Guzmán, bajo presión: una variable clave empieza a restar apoyo entre los votantes del Frente de Todos
Cuando Martín Guzmán fue designado al frente del Ministerio de Economía, Alberto Fernández le encomendó la tarea de negociar con el FMI para arrancarle el mayor margen de maniobra posible. El joven economista se encuentra inmerso en esa tarea desde que llegó a Washington. Pero no debería ser su única preocupación. En el último tiempo, el clima político registró un cambio que podría costarle la elección de medio término al Frente de Todos si Guzmán no le encuentra una solución en breve.
Según una encuesta de la Universidad de San Andrés (UdeSa), los consultados señalan que los principales problemas son la inseguridad (43%), la corrupción (42%), la inflación (40%), seguidos más abajo en el ranking por la pandemia (8%), una problemática que ocupaba el primer puesto en abril de 2020. Ahora, cuando se segmentan las respuestas por el voto, la inflación lidera las preocupaciones de los seguidores de Fernández (44%), seguida por la inseguridad (42%) y el desempleo (34%).
Guzmán sabe que domar los precios es gravitante por varios motivos. En primer lugar, por su impacto en los ingresos. El año pasado, los salarios acumularon la tercer caída consecutiva frente a la inflación. Ahora, el Gobierno selló un acuerdo con los gremios para cerrar paritarias en no más de 4 puntos por encima de la meta anual de inflación del 29%. La suba de los alimentos agrava a su vez los indicadores sociales. Una familia ya necesita $58.000 para no ser pobre y $25.000 para no ser indigente.
La inflación también presiona sobre el dólar, las tasas de interés y la estabilidad en general. Pese a que el Gobierno endureció los controles, el IPC subió 4% en diciembre y enero, 3,6% en febrero y se espera 3,3% para marzo. De ese modo, la suba acumulada del primer trimestre sería del 11,3% y pondría en cuestión la pauta oficial. "Considerando la complejidad del proceso desinflacionario -que todavía siquiera empezó-, este objetivo está virtualmente descartado", advirtió el fin de semana Ecolatina.
Entre los votantes de Macri el problema principal es la corrupción (55%), pero le sigue de cerca la inflación (49%) y la delincuencia (45%). Pese a que los simpatizantes de ambos referentes se preocupan por la salud en idénticos porcentajes (8%), la posición de la pandemia muestra una divergencia política: mientras el 16% de los votantes del Frente de Todos consideran que es uno de los problemas claves, solo el 3% de seguidores de Juntos por el Cambio lo manifiestan así.
Descontento entre los propios
De esa manera, el estudio realizado entre el 3 y 15 de marzo pasado a más de 1.000 argentinos mayores de 19 años con acceso a internet revelaría que el bolsillo se ha convertido en un factor de peso para la opinión pública, tan importante como el demorado acceso a las vacunas. En el caso de los votantes de Fernández, la falta de trabajo también aparece como una cuestión sensible. Si bien ya no ocupa el segundo puesto como hace un año, sigue siendo una de las principales inquietudes en el bando oficialista.
La situación económica es clave si tiene en cuenta que el 80% de los encuestados está insatisfecho con la marcha general de las cosas y solo un 16% está satisfecho. Los resultados muestran un cambio importante respecto de abril del año pasado, cuando la satisfacción llegaba al 57%, superando el 38% apenas asumido el nuevo gobierno. Desde entonces la opinión sobre la situación del país tuvo un fuerte deterioro, cuyo ritmo empezó a desacelerarse desde fines del año pasado, alcanzado en marzo la marca más baja.
Por otra parte, el estudio muestra una continua caída de la aprobación de la gestión desde el inicio de la pandemia, con niveles actuales del 28%, el más bajo desde la asunción. Las regiones de mayor aceptación son Gran Buenos Aires (42%), sur del país (36%) y provincia de Buenos Aires (29%), distritos en los que el oficialismo obtuvo un amplio caudal de votos y Cristina Kirchner goza de mayor influencia. Asimismo, la aprobación es mayor en las mujeres (33%) que los hombres (22%), y en jóvenes (32%) que entre los adultos de mayor edad (8%).
En cuanto al nivel socioeconómico, la mayor desaprobación se encuentra en los sectores más adinerados (76%), mientras que la mayor opinión positiva se encuentra en la clase baja (30%). Este sector, sin embargo, estaría mostrando un mayor descontento con el gobierno, ya que el año pasado sus niveles de apoyo casi que duplicaban el porcentaje de marzo pasado. Justamente, se trata del segmento más afectado por la inflación, los problemas de vivienda y la pobreza, un indice que en el segundo trimestre del 2020 llegó al 47%.
Guzmán, en las encuestas
El Gobierno todavía tiene pendiente la revisión de tarifas y ya autorizó aumentos en las naftas del 15%, dos rubros que le meten presión a los precios. En los sectores medios, en tanto, la aprobación se redujo a más de la mitad (26%) desde abril del 2020, pero el oficialismo busca recuperar su respaldo mediante la suba del mínimo no imponible a $124.000, el proyecto que beneficiará a 1,2 millones de trabajadores y jubilados y que es apoyado por el grueso del sindicalismo, incluidos los gremios de mayores ingresos.
En términos de posiciones políticas, el 78% de los votantes de Fernández aprueban su gestión, mientras que el 96% de los seguidores de Macri la desaprueba. Nuevamente, en este punto, los datos de marzo muestran otro cambio importante en ambos márgenes de la grieta: los niveles de aprobación del oficialismo entre los propios se redujeron casi en 20 puntos, considerando que en abril de 2020 era del 97%, pero la caída fue mucho más pronunciada entre los simpatizantes de la oposición, al bajar del 44% al 15%.
En ese escenario, según la encuesta, el dirigente con mayor imagen positiva es Horacio Rodríguez Larreta (42%), seguido por María Eugenia Vidal (41%), Patricia Bullrich (36%). Aunque todos cuentan con mayores opiniones negativas que positivas, Larreta ostenta el menor margen negativo y Alberto Fernández se encuentra en quinto lugar, con un 31% de imagen positiva, seguido por Mauricio Macri (30%) y Cristina Kirchner (20%). Esta última es la dirigente con mayor diferencial negativo (-53), por detrás de Macri (-34).
Guzmán cuenta con un punto a favor: figura entre los funcionarios y ministros con mayor imagen positiva (17%) después de Sergio Berni (21%) y por encima de Carla Vizzotti (16%). Todos los casos, igualmente, presentan un diferencial negativo. Los encuestados castigan más al exministro de Salud, Ginés González García (-44), el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá (-38) y el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero (-34), y menos a Daniel Arroyo (-18), Gabriel Katopodis (-17) y Gustavo Beliz (-15).