Guzmán ya pone en marcha el "plan de los 50 días" para ganar la batalla por las expectativas
No habrá anuncios en público. No es la característica del equipo económico. Pero el objetivo está claro, sobre la mesa de trabajo de Martín Guzmán. Y es el paso que sigue después de una semana de reuniones sucesivas con la Mesa de Enlace, los máximos representantes gremiales y con los empresarios más poderosos del país.
El Gobierno utilizó esos encuentros de máximo nivel para pasar el mensaje a los distintos grupos de poder, sin intermediarios. Fueron cumbres "cara a cara" para evitar distorsiones, y que, además, sirvieron para aplacar las tensiones que se habían generado en las últimas semanas. Y por diferentes motivos.
Ahora que las cosas volvieron a su lugar, en el equipo económico entienden que se ganó tiempo para avanzar en decisiones que, aspiran los funcionarios, sirvan para consolidar el escenario de recuperación económica, rumbo a las elecciones de medio término.
El ministro de Economía se focalizará en los próximos 50 días. Los que cree que faltan, justamente, para que todos los actores que se juntaron durante la última semana se convenzan de que la recuperación llegó para quedarse. Y que esa reactivación será más holgada de lo que pronostican las consultoras económicas.
Guzmán mantiene un constante tironeo con el gremio de los economistas profesionales. Como ya publicó iProfesional, el ministro cree que la actividad económica se encamina a una reactivación más fuerte que la proyectada en el Presupuesto 2021.
En los borradores de algunos funcionarios ya se menciona que la expansión de este año será mayor al 5,5% previsto. De ahí que esta cuestión sea debatida por el ministro durante su estadía en Washington: el Fondo Monetario acaba de reducir su estimación al 4,5%.
¿Será abril un mes clave?
Guzmán y su equipo piensan que la llegada del otoño marcará la consolidación de las "buenas noticias", que deberían convencer a los agentes económicos de que el escenario será mejor al estipulado en los pronósticos de las consultoras, y también de algunos empresarios líderes.
Para ese momento, sostienen cerca del titular del Palacio de Hacienda, deberían congeniar distintas variables.
Flujo de divisas
Para abril ya se concretará el esperado momento en que fluyen los dólares de la cosecha gruesa, que esta campaña llegará con mejores precios que los de hace un año. Después de las conversaciones con la "mesa de enlace", el Gobierno cree que las liquidaciones serán fluidas.
Por eso mismo, además, se mantienen aceitados los contactos con las cerealeras que son, en definitiva, las empresas que pasan por la ventanilla del Banco Central a cambiar los dólares de la exportación por los pesos.
Tal como ya sucedió, lo más probable es que Economía les ofrezca a esas compañías opciones de títulos en pesos para que inviertan el resultante de las liquidaciones.
Fuerte rebote de la actividad económica
Los funcionarios estiman que para ese entonces, la actividad mostrará un rebote perceptible en la actual dinámica donde, mes a mes, la economía viene mejorando. Y una recaudación impositiva que mostraría una mejora histórica con respecto al año pasado (abril 2020 fue el peor mes de la cuarentena, con la mayoría de las actividades cerradas).
En el equipo nadie quiere dar estimaciones que luego puedan quedar desacreditadas. Pero, confían, en poder mostrar que la actividad tendrá una recuperación en "V". Más veloz y pronunciada que la proyectada por los mismos funcionarios.
La actividad económica se viene recuperando en los últimos meses, a medida que se reabrieron los sectores en medio de la pandemia.
De acuerdo a los últimos registros del Indec para el mes de noviembre, la actividad se encontraba tan sólo un 3,3% por debajo del último mes pre-pandemia, recuperando ya gran parte de lo perdido entre marzo y abril.
Desde los despachos oficiales aseguran que el rebote es más acentuado que lo esperado. Y que la caída del PIB del año pasado será inferior al 10%-12% proyectado, con lo cual le deja una buena base de expansión para este 2021 que acaba de comenzar.
Un dato que entusiasmó a los funcionarios en las últimas horas fue el divulgado por el departamento de Research del BBVA. Dice el reporte en relación al nivel de consumo: "Medido en términos reales el gasto en enero 2021 se ubica en un 94,4% del nivel del enero 2019 antes de la pandemia".
Los expertos de ese banco encontraron, además, que se evidencian "cambios importantes en la composición del gasto resalta el marcado aumento en el uso de plataformas virtuales y la caída de los rubros afectados a la movilidad". Algo que deberá tomarse en cuenta al considerar los indicadores del Indec, como las compras en los supermercados o centros de compras (shoppings).
No habrá devaluación
Contra lo pronosticado por gurúes de la City, el Gobierno puso estabilizar las expectativas cambiarias. Se despejaron las dudas, y todo hace suponer que el Banco Central logró construir el puente hasta la liquidación de la cosecha. Así lo marcan también las cotizaciones a futuro del dólar, que mostraron una contracción en las últimas jornadas.
Respecto de la brecha cambiaria, la apuesta en Economía es que se achique a partir de que entren los dólares del campo. ¿Pronósticos? Como en el caso del crecimiento, nadie quiere mostrar las cartas en público.
El planteo se limita a que la brecha entre los dólares alternativos (contado con liqui y MEP) debería comprimirse a partir de abril.
"Nosotros creemos que los empresarios o inversores que hace algunos meses compraron dólares para cubrirse de una devaluación, en medio de la incertidumbre total, podrían vender ahora, cuando hay calma y se reabre la economía. Muchos de los que estuvieron marginados obligadamente por la pandemia, ahora tendrán que invertir en su propio negocio. De otra manera, ¿de qué van a vivir? Esa es la apuesta", argumenta un miembro del equipo económico, confiado en el "círculo virtuoso" de la economía.
¿La inflación?
Guzmán, ya lo dijo en público, aguarda una desaceleración en la dinámica de los precios. Hay varias medidas en marcha, de distinto calibre, impacto y contraindicaciones.
Una cosa es que se limite el "crawling peg" que viene proponiendo el Banco Central -lo que traería alivio en la inflación a costa de un paulatino atraso cambiario-, y otra es acentuar los controles de los programas ya instalados, como "Precios Cuidados" y "Precios Máximos". Está comprobada la limitación que tienen esos controles, sobre todo en lo referido a los alimentos "frescos", como las carnes, los lácteos, las verduras y las frutas.
Vacunación
Se trata de un capítulo -acaso el más relevante- que no maneja ni controla Guzmán. El Gobierno cuenta con que, hacia el otoño-invierno, habrá vacunada contra el coronavirus al menos a la población de más riesgo. Unas 12 millones de personas. Un escenario que hoy en día, hay que decirlo, parece lejano.
Pero lo cierto es que, sin esa vacunación masiva, cualquier pronóstico económico puede ser ficticio.
Lo mismo, aunque en otro plano, al hecho de que se aleje un acuerdo con el Fondo Monetario. Por ahora, más allá de la posible firma del pacto, el "mercado" se juega al escenario positivo. Y así lo hizo saber el propio Alejandro Werner, cuando en la última semana dijo que se estaba trabajando en ese sentido.