Las medidas que vienen y lo que no se contó de la pulseada entre Gobierno y empresas por la inflación
La próxima semana será de negociaciones arduas. No es para menos: hablar de un congelamiento de precios durante seis meses en la Argentina, donde la inflación hace estragos, parece más quimera que realidad. Pero es lo que les propuso el Gobierno a los principales fabricantes de alimentos. Aunque la oferta tiene un ingrediente que a las empresas las tienta. Y mucho.
Concretamente, la Secretaría de Comercio quiere que de acá hasta las elecciones haya en todos los comercios del país una oferta de alimentos básicos que no tengan ningún aumento. La canasta estaría compuesta por al menos 120 productos.
Desde fideos a aceites, arroz, harina hasta enlatados de legumbres y pescado y polvos para preparar postres.
A cambio, la propuesta oficial tiene un punto que los empresarios vienen reclamando desde hace varios meses: el final del programa de Precios Máximos.
La idea es que esa canasta de artículos aparezca en los comercios a principios de mayo y se mantengan hasta finales de octubre. Es decir: no sólo en los grandes supermercados sino también en los mayoristas, autoservicios chinos y en los almacenes de barrio.
Es una diferencia de base con lo que sucede con Precios Cuidados, que sólo existe en las grandes cadenas.
La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, ya tuvo dos reuniones con los principales fabricantes del país. Quedaron en que la próxima semana, las empresas llevarán su propuesta, con los productos para la canasta
Sobre la mesa de negociaciones no sólo se pondrá el precio al que cada producto saldrá a la venta -el Gobierno quiere que esos 120 productos mantengan los mismos valores que en Precios Máximos- sino el abastecimiento y la llegada a las góndolas.
Este tema es clave: la "capilaridad" del nuevo programa. Es decir, que esos artículos no lleguen solamente a los grandes supermercados sino que también se consigan -a los mismos precios- en las cadenas pero también en los comercios de barrio.
El objetivo no es nada sencillo. Requiere de logística y de acuerdos a varias puntas. Básicamente porque las grandes empresas fabricantes de alimentos no suelen dejarles mercadería a los almacenes ni a los autoservicios. Abastecen a los grandes supermercados y a los mayoristas.
"En el medio, para que un paquete de fideos o de yerba le llegue al "chino" necesita de intermediarios. El Gobierno va a tener que tomar medidas para que esos intermediarios -ya sean mayoristas o distribuidores- achiquen sus márgenes. Para nosotros, el precio de cada producto es único", razona un directivo de una empresa líder, en diálogo con iProfesional.
El otro gran capítulo de la negociación refiere a los precios que tendrán los productos que salgan de "Precios Máximos", a partir del próximo mes. Se trata de artículos que tuvieron dos aumentos en el último año (desde que estalló la pandemia), por un total del 11%.
En el mismo período, los precios de los alimentos subieron 50%. Una notable diferencia. De hecho, los empresarios venían reclamando por atrasos de 25% promedio en los valores de los productos incluidos en ese programa. En total, "Precios Máximos" cuenta con 70.000 productos. La solución no es nada sencilla.
Desde el Gobierno admiten el problema. Y el desafío. Cada vez que Paula Español -la poderosa secretaria de Comercio Interior- se refirió al desarme de "Precios Máximos" advirtió que debería ser de manera coordinada y controlada. Es decir, con aumentos acotados y en acuerdo con los empresarios.
¿Sucederá así? ¿O las empresas aumentarán todo lo que puedan o el mercado les permita? Los funcionarios aseguran que no. Que antes de sacar "Precios Máximos¨firmarán acuerdos muy concretos con los fabricantes.
Medidas con vista a las elecciones
La elaboración de una canasta de alimentos con precios congelados tiene un objetivo central: desacelerar el ritmo inflacionario, sobre todo en ese rubro, todo lo que se pueda.
De hecho, en la última semana, el Gobierno anunció varias iniciativas en el mismo sentido.
Como demostración de que en la agenda del Gobierno, la inflación figura al tope del ranking, este martes se pusieron en marcha un par de iniciativas con la cual Martín Guzman busca encarrilar la constante suba de los precios de los alimentos.
Una de esas medidas refiere al Observatorio de Precios: síntomas de la economía argentina, se trata de la una herramienta creada con una ley de hace seis años. Y recién ahora se pone en funcionamiento. Lo hizo a través de una convocatoria en el Boletín Oficial.
El organismo quedó a cargo de Georgina Pessagno, actual jefa de Gabinete de la Secretaría de Comercio Interior, quien "tendrá a su cargo la supervisión, coordinación y dirección técnica de las tareas encomendadas" a esta nueva entidad.
Desde el equipo económico consideran que ese Observatorio podría ayudar a mejorar las expectativas sobre la dinámica inflacionaria. Se busca que este ente pueda monitorear la manera en que se van armando los precios a lo largo de las distintas cadenas de producción y comercialización.
"Hay que demostrar que estamos muy encima de los precios", define un miembro del equipo económico cuando iProfesional consultó sobre si la inflación se desacelerará con iniciativas de este tipo. "Acá la clave es alinear las expectativas", completó el funcionario.
En los próximos días habrá una convocatoria formal por parte del Gobierno a la conformación de este Observatorio, que contará con la presencia de representantes de las asociaciones de defensa de los consumidores.
Ayer mismo se puso en marcha el nuevo registro para las exportaciones de carne, con el objetivo de monitorear los precios de ventas al exterior pero -además- para tener a mano el nivel de abastecimiento del mercado interno.
Esta medida apareció después de los cortocircuitos internos en torno a las exportaciones de carne. Mientras Español advirtió con suspender las exportaciones, el resto del gabinete económico se mostró más proclive a contar con un monitoreo sin llegar a esa medida extrema, teniendo en cuenta la necesidad de divisas que tiene la Argentina.
También con el objetivo de vigilar a las empresas, se puso en marcha el "Sipre", el sistema por el cual las empresas más grandes deben informar todos sus movimientos: sus precios de venta, pero también los niveles de stock y detalles de la facturación.
De todas maneras, hay un ancla antiinflacionario, que es el más poderoso de todos. El ancla cambiaria. Los últimos números resultan elocuentes:
- En diciembre de 2020, con una inflación del 4%, la cotización del dólar subió 3,5%.
- En enero, con una inflación del 4%, el dólar se elevó 3,75%.
- En febrero, los precios subieron 3,6% pero el dólar lo hizo un 2,9%.
- El mes pasado, contra una inflación del 4,8%, la cotización del dólar subió apenas el 2,4% Exactamente la mitad.
- En lo que va de este mes, transcurrida una quincena, la cotización del dólar mayorista se elevó tan sólo 1,1%.