Impactante: de cuánto será la inflación anual, según un estudio de la Universidad de Belgrano
El Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano ratificó en su último informe que, de mantenerse la evolución de la inflación a un ritmo promedio del 4% mensual, se alcanzaría en el año un nivel del 60%.
Según consideró Víctor Beker, director del CENE, para bajar la inflación al nivel del 29%, como estaba prevista en el presupuesto aprobado por el Congreso para 2021, se necesita optar por un drástico viraje en la política económica, ya que existe una inercia inflacionaria que debe ser doblegada atacando todas sus causas. De lo contrario, la inflación presente retroalimenta la inflación futura.
"En primer lugar, hace falta voluntad política para hacerlo. En el contexto actual de fragmentación en la toma de decisiones, ésa es la primera y mayor dificultad. Suponiendo que ella fuera superada, se requiere, desde el punto de vista técnico, un plan integral de ataque coordinado a la inflación. Ello implica que el conjunto de las medidas monetarias, fiscales y cambiarias, así como la política de ingresos, esté subordinado al logro de la meta de inflación. Y que el plan sea creíble y creído por la población", asegura el economista.
En este contexto, observa el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, "resulta alarmante que haya quienes pretendan resucitar fórmulas ya rotundamente fracasadas en el pasado. Por ejemplo, reducir el problema de la inflación al aumento en el precio de la carne y proponer un índice de precios ‘descarnado’, como el que implementara el ex ministro Martínez de Hoz en 1979 y que fue rápidamente abandonado al advertirse que no introducía una diferencia demasiado significativa".
"También es preocupante la nostalgia que manifiestan algunos sectores por regresar a la manipulación de las cifras del INDEC, como ocurriera entre 2007 y 2015. Ello sólo redundó en el desprestigio de las estadísticas oficiales mientras los precios seguían su derrotero inflacionario, pasando del 9,8% en 2006 al 25% en 2015. Es que los índices se pueden dibujar pero no los precios en las góndolas. En lugar de romper el termómetro, sería mejor combatir las causas de la fiebre", completa Beker.
Inflación de alimentos se acelera y pone presión sobre empresas
A pesar de los controles y los acuerdos con la cadena de producción y comercialización, los precios de los alimentos se vuelven a mover en el comienzo de mayo. De acuerdo a un relevamiento de iProfesional entre empresas fabricantes líderes y cadenas de supermercados, hay nuevas listas de precios en productos de la canasta básica. Nada menos.
Esta realidad se produce en un contexto político complicado para el ministro de Economía, Martín Guzmán, que mantiene una dura pulseada con La Cámpora por las tarifas y la ayuda social en plena pandemia.
Y también en un momento donde los alimentos lideran las subas de los precios, en un contexto de aceleración inflacionaria.
De acuerdo a los registros de las consultoras que miden semanalmente los precios, el costo de la comida volvió a liderar las subas del mes pasado.
El escenario se agravó en las últimas horas: con el inicio de mayo, los supermercados empezaron a recibir listas con ajustes de precios de los alimentos de la canasta básica.
Algunos ejemplos: en arroz, la suba fue de 8%, en las marcas premium de fideos, las subas llegaron al 7% promedio. Lo mismo que en los quesos, en un contexto donde el sector lácteo mostró alzas en los últimos meses, luego de un 2020 tranquilo. Mientras que las remarcaciones en yerbas ascendieron al 6%.
En un plano atrás, en nichos puntuales, como las sopas instantáneas y los fiambres, las subas de este comienzo de mes van entre 18% en el primer caso y del 10% en el segundo. En el caso de las sopas se trata claramente de un movimiento estacional, ante la inminencia de los días invernales.
Escenario complicado
Lo grave, en todo caso, es que estos incrementos se dan en un escenario ya complicado por la aceleración de la inflación.
De hecho, las principales consultoras privadas que testean precios de los alimentos dieron cuenta de una aceleración en los aumentos durante abril.
Eco Go (comandada por Marina dal Poggetto) midió una suba promedio del 5% el mes pasado. Para LCG (Martín Lousteau), el alza en los alimentos fue del 4,9%. Mientras que para Orlando Ferreres resultó del 4,4%; y para Ecolatina, del 4,1%.
Sea como fuera, en todos los casos esas subas estuvieron por encima de la inflación promedio.
La suba de los precios de los alimentos se da aunque el Gobierno mantiene dos programas de control: Precios Cuidados y Precios Máximos. En este último caso, el acuerdo se termina dentro de diez días, y Comercio Interior negocia el congelamiento de una canasta de unos 120 productos de la canasta básica hasta las elecciones.
El cambio de estrategia es la admisión de que todo programa de control estricto de los precios, en el marco de una economía de elevada inflación, puede tener efecto por un tiempo limitado. Las empresas, ante la prolongación de los controles, fueron perfeccionando la forma de eludirlos.
¿Cómo? Sacaron marcas nuevas con productos similares o directamente modificaron los envases y, por lo tanto, el código de barras con los que se controlan los precios.
En términos políticos, la Casa Rosada se encuentra en un laberinto del que no encuentra la salida.