Dólar blue mata dólar ahorro: argentinos ven cara a la divisa oficial y se desploma la demanda
A punto de terminar, marzo se convertirá en el mes de menor cantidad de dólares vendidos en los bancos de los últimos años. De acuerdo con estimaciones en el sector privado, no más de 200.000 a 250.000 personas habrán comprado "dólares ahorro" a través del home banking haciendo uso del cupo de u$s200 mensuales.
De confirmarse, se trata de la mitad de las personas que compraron "dólar ahorro" durante febrero. El mes pasado fueron 536.000 personas, el nivel más bajo en 11 meses.
En marzo, los bancos apenas habrían vendido entre u$s40 y u$s50 millones, de acuerdo a una encuesta de iProfesional entre bancos líderes.
Muy atrás quedaron los tiempos en que en una sola jornada un millón de personas hacían "fila virtual" para poder comprar billetes verdes. Algo que sucedió a comienzos de septiembre del año pasado, y que llevó al Banco Central a disponer de un "súper cepo", con severas restricciones a las compras. Lo que limitó el universo de personas con posibilidad de calificar para esa operación.
No obstante, hay algo que terminó de hundir la operatoria: el hecho de que la cotización del "dólar solidario" sea más alta que la de los dólares "alternativos". Ya sea en relación al MEP, el ¨contado con liqui" o con el "blue".
Ayer mismo, mientras el dólar "ahorro" cotizó $160, el "paralelo" costó $142. Una diferencia de nada menos que $18 a favor del "blue". En tanto, los "alternativos" cotizaron también más abajo que el "solidario": $139 el MEP y $142 el "contado con liqui".
La cantidad de individuos que compra divisas a través del home banking cae mes a mes.
En julio y agosto del año pasado se llegó al récord de cuatro millones de compradores mensuales. De hecho, sólo un millón de personas lo hacían en el primer día hábil del mes. Ese panorama obligó al Banco Central a extremar los controles cambiarios: se impusieron restricciones para achicar el universo de potenciales compradores y, además, se añadió un adelanto del 35% en el impuesto a las Ganancias en cada operación. Ese porcentaje se le sumó al 20% que ya existía del denominado "Impuesto PAIS".
A medida que pasaron los meses, la potencia del dólar "ahorro" perdió vigor. Hasta quedar limitado a menos de la octava parte de lo que supo ser, al calor de la disparada del dólar "blue" y de la brecha cambiaria.
Lo cierto es que las compras de dólares en los bancos se ubicaron en el menor nivel en los últimos años.
No existía una cantidad de compradores tan baja desde el primer trimestre del año pasado -alrededor de medio millón mensuales- por la sencilla razón de que en los meses anteriores (época preelectoral) hubo compras récord. En aquel momento, el cepo permitía comprar un máximo de u$s10.000 mensuales, con lo cual gran cantidad de ahorristas se quedó sin resto para seguir dolarizándose.
A lo largo del 2020 se vendieron u$s5.750 millones a través del dólar "ahorro", según el Banco Central.
Mañana miércoles 31 vence el plazo para pedir la devolución de la percepción del 35% sobre el dólar en concepto del impuesto que la AFIP cobra sobre el cupo mensual de compra de hasta u$s200 para ahorro o por los gastos con tarjetas que las personas hayan realizado durante 2020.
Hasta ese día, hay tiempo para presentar las deducciones ante el ente recaudador que encabeza Mercedes Marcó del Pont.
Dólar: un primer trimestre mejor al esperado
En cierta forma, el primer trimestre del año terminó resultando mejor de lo esperado. Contra las expectativas de una posible suba del dólar "paralelo", que hasta hace algunas semanas circulaba en la City porteña, ante una caída en la demanda de pesos típica de febrero, lo cierto es que se dio al revés.
Hubo varias cuestiones que explican este fenómeno de estabilidad cambiaria, a pesar de que el "riesgo país" se mantiene por encima de los 1.600 puntos, y los precios de los bonos no logran mejorar.
Por un lado, las liquidaciones de divisas por parte de las cerealeras (por el canal oficial), que abastecieron al mercado cambiario, aun cuando el BCRA no logra capturar la mayor parte de esas divisas.
Por el otro, al Gobierno le está funcionando el denominado "rulo" del Banco Central, que interviene en el mercado cambiario a través de la compra-venta de bonos dolarizados, y que logra mantener en calma las cotizaciones de los dólares "alternativos".
La brecha cambiaria -que había superado el 100% en octubre-noviembre del año pasado- se sitúa ahora en el 54% (entre el dólar "blue" y el "mayorista". Algo más tolerable, incluso en vista a la negociación con el Fondo Monetario.
En el inicio de las conversaciones con el FMI, la cuestión de la brecha fue parte central de las negociaciones.
Existe un lado oscuro de este escenario. Y tiene que ver con que el BCRA no logra apropiarse de los dólares que compra en el mercado. Así como entran, salen. No se acumulan en las reservas.
El dato es contundente: de los u$s1.181 millones que el Banco Central compró en el mercado cambiario en lo que va del mes, sólo u$s133 millones quedaron en las reservas, de acuerdo a los datos oficiales. Apenas uno de cada diez dólares adquiridos. Muy poco.
A la directora general del FMI, Martín Guzmán le dijo que las reservas crecerán entre u$s6.000 y u$s7.000 millones a lo largo del año. Esa estimación contempla alrededor de u$s4.500 millones de los DEGs que, eventualmente, el Fondo Monetario repartirá entre los países socios en los próximos meses.
Se trata de un monto inferior a la estimación de superávit comercial para el 2021, que ascendería a por lo menos u$s12.000 millones, de acuerdo a proyecciones de las consultoras privadas.
Por eso, para algunos analistas de Wall Street que escucharon la semana pasada a Martín Guzmán en el consulado argentino en Nueva York, la estimación oficial es conservadora. De hecho, el propio ministro de Economía les dijo a los financistas que él suele manejarse con proyecciones conservadoras para hacer sus análisis.
Como fuera, la estimación oficial da cuenta de que el Banco Central terminaría el año con mejoras de sus reservas, lo que le permitiría avanzar el año sin la necesidad de una devaluación abrupta.
A medida de que el Gobierno logró sostener la estabilidad cambiaria, esa cuestión le dejó espacio al tema fiscal, que hoy en día genera más dudas de parte del staff del organismo internacional.