Pese a la pérdida de empleo, un dato alumbra una expansión de las dotaciones en empresas y entusiasma al gobierno
Los efectos de la fuerte contracción provocada por la pandemia y las restricciones impactaron en los datos de empleo de enero con la pérdida de 212.000 puestos de trabajo registrado en los últimos 12 meses y la caída persistente del salario real. Pero en los últimos meses al menos tres indicadores empezaron a mostrar mejoras en el sector privado, que podrían anticipar un aumento de las dotaciones, según los datos de difundidos este jueves por el Ministerio de Trabajo.
Se trata de la evolución de los puestos de trabajo registrados en las empresas y las expectativas de contratación en dicho sector. En el primer caso, los privados crearon 16.000 empleos en enero respecto del mes previo por la recuperación de la actividad económica. Por otro lado, los datos de febrero muestran que la intención de las compañías de contratar personal tocó su nivel más alto en un año. Y el tercer dato positivo es la disminución de las suspensiones.
Estas señales alentadoras surgen en un mercado laboral aún golpeado por años de deterioro. Así, los trabajadores formales sumaron 11.906.000 millones en el primer mes del año, una caída interanual del 1,8% respecto de los 12.083.000 millones en igual lapso del 2020, mientras que en términos desestacionalizados se mantuvo sin cambios, al registrar una variación del 0,0%. El mayor retroceso se dio en el sector privado, con la baja de 172.000 empleos, por lo que 8 de cada 10 puestos se perdieron en ese ámbito.
"De este modo, luego de tres meses de fuerte contracción del trabajo registrado debido a la pandemia -marzo, abril y mayo-, se acumularon cuatro meses consecutivos con variaciones positivas, se mantuvo estable en octubre y noviembre, registró caída en el último mes del 2020, y nuevamente, en el primer mes del año de 2021 se observa estabilidad", dijo la cartera laboral en su informe sobre la variación nula del empleo en enero en relación a diciembre del año pasado.
Sucede que en la comparación mes a mes el empleo formal crece un poco o se mantiene estable desde junio del año pasado, mientras que las variaciones anuales siguen dando cuenta de un escenario fragil con tasas negativas desde antes de la pandemia. Así, el mercado de trabajo registrado lleva 29 meses seguidos en retroceso desde septiembre de 2018, aunque la tendencia de los últimos meses es menos desalentadora que en el peor momento del aislamiento.
En ese marco, al comienzo del año hubo 9.545.000 millones de asalariados registrados (incluyendo al sector privado, sector público y el trabajo en casas particulares) y 2.362.000 millones de trabajadores independientes (monotributistas y autónomos). Así es que el 80% de las personas con trabajo formal cuenta con una relación de dependencia, de los cuales 5,8 millones se encuentran en el sector privado (49%), 3,2 millones en el sector público (27%) y 472.000 en casas particulares (4%).
En comparación con el año pasado, la contracción del empleo en enero se debió principalmente a una caída del 2,9% en las empresas (-172.000 trabajadores), 5,5% en casas particulares (-27.000), mientras que el sector público creció 0,8% (26.800). En el sector no asalariado, la mayor caída se dio en los autónomos, con una baja del 7,7% (-31,2 mil aportantes); seguida por monotributistas, al retroceder -0,5% (-8.000 personas) y monostributistas sociales, que disminuyó 0,5%, (-400 personas) en los últimos 12 meses.
Leve mejora en las empresas
En relación al mes previo, en cambio, la ocupación en el sector privado presentó una leve mejora (0,2%) con el aumento de 14.000 trabajadores. Esto fue el resultado de la incorporación de 16.000 asalariados en el sector privado (0,3%) y de 2.000 en el sector público (0,1%), mientras que el trabajo en casas particulares observó una reducción de 4.000 (-0,8%), según los datos oficiales.
El trabajo independiente, por otra parte, se redujo en 9.000 trabajadores (-1,6%) en relación con diciembre. Según las autoridades, esto se debió a "la dinámica del régimen de monotributo", que registró una reducción de 10.000 aportantes a dicha modalidad (-0,6%), una merma de 3.600 autónomos (-1,0%), mientras que hubo un incremento en 4.400 personas al monotributo social (1,2%).
Los datos del sector privado coinciden con el repunte de la economía en los últimos meses después de una caída de la actividad del 10% en 2020. "Luego de la fuerte contracción registrada en abril, cuando regía en casi todo el país el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), en los cuatro meses subsiguientes se verificaron retrocesos en el nivel de empleo y desde septiembre se venían alternando meses de retrocesos y expansiones en el orden de 0,1%", señaló la cartera laboral.
De esa manera, enero representó la mayor tasa de crecimiento luego de la declaración de la emergencia sanitaria. En ese mes, según el reporte oficial, "el empleo asalariado registrado en empresas privadas creció de forma significativa en relación al mes anterior, implicando la incorporación de 16 mil trabajadoras y trabajadores en la economía formal. La magnitud del crecimiento evidenciado este mes no se verificaba desde junio de 2015".
