La inflación de abril fue del 4,1%: cuánto subieron los precios en lo que va del año
La inflación fue del 4,1% en abril respecto de marzo y acumuló 46,3% en los últimos doce meses, informó esta tarde el INDEC.
En el primer cuatrimestre, los precios minoristas se dispararon 17,6%.
La suba de precios del primer cuatrimestre fue la más alta en cinco años, después del 16,2% que había mostrado en 2016.
Esa alza ya representa -en apenas cuatro meses- más de la mitad de la inflación proyectada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para todo el año (29%).
Inflación de abril: los mayores aumentos
Los mayores aumentos correspondieron a prendas de vestir, con el 6%, y transporte, 5,7%.
El incremento en alimentos y bebidas no alcohólicas se ubicó incluso por encima del nivel general, con 4,3%.
En transporte hubo alzas en adquisición de vehículos, combustibles y taxi, que fueron parcialmente compensadas por bajas en precios de pasajes aéreos.
También influyó en esa suba el incremento del transporte en subterráneo, según indicó el INDEC.
El Gobierno frena el dólar para enfriar la inflación
Habrá que hacer un extenso recorrido histórico para detectar la última vez que la cotización del dólar "mayorista" (oficial) quedó congelado de un día para otro. Sin cambios. Fue lo que prácticamente sucedió el miércoles, lo que pone en evidencia la profundización de una estrategia que ya venía desplegando el Gobierno: utilizar al dólar como ancla inflacionaria, en medio de la aceleración de la suba de los precios.
De hecho, en lo que va del mes -ya transcurridas prácticamente dos semanas- la cotización del dólar mayorista (que es administrado por el Banco Central) subió tan sólo el 0,3%. Muy por debajo de la inflación, que las consultoras indican en torno al 1% cada semana.
Al cierre de ayer miércoles, el "mayorista" se ubica en los $94. Un dato para tener en cuenta: en lo que va del año, ese tipo de cambio subió hasta ahora 11,7%, lo que da cuenta de que la estrategia de retrasar el dólar se fue intensificando con el correr de las semanas: la inflación acumulada desde enero se estima en el 18%.
La pregunta obvia a esta hora es cuál es el colchón que tiene el Gobierno para sostener esta estrategia. Prácticamente se trata del arma más poderosa para enfriar la inflación. Está visto que las regulaciones y los controles de precios muestran una fatiga indiscutible.
La consolidación de este mapa -donde el tipo de cambio se mueve por debajo a la inflación- deja al descubierto la enorme preocupación de la Casa Rosada por la suba de los precios. En especial de los alimentos.
¿Hay margen para "planchar" el dólar en medio de esta dinámica inflacionaria?
¿Cuál es el escenario actual en términos de competitividad cambiaria? Para responder esa pregunta no queda otra que referirse a la evolución del tipo de cambio real de los últimos años.
Para tener en cuenta: el dólar mayorista que hoy roza los $94 es comparable con uno de $152 después de la explosión de la convertibilidad en 2002 (en junio de ese entonces, el dólar pasó a $4). Paradojas del destino, ese es el precio que hoy tiene el dólar "blue".
Durante el gobierno de Néstor Kirchner -entre 2003 y 2007-, el precio promedio del dólar equivalía a un valor actual de $116 aproximadamente.
Más acá en el tiempo, el precio promedio del "blue" durante el segundo mandato de Cristina Kirchner (2012-2015) se correspondería con una cotización actual de $90. En línea con lo que hoy vale el "oficial" mayorista.
Durante la corrida de 2018-2019, el precio promedio -traído a hoy- sería de $85.
Y el arranque del mandato de Alberto Fernández, en diciembre de 2019, sería de $94. El mismo precio de hoy prácticamente.
¿Y entonces? ¿Hay margen para aplastar la dinámica del tipo de cambio?
Responde Pablo Goldín, economista jefe de la consultora MacroView: "El Gobierno tiene un colchón porque el tipo de cambio no está atrasado. Para tener una idea, se encuentra entre 50% y 60% por arriba del dólar durante la convertibilidad".
La historia reciente económica argentina demuestra que el atraso del tipo de cambio es una estrategia muy riesgosa. Que se sabe cómo se ingresa en ese mecanismo pero no la forma de salirse. Y que suele desembocar en mayores tensiones cambiarias y, eventualmente, en explosiones que generan más inflación.