Los días más duros de Guzmán, en la previa a las restricciones: temen por más presiones sobre el dólar
Un viceministro del Gabinete nacional, ligado al área económica, admite la sorpresa que sintió cuando el propio Alberto Fernández anunció a los empresarios de la carne la suspensión de las exportaciones. Otro funcionario, con rango de secretario de Estado del equipo económico, dice que se siente "descolocado" por esa medida. No porque el Ejecutivo no pueda apelar a esa herramienta para pulsear con el sector exportador sino por el momento elegido para hacerlo.
Desde Martín Guzmán para abajo, en el Palacio de Hacienda hay una gran preocupación por el devenir de los próximos meses. El ministro volvió de la gira por Europa convencido de que un pronto acuerdo con el FMI ayudaría a una estabilización de largo plazo. Lo que nunca supuso era que el Presidente sacaría de la manga una medida que limita las exportaciones de la Argentina.
La restricción a las exportaciones de carne despertó una impensada "interna" oficial. Ministros que venían trabajando y tomando decisiones para mejorar el perfil exportador del país, de pronto se encontraron con esa novedad que genera inquietud dentro y fuera de las fronteras. Incluso hubo un par de embajadas de países a los que la Argentina les vende carne que se comunicaron con despachos oficiales para interiorizarse de la situación.
El nivel de sorpresa de la decisión fue tal que, hasta la noche del miércoles, la medida ni siquiera había aparecido en el Boletín Oficial.
Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, se mostró ayer conciliador después del encuentro de gabinete económico semanal: "Esta es una suspensión temporal, coyuntural, que tiene como objetivo ordenar el funcionamiento del sector. Vemos con muy buenos ojos que Argentina exporte más carne vacuna", dijo el ministro tomando distancia de la determinación presidencial.
Restricciones: nuevo telón de fondo
La cantidad récord de contagios y muertes por Covid le ponen dramatismo a la situación. Alberto F. definirá las nuevas restricciones en las próximas horas. Quedó claro, luego de las reuniones que mantuvo en la tarde del miércoles con expertos sanitaristas y con gobernadores, que no hay margen para dilatar los tiempos.
El Gobierno está evaluando nuevas restricciones que incluirían un "cierre total" de actividades durante el fin de semana. Aunque la definición la tomarán los gobernadores, que podrán endurecer las limitaciones.
Todas las miradas reposarán sobre Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta. ¿Se mantendrán las diferencias evidenciadas hasta ahora? ¿O el empeoramiento de la crisis sanitaria convocará a un acuerdo de última instancia?
En este contexto muy complicado, parte del equipo económico sostiene que en este momento, más que romper lazos con sectores económicos, hay que sostener vínculos. Al menos hasta que el Gobierno concrete el acuerdo con el Fondo Monetario.
"Ahora hay que aprovechar que la soja vuela y las cerealeras liquidan dólares para acumular reservas, por si llegamos a necesitar aparecer vendiendo en el mercado en otro momento", razona uno de los funcionarios consultados por iProfesional.
Crece la demanda de dólares
Las pruebas están a la vista: en las últimas jornadas, el Banco Central se vio obligado -otra vez- a intervenir en el mercado del "contado con liqui" para enfriar la cotización del dólar. Ayer, miércoles, en un momento de la tarde trepó a los $164. La intervención del BCRA en el mercado de bonos bajó esa paridad a $161.
El economista Amílcar Collante monitorea, a diario, la actuación de la autoridad monetaria en ese mercado. "Hasta el 12 de mayo, el Central ya había vendido u$s215 millones. Se aproxima a las ventas totales realizadas en todo marzo y todo abril", dice el economista en diálogo con iProfesional.
Entre marzo y abril, el BCRA tuvo una participación negativa total de u$s271 millones, estimó Collante. Vendió (siempre a través de bonos en el dólar contado con liquidación) u$s116 millones en marzo y u$s155 millones en abril.
De acuerdo a fuentes del mercado, la aparición oficial se dio a través de la compraventa de bonos, una operación que tiene impacto en el precio del dólar alternativo, pero que al BCRA le cuesta reservas. Esas mismas fuentes dijeron a iProfesional que la estimación es que, por esa vía, la autoridad monetaria perdió entre u$s20 y u$s30 millones diarios a lo largo de la semana pasada.
Otra manera de dar cuenta de la intranquilidad que, súbitamente, se despertó en el mercado cambiario es que ayer, miércoles, el BCRA "apenas" pudo comprar u$s49 millones. La tercera parte del día anterior.
El operador de cambio Gustavo Quintana escribió en su cuenta de Twitter que se notó una mayor demanda de divisas.
Lo mismo sucedió en el mercado de los dólares "alternativos": fondos de inversión y particulares reaparecieron para dolarizar sus tenencias de pesos.
Por la dolarización que no se detiene, en los últimos dos meses el dólar CCL pasó de un piso de $142 a los actuales $161, y por eso es que el BCRA se ve obligado a intervenir.
¿Se puede complicar el frente cambiario?
Hasta hace algunas semanas, el escenario parecía el soñado por Guzmán & Co.: soja arriba de los u$s600 y un Banco Central comprando divisas para las reservas. Un esquema muy distinto al de octubre 2020 cuando, a la salida de los cierres por la cuarentena, el dólar "blue'' picaba a los $195. Y en la City porteña se hablaba de inminente devaluación.
Sin embargo, este escenario económico y financiero se fue complicando. Con algunas variables que no se pueden manejar desde la Casa Rosada: por caso, con la perspectiva de una mayor inflación en los Estados Unidos que obligue a la Reserva Federal a una (hasta ahora) impensada suba de la tasa de interés.
Una reversión de los flujos de capitales sería caótico para la Argentina, en el plano cambiario.
En la interna, la demora en un arreglo con el Club de París y con el FMI también le agrega ruidos a un esquema que necesitaría de otros tiempos para asegurar la estabilidad.
El Banco Central viene acumulando reservas para hacer frente a una dinámica más comprometedora. Pero hay algo que, en las próximas semanas, va a quedar más claro: si Guzmán usa los DEG que reciba del FMI para pagar los vencimientos o si, antes, va a llegar a un acuerdo con el organismo. De esa decisión va a surgir que las reservas queden más robustas o si, por el contrario, se vuelven a contraer.
De acuerdo con las estimaciones de la consultora Eco Go, las reservas netas trepan ahora a los u$s5.200 millones.
"La debilidad de la demanda de pesos frente a la incertidumbre en torno a la "política" y el deterioro del balance del BCRA constituyen riesgos de corto plazo para el escenario cambiario", escribió la economista Marina Dal Poggetto en su informe semanal.
La aceleración inflacionaria completa el cuadro preocupante:
La inflación de los alimentos tiene pleno impacto en los bolsillos. En un país con elevada inflación, la comida se viene encareciendo por encima de la media. Y todo hace suponer que esa tendencia se agravará en las próximas semanas. Básicamente por el fenómeno que existe en todo el mundo con los valores de las materias primas, y que en la Argentina se potencia, dada la ya de por sí complicada dinámica de precios.
En un intento por cambiar esa dinámica, el Gobierno anunció la suspensión de las exportaciones de carne.
No parece ser una medida eficaz para lograrlo: difícilmente promueva una disminución consistente de los precios de la carne, en un contexto de inflación interanual que vuelve al 50%.
Lo dicho más arriba: hoy en día, en el propio gabinete intentan poner paños fríos. Y tratar de "calmar la economía", que fue la fórmula de siempre de Marín Guzmán.