Mirá los impactantes números que dejó la pandemia: ¿Cuántos comercios y Pymes cerraron sus puertas en Argentina en 2020?
Durante 2020 cerraron en todo el país 90.700 locales y 41.200 pymes, lo que generó que unos 185.300 trabajadores quedaran afectados, según una encuesta realizada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En ese sentido, de acuerdo a un promedio elaborado en la Argentina, "hay 9 locales comerciales vacíos por cuadra, al tiempo que se informó que los rubros con más cierres fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar. "El cierre masivo de locales fue una de las consecuencias graves que dejó la cuarentena en las pymes.
Los primeros números reflejan ese impacto: el 15,6% de los locales comerciales del país cerraron, sin registro de que se hayan mudado a zonas más económicas", precisó la CAME. Asimismo, señaló que la tasa de mudanza registrada apenas llega al 0,3%, lo que significa que "la crisis fue tan profunda que los comercios ni siquiera pudieron compensar mudándose a zonas más baratas, como suele suceder en períodos recesivos".
Las cinco provincias más afectadas por los cierres fueron Chubut, con una tasa de 34%; Córdoba, con 25.4% de cierres; Neuquén, con 25.2%; Tierra del Fuego, con 21.2% y Santa Cruz, con una tasa de 18.8%. Así surgió de un relevamiento realizado por la CAME entre el 1 y el 18 de diciembre en 39 ciudades de las 23 provincias del país y CABA.
Con un equipo de 33 encuestadores, se relevaron 82.629 comercios en 1.500 calles. De ellos, 12.843 estaban cerrados y vacíos, afectando a 28.300 empleos. Las más perjudicadas fueron las galerías comerciales, donde la tasa de cierre alcanzó a 23 por ciento. Asimismo, hay otros datos que surgen del informe: La Patagonia resultó ser la región más afectada, con 22,7% de locales cerrados.
En cambio, el NOA fue la zona menos perjudicada, con 11,5 por ciento. -En el caso de las galerías, hay provincias como Chubut con el 77,6% de locales cerrados; La Pampa con 63,6% o Formosa con 55%. En el otro extremo se ubica Salta con solo 9,1% o Corrientes con 10,6%.
En el caso de las pymes, no todas ellas darán de baja sus CUIT. Se espera que, en los próximos meses, si todo se normaliza, de a poco vuelvan a reaparecer un porcentaje de ellos en la misma u otra actividad. Hay que recordar que es probable que el empresario pyme, aun en el peor momento, vuelva a levantarse y reiniciar su negocio, pese al daño ya consumado tanto para él, su familia, la de sus empleados, así como para el país.
Aunque por el alcance de este relevamiento no pudo cuantificarse, se dio el fenómeno de que, en las ciudades medianas y chicas, donde la gente se conoce, muchos locales y pymes cerraron y pasaron a la informalidad. De este modo, por ejemplo, muchos comenzaron a vender en sus casas o por redes, aprovechando que sus clientes y la comunidad los conocen y rápidamente ubican su nuevo punto o modalidad de venta.
Crisis laboral
Si bien la flexibilización de la cuarentena hizo que muchos sectores comenzaran a trabajar con mayor normalidad, el 15,6% de las empresas aún mantienen las suspensiones en su planta de empleados. Ese número triplica la cantidad de firmas con suspensiones que había en el mes anterior al comienzo de la pandemia.
El dato surge de los relevamientos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) para los meses de septiembre y octubre.
"Las suspensiones han funcionado como uno de los mecanismos de ajuste del empleo asalariado registrado desde que se hizo sentir el impacto de la pandemia en la economía, sin embargo, se observa una reducción permanente desde el pico máximo registrado en mayo de 2020. En octubre de 2020, el 4,8% del empleo registrado del sector privado se encontraba suspendido. Esta incidencia de las suspensiones, aún mostrando un descenso respecto de los meses anteriores, continúa en valores elevados en relación a la serie histórica", sostiene el informe de la EIL.
Sin embargo, en este contexto el empleo privado registrado creció 0,1% en septiembre, el primer incremento desde el comienzo de la pandemia, destacó el director del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Matías Maito, al analizar el último informe elaborado por el Ministerio de Trabajo en base a datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y la Encuesta de Indicadores Laborales (IEL).
En septiembre, si bien aún en bajos niveles históricos, se observó una variación positiva de 0,3% de la población de trabajadores asalariados, lo que representa la incorporación neta de 32.400 personas al trabajo declarado.
"El empleo registrado dejó de caer estrepitosamente, lo que estas cifras indican es que en septiembre se estaría dando por primera vez desde el inicio de la pandemia un leve crecimiento del número de asalariados, aunque sigue habiendo 180 mil trabajadores menos que tienen un empleo registrado respecto de los que había en febrero, es decir que la recuperación está siendo lenta", dijo el especialista.
Impacto de la pandemia en el empleo
Respecto de la diferente situación de los trabajadores asalariados en relación con los que se encuentran dentro del trabajo informal, señaló que "el impacto de la pandemia sobre el empleo en nuestro país fue muy fuerte, del mismo modo que lo fue en la gran mayoría de los países del mundo, de ahí que casi 4 millones de personas que el año pasado tenían un empleo dejaron de tenerlo este año a mediados de 2020"
Maito subrayó que fue muy diferente el impacto que sufrió el empleo registrado en relación con el no registrado: "si uno compara qué sucedió con los empleos formales, protegidos por la legislación y por los convenios colectivos en relación a los empleos informales o con los trabajadores independientes, las diferencias son abismales", dijo.
"Mientras que el empleo formal en nuestro país cayó 3%, lo que es un número muy relevante, y que representa cerca de 250.000 trabajadores que tenían un empleo y dejaron de tenerlo en la pandemia; ese impacto es relevante, pero está en línea con lo que sucedió en la mayoría de los países desarrollados, donde la gran mayoría de los empleos son formales", explicó.
"Sin embargo, este 3% de caída del empleo formal contrasta notablemente con lo que sucedió con el informal, que cayó 43%, así como el empleo independiente registró una baja de 27%."De esas casi 4 millones de personas que perdieron su fuente de trabajo, el 86% tenía un empleo informal o independiente, en trabajos precarios o inestables, dato que da cuenta de cuál fue el sector más afectado del mercado laboral en la Argentina durante la pandemia", especificó Maito.
Por qué los empleos informales fueron más perjudicados
Al ser consultado sobre los motivos que influyeron para que los empleos formales resultaran menos perjudicados que los trabajos no registrados, Maito dijo que "las políticas del Estado Nacional durante la pandemia tuvieron tres grandes ejes: por un lado, la doble indemnización, decidida antes de la pandemia; la prohibición de despidos, decidida ni bien se inicia; y por otro lado, el acuerdo entre la CGT y la UIA que luego es homologado por el Ministerio de Trabajo de la Nación que implicaba un mecanismo de validación de suspensiones con el pago del 75% de los ingresos a los trabajadores que eran suspendidos".
Según el director del Centro de estudios de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), estas medidas tuvieron un "impacto muy relevante y que fue crucial para que el empleo formal en nuestro país no se viera tan afectado como se vio el empleo informal".
Las suspensiones se redujeron a casi la mitad de lo registrado en los primeros meses de la emergencia sanitaria, de acuerdo con el informe que surge de los relevamientos de la EIL para los meses de septiembre y octubre.