IPROFESIONAL ENTREVISTA

Por qué este economista piensa que "en algún momento van a tener que intervenir en el mercado del dólar"

Guido Lorenzo, economista de la consultora LCG, aseguró que ahora el foco quedó puesto en la inflación y en la recuperación de la actividad económica
ECONOMÍA - 06 de Junio, 2021

La economía tiene varios frentes abiertos. Algunos más urgentes que otros. Lograda cierta estabilidad cambiaria, ahora el foco quedó puesto en la inflación y en la mancillada recuperación de la actividad económica. A lo que ahora se suma la cuestión de las paritarias, que empezaron a romper el techo implícito que buscó el Gobierno.

De estos temas, iProfesional dialogó con Guido Lorenzo, economista director de la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau.

A continuación, los puntos principales del diálogo con iProfesional.

-¿Cómo imagina la economía de los próximos meses? ¿Se afianzará una recuperación? O, al contrario, volveremos a ver una actividad planchada

-Me cuesta pensar un escenario de recuperación para los próximos meses. La actividad en febrero y marzo retrocedió en la comparación intermensual. Sobre eso hay que montarle las restricciones a la movilidad y salarios que no logran recomponer el poder adquisitivo. En parte dependerá de cómo evolucione la cuestión sanitaria, pero tampoco veíamos una fuerte recuperación en estos últimos meses. Fenómeno que es bastante generalizado, impactó en el comercio, la industria y la construcción.

-¿Con qué números imagina ese escenario?

-La economía en total del año va a mostrar una tasa de crecimiento positiva, entre 4% y 6% posiblemente, pero esto se debe a que uno compara con un promedio del 2020, que fue para el olvido. Una caída del 9,9% como la de 2020 debería ser acompañada por una recuperación de esa magnitud o superior, sino no se siente.  Va a demorar unos cuantos años llegar al nivel previo a la pandemia, que es un nivel bajo. Recordemos que Argentina también tuvo una caída de la actividad en 2018 y 2019. Llegar a un nivel como el 2017 implicaría un crecimiento extra por sobre el nivel pre covid de 8,1%. A eso hay que sumarle que la población crece, cada año se suma un 1% de nuevas cápitas y mantener el ingreso por habitante requiere que la economía crezca ese punto adicional cada año.  

Según el economista, es difícil imaginar un escenario de recuperación para los próximos meses

-¿La perspectiva es negativa?

-Más allá de los números, es difícil creer que el país pueda crecer distribuyendo un ingreso que es muy bajo, sin un crecimiento de la demanda de consumo (público y privado) hay que ver la inversión y las exportaciones. Sobre los que pueden impulsar esos agregados, hay que tener en cuenta que el ejecutivo nacional está llevando una política de confrontación que no ayuda.  En el corto plazo ayuda social vía asistencia puede dar una sensación dado que los números pueden mejorar, pero insisto, no se va a sentir en la calle. En el mediano plazo lamentablemente me resulta anti intuitivo ser optimista. 

-¿Y los precios? ¿El Gobierno logrará una desaceleración inflacionaria?

-Sí, respecto a la inflación de este año creo que puede calmar respecto a lo que vimos en los primeros meses. La batería de medidas es efectiva en el corto plazo, pero engendra problemas a futuro. La Argentina no está logrando una desaceleración inflacionaria, apenas está difiriendo la inflación en el tiempo. Si hago que el tipo de cambio corra por detrás de los precios, cuando haya que actualizarlo nuevamente habrá una aceleración de precios, cuando haya que corregir las tarifas, sucede lo mismo. 

Guido Lorenzo, economista: "en algún momento van a tener que initervenir en el mercado del dólar"

-¿Ayuda la situación fiscal, que está más ordenada?

-La política fiscal y monetaria se mostraron más contractivas de lo esperado en estos primeros meses y ayudaron a contener los precios, pero es una amenaza que el calendario electoral se anteponga y eso genere presión sobre los precios en una economía que está deprimida pero con inflación. Lo normal es esperar que si hay más demanda se produzca más, pero cuando la incertidumbre es alta predomina la decisión de aumentar los precios cuando hay más demanda en los mostradores. La otra amenaza para los precios es la política salarial. Ya sin una pauta inflacionaria creíble los reclamos se vuelven difíciles de contener. De ahí la insistencia que no podía Argentina tener una inflación de referencia tan desalineada con la realidad y sin ningún plan para acercar la realidad al objetivo. Se vuelve más difícil la coordinación cuando una parte importante de la mesa de negociación insiste en un escenario que es poco plausible. 

-¿Qué inflación prevé?

-Un buen escenario en materia de inflación para 2021 es llegar a un número entre 40% y 45%. Es un escalón alto sobre el cual habrá que hacer correcciones de precios que se desalinearon.

-¿Cómo ve al dólar oficial y a los "alternativos" (blue y CCL)?

-El dólar oficial es controlado por el BCRA y está siendo parte de la estrategia anti inflacionaria. No esperaría grandes sobresaltos porque definitivamente impactaría negativamente sobre el objetivo de desacelerar el ritmo de aumento de precios. Respecto al dólar libre, dependerá en parte de la combinación entre la prudencia fiscal y monetaria que comentábamos y el nerviosismo que genere la política en un año electoral. En algún momento es esperable que el gabinete económico tenga que intervenir en los mercados paralelos. El dólar blue maneja volúmenes bajos actualmente, creo que hay herramientas para estabilizarlo, el contado con liquidación puede generar un dolor de cabeza, el BCRA no logró acumular una cantidad significativa de reservas y de bonos que permitan tener un poder de fuego alto. Esas pulseadas contra el mercado son difíciles y la victoria no está asegurada para nadie. Ahí es importante que las elecciones transcurran con la mayor calma posible, que la confrontación no sea muy elevada y que Argentina elija el camino del diálogo en todo sentido, en la política interna y en la negociación con organismos internacionales.  

-¿Qué cambiaría si el Gobierno concreta algún tipo de acuerdo con el FMI en las próximas semanas?

-Sería positivo, indicaría que aún hay una vocación por respetar los contratos asumidos por nuestro Estado. Independientemente de si la deuda se tomó en forma responsable o no, es una obligación que tenemos como país. No pagar y no acordar implicaría un vuelco hacia la irracionalidad. Si el Estado no respeta los compromisos asumidos, ¿qué señal le deja a los privados? 

-¿Y si no hay acuerdo?

-Me parece que no acordar es un escenario que no está contemplado. Los esfuerzos que se hicieron para arreglar con privados fueron grandes como para echarlos a perder en la negociación con el FMI, menos con el pago al Club de París que es poco significativo. 

Quizás no tenga un efecto en el cortísimo plazo, pero definitivamente aporta un cuota de racionalidad lograr un acuerdo. Quizás sí se logra un alivio si eso se traduce en acceso al mercado para Argentina, pero me parece que antes debe rendir cuentas, mostrar que hay un compromiso para lograr afrontar vencimientos y ahí quizás se consiga volver a tomar deuda, no para incrementarla, sino simplemente para refinanciar los vencimientos como hace cualquier país. 

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