¿Inflación a dos ritmos?: por qué es cada vez mayor la diferencia entre Buenos Aires y el resto del país
El dato sorprende: la inflación en la Ciudad de Buenos Aires es inferior a la del resto del país. La suba de precios -sobre todo en el rubro de los alimentos- es más intensa en los distritos del interior. Los datos del Indec son concluyentes: desde septiembre, los alimentos subieron 14% en el AMBA y 20% en el resto del país.
¿Cómo puede darse semejante diferencia? ¿Qué sucede? Lo destaca el último informe de la consultora Analytica, dirigida por los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Alvarez: la clave está en que, a diferencia de lo que pasa en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, el efecto del congelamiento de precios en las provincias es prácticamente nulo.
Dicho de otra manera: la potencia de los programas de control de precios prácticamente desaparece en los distritos del interior.
"Los precios en góndola relevados por el INDEC en el AMBA tienen una distancia significativamente menor respecto a la referencia de "Precios Cuidados" prácticamente en todos los productos con respecto al resto del país", destaca el informe de Analytica.
"Asistido por la concentración de población en un espacio geográfico limitado, el programa parece ser más efectivo en el AMBA", concluyen los economistas.
En el caso de la harina, por ejemplo, la diferencia entre el precio encontrado en las góndolas y el de referencia en "Precios Cuidados" llega al 47% en el interior del país. Mientras que en la CABA asciende al 28%.
En el caso del arroz, mientras en CABA es de "sólo" 8%, en el resto del país llega al 24%. La diferencia, otra vez, resulta notable.
Lo mismo sucede con otros productos, como la leche (donde en la CABA se respeta el precio regulado, pero en las provincias cuesta un 9% más), y también en el caso del aceite de girasol.
La dinámica del proceso inflacionario
Para Analytica, una de las claves del proceso inflacionario lo da la dinámica de los precios mayoristas.
Tras explicar que la dinámica inflacionaria actual es compleja, desde Analytica destacan que: "también las expectativas de devaluación juegan un rol relevante en la evolución del IPP (índice de precios al productor) al afectar al costo de reposición esperado de las materias primas, lo que lleva a los empresarios a aumentar los precios hoy. El hecho de que el pico anterior del IPP se diera en octubre (6% en el mes), luego de que el BCRA endureciera los controles cambiarios hacia fines de septiembre y la brecha cambiaria alcanzase su punto máximo (105% oficial vs CCL), parece aportar evidencia en ese sentido. Por caso, desde el cambio de gobierno, las expectativas de inflación del mercado financiero se encuentran en torno al 50% un año vista".
En los próximos días, el Indec difundirá la inflación de febrero. Se espera un índice en torno al 3,4%-3,5%, mientras que para marzo se aguarda un 4%.
Otra vez, el aumento de los alimentos se destacará frente al resto. En un momento donde se mantienen congeladas las tarifas de los servicios públicos.
El reporte de Analytica da cuenta de los límites de las regulaciones. Los programas de control de precio pueden servir como referencia, pero de ninguns manera sirven para estabilizar el sistema de precios.
El Gobierno promete un trabajo arduo de investigación sobre los costos de la industria alimenticia, sentando a la mesa a los fabricantes de los productos finales pero también a los fabricantes de insumos. De la suerte de esas mesas de diálogo depende buena parte de encontrarle una de las razones más fuertes de las constantes subas en los precios de la comida.