Urgente convocatoria a empresas alimentarias: el Gobierno arranca la semana con medidas
Hay un tema que desvela al Gobierno: el "despegue" de los "precios máximos". Son los precios de los alimentos que deberían estar congelados pero se mueven. Desafían las medidas oficiales. Ocurre lo obvio después de un largo congelamiento: las empresas buscan la manera de eludir los controles. Y, además, los autoservicios chinos y los almacenes de barrio quedan afuera de esa lupa.
Por eso mismo, desde Producción convocaron de manera urgente, para este mismo lunes a las 18:00, a las principales empresas de la alimentación.
El Gobierno, durante las últimas dos semanas, endureció los controles a esas compañías. Esta tarde habrá, seguramente, un ajuste de esas medidas.
El arranque de abril marca, otra vez, subas en alimentos. Así lo detectaron las distintas consultoras que miden la evolución de los precios en tiempo real.
Una de ellas es LCG, la consultora fundada por Martín Lousteau. Para la segunda semana del mes midió un alza promedio del 1,1%, apenas dos décimas por debajo de lo sucedido en la primera semana.
Para las últimas cuatro semanas, la suba resultó del 4,7%. Otra vez, una dinámica muy preocupante.
A su vez, la consultora Eco Go -dirigida por la economista Marina Dal Poggetto- verificó una inflación del 0,5% en la segunda semana, tras una suba del 2,1% en la primera.
¿Desaceleración?
Tomando en cuenta las segundas semanas de los últimos meses se observa que en la segunda de marzo también fue del 0,5%, y ese mes terminó con una marca del 4,8%.
Para este mes, Eco Go proyecta una inflación de entre 3,5% y 4%. En principio, lejos de la aspiración de Martín Guzmán, de tener un índice que no avance mucho más que el 2% a 2,5% mensual.
Justamente, la semana pasada, el Gobierno se endureció frente a las principales fabricantes de alimentos, e incluyó a las cadenas de supermercados en la pulseada. A esas grandes compañías, con las cuales existe una verdadera "guerra" por los precios, Comercio Interior las obligó a mantener la guardia alta para asegurar el normal aprovisionamiento de productos durante la emergencia sanitaria.
La poderosa Paula Español denunció en una carta pública que existe desabastecimiento de productos de la canasta básica en las góndolas. Hace unos días ya había avisado de un control al etiquetado de los alimentos, con el objetivo de que las empresas dejen de burlar los controles de precios lanzando al mercado artículos con diferentes envases para evitar el congelamiento.
Desde que arrancó el programa de Precios Máximos -que arrancó en marzo del año pasado con la inclusión de 100.000 productos y que ahora dispone de unos 70.000-, Comercio Interior autorizó dos aumentos -uno en julio y otro en octubre-, por un total del 11%.
Las empresas fabricantes se quejan de que sus costos crecieron bastante por encima de esa cifra. Ponen como ejemplo lo sucedido con el índice de inflación interanual, que ahora se encuentra en el 41%. Y con lo sucedido con los productos frescos -que escapan a la lupa oficial: la carne, las frutas y las verduras se encarecieron cerca del 70% en el último año.
El Gobierno no le encuentra la vuelta a la situación. Alberto Fernández mandó a marcarle la cancha a los frigoríficos, que forman parte de la cadena de la carne. El Ministerio de Economía cree que, más que los productores ganaderos o las carnicerías, el problema de los precios de la carne está en la mitad de la cadena de valor. Y hacia allí apuntará ahora buscando algún tipo de solución.