Wall Street no le cree a Alberto: nada de lo que diga es oficial "a menos que lo confirme Cristina Kirchner"
Mientras que continúa la expectativa con respecto a qué pasará finalmente con el vencimiento de finales de mes con el Club de París (u$s2.400 millones en juego), los grandes brokers de Wall Street se mantienen escépticos con la Argentina. Creen que el acuerdo con el FMI podría no ser suficiente y hablan cada vez más de las diferencias internas dentro del Gobierno.
"Seguimos siendo escépticos sobre las negociaciones con el FMI que solo deberían comenzar en serio después de las elecciones de mitad de período. Los acontecimientos políticos recientes sugieren una polarización creciente entre el kirchnerismo de línea dura y los crecientes desequilibrios macroeconómicos que pueden persistir después de las eleccione", dice un reciente informe de Amherst Pierpont Securities.
La compañía financiera, que tiene sede en Nueva York, dice que hubo cierto optimismo sobre las recientes declaraciones del presidente Alberto Fernández sobre el compromiso con un programa acelerado del FMI. "Es difícil no ser escéptico en varios frentes", advierte. Y dice textualmente que nada de lo que diga el Presidente "es oficial a menos que lo confirme la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner".
No habrá cambio de política económica
"No se trata de si existe un acuerdo con el FMI, sino de si se trata de un programa económico light. El ciclo electoral todavía plantea una restricción para eso. No hay duda de que un programa del FMI es la única alternativa para evitar el incumplimiento de pagos sin perspectivas de acumular 18.000 millones de dólares para repagar los préstamos del FMI del próximo año", sostiene Siohban Morden, managing director de Amherst Pierpont Securities.
La especialista afirma que la preocupación no es si existe un programa con el FMI, "sino si los criterios del programa muestran un cambio de política suficiente hacia la moderación que mejore el pago de la deuda a mediano plazo".
"Sin embargo, el riesgo es que la influencia del kirchnerismo persista después de las elecciones con una creciente polarización entre la heterodoxia de las políticas y los grandes desequilibrios macroeconómicos", argumentó.
Además, Morden señala que la estrategia antiinflacionaria de depender de un ancla cambiaria y controles de precios continuará socavando la competitividad cambiaria y el estrés de la balanza de pagos durante este año. "La renuencia a aumentar las tarifas se traduce en una carga de subsidios cada vez mayor para las cuentas fiscales que socava aún más la flexibilidad presupuestaria y financiera. Estas crecientes distorsiones solo complicarán las discusiones del FMI y cuestionarán si existe un compromiso con la moderación", alerta.
Riesgo de decepción para inversores
"No está claro si un ministro Guzmán más débil podrá convencer a los kirchneristas de aceptar la terapia de shock como el retroceso necesario a corto plazo para un marco económico más estable antes del ciclo de elecciones presidenciales más importante", agregó la compañía financiera.
Amherst Pierpont Securities afirma que "es preocupante" que exista un retroceso para desviar los u$s4.300 millones estimados en DEG del FMI hacia el gasto corriente en lugar de priorizar en su lugar los pagos de préstamos del FMI. "El reciente viaje de marketing estaba destinado a buscar alivio del flujo de caja y posponer los pagos; sin embargo, un programa retrasado del FMI obligará a Argentina a obtener escasas reservas de divisas para mantenerse al día con los pagos restantes de u$s2.700 millones en 2021", recuerda.
Para Morden, la conclusión es que las crecientes presiones políticas pueden alentar una mayor flexibilidad del FMI y eso generar menos optimismo y potencial de suba en los bonos por un programa light con el FMI. "Existe riesgo de decepción", afirma.