Entre las principales ramas que mostraron aumentos se encuentran construcción (2,1%), enseñanza (1,4%), actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (0,5%), agricultura, ganadería, caza y silvicultura (0,3%) e industrias manufactureras (0,1%) y transporte y comunicaciones (0,1%). En el caso del sector fabril se trata del octavo mes consecutivo con subas y logró recuperar y superar el nivel de empleo previo a la pandemia.
La construcción, en tanto, transitó su sexto mes consecutivo con variación positiva pero aún se encuentra por debajo del nivel de empleo del primer trimestre del año. Tanto ese rubro -el principal generador de empleo en la actualidad- como la industria muestran señales ambiguas en sus niveles de actividad. En febrero, arrojaron una baja mensual, después de varios meses seguidos de crecimiento.
Por otra parte, el empleo cayó en hoteles y restaurantes (-2,2%) e Intermediación financiera (-0,3%). En los primeros rubros, hubo un proceso de destrucción de empleo desde el inicio de la pandemia y que podría continuar con las nuevas restricciones oficializadas este jueves, entre ellas el cierre de locales desde las 23, junto con la prohibición de la circulación desde las 0 hasta las 6 de la mañana y de las reuniones sociales en espacios públicos de más de 20 personas.
Salario real, en caída
En cuanto a los salarios, la remuneración nominal bruta promedio alcanzó a los $78.789 en enero pasado y creció un 33,2% en relación al mismo mes del año anterior. La mediana de dicha ingreso fue de $57.846 y aumentó un 30,5% en la comparación interanual. En términos reales, como la inflación en ese período fue del 38,5%, los sueldos cayeron un 3,8% anual en promedio y 5,8% considerando la mediana, acumulando una caída de casi el 14% en los últimos cuatro años desde enero de 2017.
A su vez, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) reveló que el total de los puestos asalariados registrados del sector privado cayó 1,7% en febrero por la conjunción de una leve caída de las contrataciones de personal y un pequeño aumento de las desvinculaciones. Tanto la tasa de entrada como de salida fueron de 1,5 puntos porcentuales, mismos valores a los observados en estos indicadores en febrero del año pasado.
En términos interanuales, todos los sectores continúan con caída neta del empleo, siendo la construcción el de peor performance (-3,8%), aunque dada la expansión registrada en los últimos meses la variación interanual sectorial redujo significativamente su intensidad. En cuanto al tamaño de las empresas (grandes, medianas y pequeñas), todas presentaron aún una disminución del empleo registrado, siendo las más pequeñas las que más perdieron dotación.
Por región, el empleo en el interior alcanzó en febrero prácticamente en el mismo nivel que antes del inicio de la pandemia, un 0,3% inferior a febrero 2020. "Esta situación es resultado de la tendencia expansiva del empleo formal en los aglomerados urbanos relevados del interior, que llevan 6 meses de crecimiento ininterrumpido", indicó el informe del EIL, que releva empresas de más de 10 personas en los 12 principales centros urbanos.
Mientras que en el Gran Buenos Aires se percibe una dinámica oscilante con leves variaciones alrededor del mismo nivel, observándose este mes un leve descenso de 0,1% mensual y una caída anual del 2,3%.
Más expectativas y menos suspensiones
Las expectativas de las empresas de contratar personal en los próximos tres meses, por otra parte, resultaron positivas (2,4%), ubicándose en un valor alto en relación a los últimos años. Este indicador resulta de la diferencia entre la proporción de empresas que esperan aumentar sus dotaciones y aquellas que esperan disminuirla: del 8,1% de las empresas que declaran que harán cambios en sus dotaciones en los próximos 3 meses, el 5,2% espera aumentar la dotación y el 2,8% estima que la reducirá.
Las perspectivas de incorporar personal vienen mostrando, al igual que la variación del empleo, un comportamiento oscilante en los últimos meses, aunque se verifica un repunte considerable en relación a los peores meses de la pandemia como a los meses previos. "En efecto, para encontrar un valor de expectativas positivas mayor al 2% hay que retrotraerse a mayo de 2018. De todas formas, en los últimos meses los valores continúan oscilantes como para permitir plantear una tendencia clara", afirmó el informe.
Otro dato alentador es la reducción de las suspensiones con rebaja salarial, uno de los instrumentos utilizados para sostener el nivel de empleo asalariado registrado, en un contexto de paralización de parte de la estructura productiva.
En los primeros meses de implementación de las medidas de aislamiento social, una proporción relevante del empleo en empresas privadas fue suspendido, sin embargo, junto con la reactivación de la actividad económica se verifica una reducción permanente del personal suspendido desde el mes de junio hasta el presente, aunque en febrero se sostuvo el nivel de enero de 2021.
En efecto, el porcentaje de empleos suspendidos pasó del 8,8% en mayo de 2020 a 1,8% en enero y febrero de 2021, lo que representa una caída de 7 puntos porcentuales. No obstante, la incidencia de las suspensiones en el empleo registrado privado sigue siendo elevada en relación a la serie histórica.