negociaciones con el FMI, que es lo que acaba de comprometerse ante el Club de París para postergar ocho meses el vencimiento de u$s2.400 millones.
Héctor Torres, ex director del FMI, planteó sus dudas desde su cuenta de Twitter: "Falta saber ¿aué tasa de interés pagamos por el "puente"? y ¿aué pasaría si no llegamos a un acuerdo con el FMI para el 31/3/2022? ¿Se gatillan los punitorios aceptados por Kicillof?, planteó.
Está claro -y así lo dijo explícitamente el ministro- que el Gobierno prioriza la estabilidad financiera y cambiaria, con lo cual no hará nada que provoque un cimbronazo. Ni se quedará sin reservas ni demorará el acuerdo con el FMI si en algún momento se incrementan las presiones cambiarias.
El contexto obliga a moverse con suma cautela: la próxima finalización del período de la cosecha gruesa, que ayudó al Banco Central a recuperar reservas, implicará un menor ingreso de divisas. Distintas consultoras de la City y bancos de Wall Street ya advirtieron que esa sequía podría presionar sobre el tipo de cambio. No necesariamente sobre el mercado oficial -que el BCRA mantiene bajo control por el súper cepo y las restricciones a las importaciones- sino sobre los denominados "dólares alternativos" (contado con liqui - MEP y el paralelo).
La estrategia oficial frente al Fondo Monetario podría implicar también una especie de acuerdo "puente" ante el vencimiento de septiembre y diciembre próximos, por un global de unos u$s3.600 millones.
Ayer, el titular del Palacio de Hacienda fue escueto al respecto: "El entendimiento consiste en que la Argentina tendrá tiempo hasta el 31 de marzo del año 2022 para apuntar a una reestructuración más permanente con el Club de París, y que la Argentina continuará haciendo esfuerzos para llegar a un entendimiento con el FMI que nos permita refinanciar el stock de deuda de u$s45.000 millones que el gobierno de Juntos por el Cambio tomó entre 2018 y 2019", dijo Guzmán.
También es cierto que el ministro se vio obligado por el Club de París a un tratamiento ecuánime frente a los pagos de deuda que el país está realizando a China. En las próximas horas, de hecho, Economía cancelará intereses por unos u$s30 millones con Beijing. Japón y otros países del Club habían reclamado por ese trato desigualitario.
Para avanzar con estos frentes, el propio ministro encabezará una nueva misión rumbo a Europa a comienzos de julio. Estará en Roma los días 9 y 10 para asistir a la cumbre de ministros de Finanzas del G20, junto a Sergio Chodos (representante argentino ante el FMI) y a Miguel Pesce, titular del Banco Central.
Antes que eso se espera que el FMI emita una señal favorable a la Argentina, en cuanto a que el país está dando la muestra de que no quiere ni default ni atravesar ninguna instancia que impliquen más turbulencias.
"El objetivo es dar hechos concretos de que, al revés de lo planteado por la oposición, este Gobierno quiere que la Argentina se integre al mundo", plantea un funcionario del gabinete económico en su diálogo con iProfesional.
¿Será así? Como se encargan de apuntar desde el gabinete, los hechos valen más que las palabras. Y las promesas.